EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 31 de diciembre de 2009

Un acto de amor (mejor dos)

Y que no se me ocurre mejor manera de despedir el 2009 y recibir el 2010. Del discernimiento y así. Ricardo Darín tuvo que ser. Y el tango, of course...

Feliz Año a todos.



lunes, 28 de diciembre de 2009

Inocentada

La inocentada del día ha sido recibir el presupuesto total de la cocinita. Era algo que se esperaba y que llega en tal día como hoy.
Sin embargo y para compensar el disgusto, he de decir que hoy he llegado al punto álgido de mis vacaciones. Y es ese momento en que he invertido por completo el sueño, trasnochando como un murciélago y retozando en la cama por la mañana cuando los humanos se levantan para comprar el pan.
Eso, que puede ser contraproducente para la salud, resulta que es el síntoma de desconexión absoluta con la vida real, lo que tengo que hacer a diario. Cuando llego a ese punto, me doy cuenta de lo feliz que estoy y de lo lejos que queda todo.
Después llega el rechinar de dientes. Pero que me quiten lo bailado. Incluso la inocentada del presupuesto, me duele mucho menos así.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Gran Torino


Creo que no ha sido una mala elección para el día de Navidad que suele resultar bastante empalagoso.

Cuando termine de pedirle a los Reyes Magos la cocina, pensaré a quien le pido un salón donde haya una tele grande y un lugar cómodo para días como hoy en los que me puedo permitir estos lujos y no tener que salir corriendo ni irme a dormir temprano.

Os daré parte.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Carta a los Reyes Magos















Pues los Reyes Magos me van a traer esta cocinita de la Señorita Pepis porque he sido tremendamente buena.
Paciente con los imbéciles, paciente con mis vecinos histéricos, paciente con los aeropuertos, con los aviones, con las pérdidas de maleta, con la ITV, con Hacienda, con el notario, con la notaria, con los abogados.
Paciente con los moros, con los cristianos, con los judíos. Paciente con los de derechas y con los de izquierdas. Paciente, incluso, con mi ginecólogo y mi dentista.
Paciente de toda paciencia con mis sobrinos, con los hijos de mis amigos, con los pediatras, los psicólogos, los maestros, los curas y los testigos de Jehová.
Los Reyes Magos, mis queridos amigos, me van a traer esta cocinita de la Señorita Pepis porque me he portado bien y ni siquiera he cometido actos impuros aunque sí pensamientos a diario sin que me vieran los Reyes Magos.
¿A qué me merezco la cocinita de la Señorita Pepis?

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Segunda visita

Sí, señores, hoy he hecho la segunda visita oficial a lo que será mi futuro hogar. En la primera ocasión, me fui pertrechada de bolígrafo y papel para apuntar los defectos. Esta tarea la dejé en manos de mi cuñada que es mucho más puñetera que yo (perdón, cuñada, hija mía...) y que me anotó hasta la última cosa que se le ocurrió a ella. Y lo que se le pasaba a la puñetera de mi cuñada, ya lo anotaba la puñetera suegra de mi cuñada que, a la sazón, es mi santa madre.
Eso fue el seis de octubre pasado. Fecha memorable donde las haya.
Hoy tocaba repasar si habían arreglado los desperfectos. Para la tarea, me he vuelto a llevar a la puñetera suegra de mi puñetera cuñada y, para rematar, he invitado a mi menos puñetero hermano que, finalmente, ha resultado ser el más puñetero de los tres y casi me arranca un grifo de cuajo, me inunda el piso, me quita tres tabiques y me cambia las pocas ideas claras que yo tenía. No contenta con la cosa, la experta decoradora de cocinas y así, me ha cambiado la única idea que yo tenía y además me ha dicho que mi vida puede cambiar y que nunca se sabe. Eso se traduce en que ponga todos los muebles que a ella le vienen bien por si mi vida pudiera cambiar en algún momento. Y digo yo, que qué coño le importa a esta señora si mi vida cambia o si me tiro por un puente.
Dicho todo esto, me confieso inútil integral en la cosa esta de los pisos. Yo he estado siempre acostumbrada a habitaciones de alquiler, cuando estudiante, y a pisos de alquiler toda mi santa vida. Me he tragado muebles que no eran míos, flores de croché, cortinones Luis XVI, lavadoras surrealistas, pozos infectos, teléfonos compartidos, tapetes de ganchillo, moquetas de la época de Atatürk y un largo etcétera de cosas inenarrables y circunstancias irrepetibles.
No sé yo si sabré vivir en un lugar donde tengo que decidir cosas, colores, materiales, posiciones. El alquiler me parece siempre una salida noble para gente como yo. Incompetentes en materia de decoración y demás.
Que pase de mí este cáliz.

A muerte con Papá Noel



Lo mejor que me ha llegado por ahora en cuestiones navideñas son estos Reyes Magos intentando impedir la subida del intruso de Papá Noel. Así que lo comparto con vosotros.
Dicen ahora que es mejor Papá Noel porque así los niños juegan toda la Navidad. No lo entiendo. A mí me llegaban los juguetes para Reyes, me portaba bien toda la Navidad y no daba por culo para no cagarla en los últimos días y luego me iba al cole y estaba deseando volver a casa para jugar. Y jamás nunca me pasó nada ni me entró ninguna enfermedad por eso.
Pues no. Ahora resulta que hay que traer los juguetes rápido para que los niños no esperen tanto. Y digo yo que dónde está la emoción de la espera hasta Reyes, esa ansiedad que te entraba tan rica, ese escribir la carta sin saber que un tipo vestido de rojo vendría antes para paliar la ansiedad. Ese esperar tan de verdad con ganas de ver si ese año te los cruzabas.
A mí que no me lo explique nadie porque no me van a convencer. Ahora lo que tenemos son niños relajaditos, que les importa un carajo portarse bien porque si no vienen los capullos de los Reyes, ya llega antes el tontico de Papá Noel y jode el invento.
Así nos va.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Y va el capitán pirata...

De algo me sirvieron mis años de escolar. Hoy he tenido el gusto de cogerme un barquito que hace el trayecto de la parte europea a la asiática de Estambul (nada de cruceros, no imagineis nada espectacular sino el barquito donde cruzan las personas normales que van de una parte a otra de la ciudad a visitar a sus primos hermanos) y me he subido al aire libre y he recitado a grito pelado lo de y va el capitán pirata, cantando alegre en su popa, Asia a un lado, al otro Europa y allá a su frente Estambul.
Son largos años esperando ese momento. Ese momento de sentirme capitana de la tropa aragonesa, entre Asia y Europa. Treinta y ocho años he tardado en cumplir lo que yo vi con mis propios ojos la primera vez que me hicieron recitar la cosa.
Treinta y ocho años y puede parecer una tontería pero me ha hecho una ilusión del carajo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Cosiñas de Estambul


Esta torre de 61 m de altura que se eleva encima de la colina de Gálata se aprecia casi por toda la ciudad, uno de los motivos de que su visita sea imprescindible es su magnífica vista panorámica de la ciudad, La torre está construida encima de una colina que domina el Bósforo, el mar de Mármara y el Cuerno de oro. Al mirador de la torre se puede llegar a través de 143 escaleras o en ascensor. Desde este mirador se puede admirar un panorama de la ciudad, Se sabe que desde el siglo V en este mismo lugar había una torre, pero la torre de Galata actual fue construida por los genoveses hacia 1348, como gran baluarte del recinto amurallado que debía protegerlos de los eventuales ataques de los bizantinos. Los genoveses la llamaron "la torre de Cristo", alcanza una altura de unos 140m desde el nivel del mar y tiene 9 m de diámetro por dentro.
La torre, durante la época otomana, fue utilizada como prisión para encarcelar a los prisioneros de guerra, También se utilizó como observatorio. Después del final de la época otomana, se convirtió en atalaya de vigilancia de incendios.

Lo de arriba no es mío. Pero lo importante es contar aquí que tal día como hoy comí en el restaurante que hay en la parte superior de la torre. Mi síndrome vertiginoso a tomar por el culo, con perdón.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Aminetou ya vuela a casa

No puedo ni por un momento imaginar qué sentirá esa mujer, exhausta, camino de su casa. No puedo imaginar por un momento el ansia de esos dos niños esperando a su madre.
Pero me siento inmensamente feliz a esta hora. Y segura de que hay nombres en la vida que por años que pasen, no se olvidan.
Aminetou es uno de ellos.

martes, 15 de diciembre de 2009

Estambul ya está cerca

Pues el viernes salgo para Estambul y regresaré el lunes próximo. Cuando eso suceda, yo ya estaré oficialmente de vacaciones. Así que no sé si me hace más ilusión el viaje a Estambul, que no deja de ser un viaje de trabajo o lo que viene después que me tendrá en estado de levitación hasta el día 10 de enero. Con un par.
Mientras tanto, quiero que mi prima ya se ponga buena y salga de largo letargo que le ha supuesto su embarazo, su cesárea y todo lo que viene después de parir dos criaturitas; quiero que quien no pueda hablar, recupere el habla. Que quien ha dejado de comer, coma y vuelva a su casa. Que quien ha perdido el trabajo, lo encuentre. Que quien tenga un dolor de muelas, se le pase. Incluso, que nadie agreda a nadie más con una reproducción de la catedral de Milán ni con la Giralda de Sevilla (que, dicho sea de paso, los vecinos italianos no tienen desperdicio).
En fin. Que espero yo que a mi vuelta hayais solucionado todo esto y que podamos estar tranquilos veinte días. Tampoco es tanto pedir.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cerrando año

Pues como suele suceder a estas alturas de diciembre, una tiene la sensación de que el año ha pasado demasiado lento y demasiado rápido, cosa extraña pero así es. Sobre todo, la sensación de no haber hecho todo lo que se quería hacer. La sensación bobalicona de que el 31 de diciembre marca un antes y un después, ya tú ves, como si la copla no continuara en la misma línea después del 1 de enero.
Dicho esto, también tiene una la sensación de haber superado el primer asalto de celebraciones que se acumulan en mi casa a finales de noviembre y principios de diciembre y la sensación de verme abocada irremediablemente a las fechas navideñas que, vaya por delante, nunca me gustaron y desde hace un año y pico, menos me gustan.
Y digo todo esto porque tengo la sensación sino la evidencia de que no hay nada que me haga pensar que tengo ganas de celebrar nada en Navidad. Ni siquiera aquellos pequeños rituales que en algún momento de mi vida sí me interesaron. El único rito que me sigue apeteciendo es el de las doce uvas y es al único que nunca he renunciado. En cualquier circunstancia y en cualquier lugar, siempre he hecho el hueco para esas doce campanadas y esas doce uvas.
Y, me temo, que por muchas o pocas navidades que me queden por vivir, será ya el único rito que pienso mantener.El resto, ni me interesa, ni me apetece, ni va conmigo.
En resumen, vengo a decir que no se me busque en Navidad para nada que no sea comerme las uvas. Eso sí, sin panderetas, ni zambombas, ni pitos, ni flautas.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Por tus 6 años

Como no estaré mañana, un beso grande desde aquí y que cumplas muchos más. Muchísimos más.

domingo, 6 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

Amelia y Mercedes

Pues ya están aquí y ya han nacido. Son tan pequeñas que no llegan más que a unas hora de vida. Casi cumplen años cuando yo los cumplo (con una diferencia de treinta y ocho años) y ya sin haberlas visto, ya las quiero.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Para no olvidar











Entré en el día de mi cumpleaños, hoy, dos de diciembre, cenando con dos compañeros de trabajo en esta casa que ahí se ve y que aunque no se ve bien en la foto, está pintadita de rojo. De ahí su nombre: La Casa Roja.
Una noche excelente, una temperatura excelente, una cena excelente, una compañía excelente. De no ser porque el motivo de la visita provoca toda la congoja del mundo, todo sería perfecto. Pero hoy, a mis treinta y ocho ya cumplidos, decidí darme ese pequeñito placer que creo haberme merecido en estos días.
La temperatura en Lanzarote es excelente. Y mi humor a las dos de la madrugada en la Península, una hora menos en la comunidad canaria, también lo es.
Pasad por aquí y felicitadme. Se os recompensará.
Y, como siempre, en la memoria, esa llamada que hoy tampoco llegará.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Me apetece



Hoy me apetece enseñarme. Es de esas pocas ocasiones en que a una le apetece enseñarse. Ahí se me ve hace unos días con las manos en la masa y currando en Barcelona.

No sé si ahí estaba intentando convencer a alguien de algo o si me trataba de convencer a mí misma.

Pero el caso es que ahí estuvimos.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Me voy a Lanzarote

CARTA DE SARAMAGO A AMINATU HAIDAR
SI ESTUVIERA EN LANZAROTE
Querida Aminatu Haidar:
Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo.
Y no porque sea también un militante separatista, como te ha definido el embajador de Marruecos, sino precisamente por todo lo contrario: creo que el planeta es de todos y todos tenemos derecho a nuestro espacio para poder vivir en armonía. Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón. Marruecos con El Sahara incumple todas las normas de buena conducta. Despreciar a los saharauis es la demostración de que la Carta de los Derechos Humanos no se ha instalado en la sociedad marroquí, que no protesta con lo que se le hace al vecino, y es, sobre todo, la evidencia de que Marruecos no se respeta a sí mismo: quien está seguro de su pasado no necesita expropiar al de al lado para expresar una grandeza que nadie nunca reconocerá. Porque si el poder de Marruecos acaba doblegando a los saharauis, ese país, admirable por otras cosas, habrá obtenido la más triste victoria, una victoria sin honor, sin brillo, levantada sobre la vida y los sueños de tanta gente que quería vivir en paz en su tierra y con sus vecinos para, todos juntos, hacer del continente un lugar más habitable.
Querida Aminatu Haidar, has dado un ejemplo valioso que en todo en mundo se reconoce. No pongas en riesgo tu vida porque te quedan por delante muchas batallas y eres necesaria. Tus amigos, los amigos de tu pueblo, tomaremos el relevo en los foros que sean necesarios. Al Gobierno de España le pedimos sensibilidad. Contigo, con tu gente. Ya sabemos que las relaciones internacionales son muy complejas, pero hace muchos años que se abolió la esclavitud para las personas y para los pueblos. No se trata de humanitarismo: las resoluciones de Naciones Unidas, el Derecho Internacional y el sentido común están de un lado, y en Marruecos y en España se sabe. Dejemos que Aminatu regrese a casa con el reconocimiento de su valor, a las claras, porque son personas como ella quienes dan personalidad a nuestro tiempo, y sin Aminatu todos seríamos más pobres. Aminatu no tiene un problema, lo tiene Marruecos. Y puede resolverlo, tendrá que resolverlo y no solo para una mujer frágil, sino para todo un pueblo que no se rinde porque no puede entender ni la irracionalidad ni la voracidad expansionista, propia de otros tiempos y de otro grado de civilización.Un abrazo muy fuerte, querida Aminatu Haidar.
José Saramago 22 de Noviembre de 2009

miércoles, 25 de noviembre de 2009

De vuelta a la Península

Os escribo desde una terracita del aeropuerto canario, a tumba abierta y cielo abierto, en un lugar donde a los fumadores nos tratan como a personas y nos habilitan un lugar chulo, decente, de donde podemos ver los avioncitos salir y partir y no parecemos apestados.
Y nada, que llegaré a medianoche y ya no veré la playa. Ya no será una hora menos, ya me pondré de peor humor y pisaré de nuevo Chamberí y sus aledaños. Eso sí, aquí hay un ruidazo del carajo y creo que me quedo sorda del todo como llegue otro avioncito de los cojones...
Besos.

martes, 17 de noviembre de 2009

Qué no daría yo (Rocío Jurado, Azabache). 1992.

A D. Jesús le gustaba esta mujer cuando sacaba el flamenco y se dejaba de que se nos rompió el amor de tanto usarlo.

Hoy hubiera cumplido 71 años. Y no puedo dejar de acordarme ni nunca ni en tal día como hoy.

Pues eso, padre, qué no daría yo por empezar de nuevo, para contar estrellas desde mi ventana, vestirme faralaes y pasear la feria, hasta sentir el beso de la madrugada...volar hasta los brazos de mi padre y recibir el brillo en su mirada para luego alejarme lentamente....

Qué no daría yo...

martes, 10 de noviembre de 2009

Para que me canten

Por compartir algo de lo que andaba escuchando esta noche. A ver si soy capaz de ponerme a escribir cualquier día de estos algo de más enjundia. Comprendereis que después de un puente está una para que le canten a la oreja y poco más.

Besos a todos.

martes, 3 de noviembre de 2009

A punto de...

ROYAL AIR MAROC - AT 9973
MIE 04NOV MADRID ES CASABLANCA MA 1250 1330
ROYAL AIR MAROC - AT 551MIE 04NOV CASABLANCA MA LOME TG 1905 2335
ROYAL AIR MAROC - AT 550SAB 07NOV LOME TG CASABLANCA MA 0250 0900
ROYAL AIR MAROC - AT 9972SAB 07NOV CASABLANCA MA MADRID ES 1420 1655
A punto de irme, os traigo aquí por dónde voy y por dónde vengo desde mañana y hasta el sábado. No con el afán de nada sino porque me sale más barato traerlo aquí que explicarlo un par de veces. Y direis que me he vuelto loca. Pudiera ser. Pero es una forma barata, como digo, de que no se hagan apuestas en cuanto a las horas de llegada y salida. Y que os estaré pensando, como es costumbre en cada aeropuerto, en cada escala, en cada llegada y en cada salida.
Un beso inmenso.

jueves, 29 de octubre de 2009

Salut à toi pays de nos aïeux

Este es el título del himno nacional de Togo. Lo traigo aquí porque es la primera vez que lo leo y lo escucho. No es que una le tenga afición a los himnos nacionales de ninguna nación conocida o desconocida pero es que, por primera vez en mi vida, viajaré la semana que viene a Lomé. Capital de Togo.
Esto me hace ilusión. Ilusión porque siempre que os hablo de mis viajes habreis observado que los destinos se repiten hasta la saciedad en ocasiones. De modo que, ir a Marruecos, ya me resulta tan sosín como pasearme por Lepe o Almendralejo. A lo que voy: que Togo es destino que nunca me puse en la cabeza y ahora la vida me lo pone por delante. Me dicen que las playas son inmensas y el país es hermoso. Leo su historia y está llena de nombres muy sonoros y pomposos. Dudo que tenga tiempo para hacerme con nada de lo que voy a ver. Pero pisar el país ya me pone en la situación de tener que leer sobre un país que nunca hubiera pensado visitar.
Togo me espera. Previo a eso, visitaré a la familia. Como si Lomé no me estuviera esperando.

martes, 27 de octubre de 2009

En sólo veinticuatro horas

En sólo veinticuatro horas y en distintos países, dos personas muy diferentes me han dado un único mensaje, claro y contundente: que busque tiempo para mí y que busque tiempo para hacer cosas que normalmente no hago (ir al cine, ir a la peluquería, ponerme mechas...).
Qué cosas: dos personas, dos países, dos continentes, dos idiomas, dos caras distintas y un único mensaje.
A lo mejor tienen razón.

sábado, 24 de octubre de 2009

Lo ha sido

Me preguntaba alguien en la anterior entrada si es que ha sido delirante esta semana. Sí, claro que lo ha sido. Además la semana no ha terminado todavía. Quiere decirse con eso que la semana, la laboral, sigue. Escribo desde Casablanca, ayer estaba en Sevilla y mientras tanto he pasado por Madrid. A regar las plantas y a cambiar la ropa interior. Literalmente.
Hace una buena noche en Casablanca. Noto la humedad en cuanto llego. Antes me ponía de mal humor. Cuando era más joven, quiero decir. Ahora ya no me pone de mal humor casi nada. Ni la humedad ni la mala fe. Eso es que me hago vieja porque noto que ya no me arrebato como antes y no sé si me gusta. Me recuerdo siempre arrebatada y nunca tendría razón pero eso me ponía la sangre por las nubes y, creo, me gustaba bastante la sensación.
Ahora gozo de mucha paz y me importa un bledo hasta la humedad de Casablanca.
Semana delirante y fin de semana húmedo en Casablanca.
Un beso a todos desde el reino de Marruecos.

viernes, 16 de octubre de 2009

Derecho al delirio (Lo escuché hace dos días de boca de su autor)

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. Las Naciones Unidas han proclamado extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar.

¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Al fin del milenio vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:

El aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir, no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;

El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;

La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;

La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;

Una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;

En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;

La perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

lunes, 12 de octubre de 2009

Y el Plus pál salón

Estoy viviendo un puente de aquellos de paz, amor y el plus pál salón. Poco más se puede pedir. Sobre todo, cuando pienso en lo que queda por delante hasta que las campanadas suenen y me comas las uvas, este remanso florido y hermoso es como un bálsamo para mi alma y mi cuerpo.
Mañana se acaba. Pero lo hemos vivido con tranquilidad y en el Sur, que siempre existe.
¡Viva la Hispanidad y la Virgen del Pilar!. Se me ocurre.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Primera vez

Hoy entré por primera vez en mi futuro hogar. Diría que me gusta lo suficiente como para haberme ilusionado y que me llega en buen momento. Confieso también haber llorado y no precisamente de la emoción ni de la alegría.
A lo que voy: que si es un lugar que me ilusiona y me emociona a partes iguales es que se trata ya de mi casa. No en todas las ocasiones un lugar de tan pocos metros cuadrados, consigue tantos efectos en mí en tan poco tiempo.
A lo que voy: que la casa es mía y no porque lo digan los papeles, que también. Sino porque ya me provoca vibraciones positivas y desequilibrios a partes iguales.
Es lo que hay.

lunes, 5 de octubre de 2009

Poema para el padre (a un año de su muerte)

Esto fue lo que pasó hace ahora exactamente un año.


Y fue entonces que con la lengua muerta y fría en la boca
cantó la canción que le dejaron cantar
en este mundo de jardines obscenos y de sombras
que venían a deshora a recordarle
cantos de su tiempo de muchacho
en el que no podía cantar la canción que quería cantar
la canción que le dejaron cantar
sino a través de sus ojos azules ausentes
de su boca ausente
de su voz ausente.
Entonces, desde la torre más alta de la ausencia
su canto resonó en la opacidad de lo ocultado
en la extensión silenciosa
llena de oquedades movedizas como las palabras que escribo.

Alejandra Pizarnik POEMA PARA EL PADRE

sábado, 3 de octubre de 2009

Un angelito

Un angelito bueno me guarda desde algún sitio. A punto de poder conocer por dentro mi nueva casa que a punto ha estado de no ser mía y que finalmente sí lo será, resulta que me entran unas dudas terribles sobre cosas que nunca he pensado. A saber: qué es el color bengué y cuál es la mejor encimera para la cocina. Dudas que nunca he vivido porque una, vagabunda errante por definición, siempre ha vivido de la imaginación de otros, en alquileres breves, menos breves pero, en cualquier caso, sin tener que decidir de qué color son las cortinas ni el suelo. A mis casi treinta y ocho años me enfrento por primera vez a la hoja de remates de una vivienda, a pelearme con los que hacen cocinas, a ver qué colores van mejor con mi personalidad y todo eso. No sé yo dónde parará. Además de la tremenda duda, me entra la congoja de saber que jamás he utilizado un destornillador ni una "blacandeker". Ni puñetera falta que me ha hecho porque eso ya lo hicieron otros por mí. O sea, que de intentar colgar un cuadro o una cortina podría terminar en presidio.
Sin embargo, un ángel bueno me hace llegar hoy una buena noticia. A través de un seguro dental que tengo contratado, resulta que me ha tocado un premio que consiste en una cosa muy graciosa. La cosa es que tengo dos sesiones de bricolaje gratis, con tres horas de mano de obra cada día. O sea, tengo a alguien que puede dedicar seis horas de su vida a colgar cosas en mi casa nueva. Pero tengo qué elegir qué quiero que me haga (no valen chistes fáciles). La cosa es que tengo que medir muy bien esas seis horas y saber si quieren que me miren las cisternas del cuarto de baño, que me cuelguen las lámparas o que me pongan los muebles de IKEA (sobreentiende ellos que voy a comprar muebles de IKEA).
La tensión es máxima en este momento. Tengo que elegir lo que menos se tarde en hacer de modo que en seis horas logre el resultado máximo.
Esta idea me pone mucho.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

El secreto de sus ojos o mi Darín for ever

Lo dicho. Que nadie se pierda esta película. Si no estais enamorados/as de Darín (como es mi caso desde mi más tierna y madura juventud), vais a caer rendidos. No hay ojos más hermosos sobre la faz de la tierra. Ni tío más listo. Que os lo digo yo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Misterios

Hace tres días en Johannesburgo, viví por primera vez eso de abortar el despegue del avión. El jefe del aparato informó a los viajeros correctamente de lo que sucedía resumiendo aquello en que un sensor indicaba que algo no iba bien y que había decidido dar la vuelta al aeropuerto para comprobar qué estaba pasando. Dos horas dentro del avión, más las diez horas de vuelo. Doce horas dentro del aparato. Medio día. Nada menos.
Lo extraño del caso no es que los pilotos cumplieran sus obligaciones. Lo extraño del caso es que hubo gente que se puso quejicosa y a voces diciendo que perdían una conexión a otro destino que enlazaba en Madrid. Como si no se hubieran dado cuenta que, por segundos, lo que podían haberse partido era la crisma contra la pista del aeropuerto sudafricano.
Hay misterios que no alcanzo a comprender. Este es el misterio de la semana.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Que no se va

Ayer, hizo un año del comienzo del final. Ese 23 de septiembre ingresaban a mi padre en un clínica, para luego ingresarlo en otra el 27 de la que ya nunca saldría por su pie como había entrado. Un año. Un año y no se van de la cabeza ni los gestos, ni las palabras, ni los silencios, ni las ternuras, ni los llantos. Ni el dolor, sobre todo el dolor, que no se va, que es mentira que se vaya, que no es cierto, que no me lo creo y que parece que hoy lo viviera todo otra vez.
Y estoy lejos de todo y nada me lo recuerda. Nada de lo que hay aquí tiene que ver con él. Pero es lo que hay. Comienza la cuenta atrás para un aniversario que no me gustaría tener nunca en la agenda y que va a estar ahí ya siempre. Hasta que la muerte nos separe.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Como sea

Esta entrada y a sólo cuarenta minutos del día 21 de septiembre es para madre y no podía ser de otra manera porque cumple años el día 21, porque es un cumpleaños difícil, porque yo estoy a diez horas de avión de donde ella está y porque hoy, más que en otras ocasiones, me hubiera gustado estar allí y no aquí. Pero la vida te arrastra por estos vericuetos y me encuentro, nada menos, que en Sudáfrica.
Siendo así las cosas, me las he pergeñado para sacarme mi conexión de Internet y felicitarla en público y despacio, decirle que la echaré mañana de menos todo el día, que querría haberla besado nada más sonar las doce de la noche en el reloj pero como todo esto no puede ser, estoy allí de todas las maneras y como sea.
Y que la quiero un huevo, señores y parte de otro.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Un lejano recuerdo

Pues sí. Las vacaciones de verano ya son un lejano recuerdo que parece no haber sucedido nunca. Llevo 19 días escasos trabajando y parecieran ya dos años por la velocidad y las prisas. Estamos enfermos. Al menos, en este país. Trabajamos todos demasiadas horas, no rendimos en proporción a las horas que trabajamos, las nuevas tecnologías parece que no nos aportan demasiado a la hora de hacer compatible el trabajo y la vida familiar y terminaremos todos como zombis dando vueltas y no sabiendo los unos de los otros. Cada vez resulta más difícil sacar un rato para charlar con un amigo, sacar un rato para un cine, un teatro, un paseo, no digamos para criar un hijo o para poner tu casa en orden. Estamos enfermos, insisto. Enfermos de soberbia, además, que es lo peor de todo.
Dicho esto y como soy una más de los muchos enfermos que pululan en este país (que podíamos subvidirnos en los enfermos con trabajo que además nos las componemos tan felices porque al menos tenemos nómina y los enfermos sin trabajo que se ponen enfermos de no ser tan enfermos como los enfermos de verdad), salgo esta madrugada para un viaje de diez horas de duración. Hasta Sudáfrica. En mis diez horas de vuelo, seguiré pensando en las miles de enfermedades que nos rodean y para las que no tenemos vacuna alguna. No me da miedo la gripe A. Me da miedo haberme dado cuenta esta semana que yo no he tenido tiempo para hablar casi con los míos y que estuve esperando respuestas y llamadas de amigos que tampoco llegaron porque confiesan no tener tiempo ni para miccionar. Enfermos, también.
No sé si todo esto parará algún día, si llegará un día el Juicio Final o qué. Lo que está claro es que cuando llegue, no nos juzgarán ni por culpables ni por víctimas. Nos juzgarán simplemente por gilipollas.
Nos vemos a la vuelta (os recordaré desde las alturas).

miércoles, 16 de septiembre de 2009

3 años y dos días

Hoy hace ya tres años y dos días que me incorporé a mi trabajo madrileño. Lo leo y no termino de creerlo. Corría el año de 2006, septiembre. Una dejó las provincias en lo laboral para instalarse en la capital del reino. A Madrid le debo muchas cosas en mi vida. También Madrid me debe a mí otras tantas. Empate, por tanto.
No sé cuántos me quedarán ni si terminaré aquí mis días laborales. Es mucho decir cuando según la actual legislación, me queda la friolera de veintiocho años hasta la jubilación. Pero tampoco hay nada que me venga a decir lo contrario. Ni nadie.
Me parecía que era un buen día para celebrar que Madrid, una vez más, me aceptó como uno de los suyos y esta la he paseado con nocturnidad y alevosía, en solitario, calle arriba y abajo hasta llegar a casa. Para terminar pensando que Madrid es mucho Madrid. Pero mucho.

martes, 15 de septiembre de 2009

Oh mon dieu!

Descubro con agrado que la plaga de cucarachas que asolaba mi barrio y mi bloque ha sido ya aniquilada. Apenas aparece alguna simpaticona por alguna esquina, saluda, se marcha o bien la hago fallecer cuando asoma el morro. La vida es dura y no se puede asomar uno así como así al exterior siendo una cucaracha. Eso ya debían saberlo todas las cucarachas del mundo. Digo yo.
Pero, al tiempo que descubro esto y aplasto los últimos ejemplares, descubro que en mi ausencia una vecina ha sido madre. No sé quién es pero no ha pedido permiso a la comunidad de vecinos para ello. Cosa que hay que hacer si piensa una traer al mundo una criaturita que tiene programado berrear día y noche como un becerro. Una criaturita que los tiene desquiciados y que ya está provocando problemones entre el papá y la mamá. Que ya no se llevan tan bien como el día que se conocieron para traerlo a este mundo.
Lo malo de esto es que no puedo avisar a la Comunidad para que me ayuden con esto. Ni tampoco le puedo poner un bozal cuando me lo encuentre en la escalera.
Empiezo a añorar la plaga de cucarachas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Desde mi portal

Los días pasan volando que ya estamos a quince. Estoy a tope de todo, sobre todo de trabajo, pero los días pasan y ha pasado una quincena. En cuanto nos descuidemos, estamos comiéndonos las uvas. Y hoy tengo yo un ataque de vértigo con esto del tiempo que no es normal lo rápido que va. No es normal y yo no sé frenar esto.
Este fin de semana dormiré en Johannesburgo que es un lugar que está muy lejos, tan lejos como que está a diez horas de mi casa, en el fin del mundo hacia abajo desde mi portal. Pasaré unos pocos países de madrugada y llegaré al amanecer. Y cuando me vea allí, me entrará un ataque de nostalgia hasta del último papel que tengo escondido en la última estantería del último rincón del último pasillo de mi casa. Y no podré evitar querer volver porque si de algo sirvió el tiempo es para hacerme muy mayor y querer estar al lado de mis cosas. Para que nadie mueva nada, para que no pase el tiempo.
Os pensaré desde tanta lejanía y querré volver para seguir pensando a cada uno de vosotros de más cerca. Que no me fío.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Semana curiosa

Semana curiosa, cuando menos. Aquí y allí. Acá y acullá. Lo antiguo y lo nuevo. El pasado y el presente. No vi el futuro por ningún sitio. Y resulta que ya es viernes. Casi sin sentir. No tuve fuerzas para venir por aquí pero os tenía en el pensamiento. Ni siquiera sé si Berto y Buenafuente ya salen sin estar enlatados con los refritos de la temporada pasada. No sé desde cuándo no he visto la tele. Ni he podido leer un periódico. Volvemos a la realidad mañana por la mañana.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Fabada

Hay una tienda maravillosa cerca de mi casa que abre hasta muy tarde (y no es de chinos). Ahí me abastezco de jamoncito, huevos, pimientitos de padrón, mejillones en escabeche, arreglos de cocido, ciruelas, yogures griegos, pan, café con toda su cafeína, croquetitas, verduras frescas, enlatadas, habitas. Mil cosas. Siempre voy porque siempre encuentro alguna cosa nueva que traen y que nunca han traído antes. Se preocupan de lo que traen y me gusta cómo lo colocan.
Sólo me llama la atención la chica que me atiende. Dulcísima, educadísima, estupenda. Extranjera. Hemos hablado mil veces de su país, de su pueblo, de su gente. Me pregunta por lo mío. Todo eso entre pimiento y pimiento. Jamás pasa un límite, jamás una palabra incorrecta, jamás un gesto raro.
Un día cogí un arreglo de fabada. Por primera vez, le echó valor y me dijo que para qué servía esto que andaba cogiendo y que le explicara cómo se cocinaba. Y me miró muy extrañada. Confesó que nunca compraba en esa tienda.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Lo que viene

El viernes me sabe muy bien en esta ocasión. No se me ha hecho finalmente penoso esto del regreso. Todo lo penoso que es volver a los horarios y a los despertadores pero lo he sobrevivido con dignidad. Incluso, diría, con cierto gusto. Mis horarios veraniegos son tan poco disciplinados que un poco de disciplina en los próximos once meses no viene mal.
Por lo demás, hay algo que sí me da miedo del otoño. Y es la gripe A. Y no porque piense que la vaya a pillar sino porque me da a mí que no habrá conversación en la que no salga, noticiero que no nos dé el número de infectados y fallecidos, radio que no hable del tema. Veo difícil que pase un día sin que me hablen de esto. Me empieza a cansar la cosa. Lo confieso.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un primer día de trabajo

Para no agobiarnos en exceso en este uno de septiembre, me he ido al cine al salir del trabajo y me he visto la que aquí traigo. Lo he pasado bien y, además, he descubierto una tiendecita de gastronomía damascena justo enfrente del cine con cositas que no logro encontrar de otra manera. Algún día prepararé una cena para celebrar lo que se me ocurra.
Curado el susto del retorno y del primer día de trabajo, esto es lo que os traigo aquí.

Libro de condolencias

Abro aquí una entrada para que me dejeis los mensajes que proceden en un uno de septiembre a las doce la noche cuando una ha agotado agosto. La buena noticia es que no he sufrido ningún atasco, ni al ir, ni al volver. La buena noticia es que he descansado de verdad. La buena noticia es que he hecho lo que me ha dado la realísima gana. La buena noticia es que mañana vuelvo a trabajar. La mala noticia es que todo eso es verdad pero, aún así, preferiría escaparme y darme a la fuga en tal día como hoy.
Aún así, resistiré, como dijo el otro.

sábado, 29 de agosto de 2009

¡Ay! (y cosas a compartir)


La cosa me duele y de ahí el título. Apenas me quedan unas horas de relajo pero la mente ya empieza, como diría el tango, cuesta abajo en la rodada. Al menos, este año he conseguido apagar el móvil de trabajo y mirar el correo únicamente para quitarle la basura. Que no es poco. Esta tarde iré a ver la de Coixet (a falta de Darín, buenas son tortas). Si fuera por las críticas que ya he leído, ni me movería del sillón. Pero habida cuenta que dicen que hay sexo, comida y violencias varias, vamos a ver qué pasa con la cuestión. Por lo menos, la foto adorna el blog y queda vistosa. Eso por el momento.

Para quien lo dudara, me quedé atascada con la trilogía en el tercer volumen como si fuera un mal parto. Ni modo. Me quedan doscientas páginas y no puedo con la cosa larssoniana. Ahora viene lo peor: intentar vender los tres libros a un buen precio a quien me los quiera comprar. Y es que no aprendo, no. Todo se andará.


(Y cosas a compartir)


http://www.christojeanneclaude.net/

Por compartir alguna cosa de las que he visto en directo este agosto (las que he leído o visto en pantalla están en la columna), os podría contar que visité los monasterios de Yuso y Suso, el monasterio de Cañas, Santo Domingo de la Calzada, San Millán de la Cogolla, el monasterio de Nájera (todo esto me hace más santa y he venido prendada de la sobredosis de reliquias y huesos que conservamos en esta tierra), visité Pamplona, Estella, el monasterio de Iratxe (que está dejado de la mano de todos los santos y de Dios mismo y se te parte el alma al entrar allí), Tudela, Briones, Zaragoza, el museo del vino Vivancos, Logroño y en los alrededores de Logroño, el museo Würth con una exposición de Christo y Jeanne-Claude que a mí me ha llamado especialmente la atención (eso a pesar de haberme encontrado con cositas de Miguel Ángel, Picasso y Goya en mi peregrinar) . Por si os entrara la curiosidad, os dejo aquí los enlaces. Lo de Würth, como digo, llama la atención. Y, por si no tenía bastante, me he hecho algunos tramos del Camino de Santiago en dirección contraria (a ver quién puede decir lo mismo en cinco días de ausencia).


http://www.museowurth.es/

jueves, 27 de agosto de 2009

Bella estampa riojana

Mientras fuentes bien informadas me comentan en la entrada anterior que Ricardo Darín se ha hecho carne hoy en una calle de Madrid, yo me encontraba grabando esta bellísima estampa riojana en una calle de Logroño (¡coño!), ignorante al hecho de que el hombre de mi vida se aparecía de pronto en una calle de la Capital del Reino. Tengo la mala costumbre de estar siempre en el lugar no correcto y en el momento que no procede. Pero, en este caso, no tengo perdón del Altísimo.

Espero que la vida me dé una segunda oportunidad. Eso o le meto las trompetas a los riojanos del video por el mismísimo. Ustedes entenderán el arrebato. Las imágenes están grabadas en la calle Laurel hace un rato. Bien podrían haberse grabado en la calle Lirio. Ya puestos.

Besos a todos.

Tocando a su fin

El final ya se va viendo en el horizonte. Mañana regreso a Madrid para terminar las vacaciones después de una ruta intensa en huesos, monasterios, escapularios, reliquias y vinos por La Rioja y aledaños.Para compensar, el año que viene me haré una ruta de burdeles o así. Por mucho garito que visitara, no llegaría nunca a contrarrestar el estado beato que este viaje me ha proporcionado. Mucho pecado tendría que cometer para ponernos a bien con el demonio. Se intentará, no obstante porque tengo ganado el Cielo para los próximos mil quinientos años. O así.
Nos vemos pronto.

sábado, 22 de agosto de 2009

Microlax

Acabo de ver el anuncio éste de las manadas de turistas que van y vienen en un viaje organizado (sin tiempo para defecar, a lo que parece). Lo más tierno es cuando la chica llega a la habitación del hotel y se saca la cosa microlaxiense que va como un guante.
Caigo en la cuenta que es la primera vez en mi vida que voy a viajar con un viaje organizado (no cuentan las excursiones egeberianas ni el bachillerato). No sé cómo me voy a sentir, acostumbrada como estoy a viajar tanto, tan en soledad, tan lejos, tan sin nadie, tan conmigo. Mañana viajo sin manejar yo el vehículo, sin controlar yo los horarios, sin decidir por lo que se ve cuando voy a ir al cuarto de baño y sin nada de lo que habitualmente tengo que hacer. La ventaja es que tengo que pensar poco. La desventaja es que me da la sensación de que todo el mundo vuelve con estreñimiento de un viaje organizado.
A mis 37, es la primera vez que esto me sucede. Me lo voy a tomar como la aventura del siglo. Como lo que es, en realidad. Aunque advierto a mis lectores que me llevo el permiso de conducir por si me agobio a tal extremo que decido alquilar un coche y darme a la fuga.
Nos vemos a la vuelta.

(Destrozado)

Mientras escribía la entrada anterior, alguien se dedica a destrozar uno de mis tangos preferidos entre las mesas de la terraza del bar que queda justo debajo de mi balcón. Por menos, por mucho menos, alguien cometería una tropelía. Me voy a limitar a dejar constancia de este atentado contra la humanidad (el hideputa ya lleva mezclados tres tangos y no logra dar con el final). Que el Altísimo se apiade de su alma y de mis oídos.

Me voy

Os saludo a todos desde la página 187 del tercer volumen de la trilogía del Larsson donde estoy viviendo desde hace unos días. Sigo pensando que este enganche mío es inexplicable pero aquí estoy parada. El caso es que renuncio unos minutos a seguir la trama porque recuerdo que estais ahí, al otro lado de la pantalla y quería hacer público que no creo yo que la muerte de Stieg Larsson haya podido ser una muerte natural. Supongo que llego a esta conclusión y que otros ya lo pensaron pero lo más fascinante del caso es que no estoy enganchada a su trilogía sino al tipo que la escribió.
Lo más fascinante del caso es conocer que la que fuera su pareja durante 32 años no ha recibido un euro por la publicación por no estar casada con él (y no lo estaba por cuestiones de seguridad). Lo más fascinante es que el padre y el hermano se han embolsado la cosa y la pobre señora no ha visto un euro (o una corona, digo yo). Lo más fascinante de todo esto es que después de tanto ir y venir con las suecas en este país, viene una a descubrir lo fascinante que es ser sueca, compartir tu vida tres décadas con un tipo, no casarte con él por aquello de tenerle aprecio a tu pescuezo y encima dar tu nombre y apellido cuando el caso lo requiere por aquello de tenerle aprecio también al pescuezo del tipo en cuestión.
Fascinada por todo ello, sigo en la tarea. Mañana salgo de viaje. No diré que a Suecia porque no es verdad ni de lejos. No salgo del territorio nacional ni falta que me hace.

jueves, 20 de agosto de 2009

Millennium y el café

Inexplicablemente ya estoy enganchada a la segunda parte de Millenniun y tengo la tercera en reserva. Digo inexplicablemente porque hay cosas que ya me llevan fastidiando desde el final de la primera parte pero me tiene la cosa enganchada como si de cocaína se tratara; tal vez, sean las ganas de confirmar del todo las cosas que me fastidian.
También es cierto que nunca había leído una trilogía donde se bebiera tantísimo café. Cafeteras y cafeteras desde que empezó la cosa. Lo peor es que cada vez que se preparan un café a mí me entra el impulso de hacer lo propio. No digamos cada vez que encienden un cigarrillo. Por esta parte, la parte cafeínomana de mi personalidad, le disculpo a Millennium casi todo lo que me pueda estar inquietando.Ahora bien: lo que no perdono bajo ningún concepto es el catálogo de Ikea. Que diera la sensación de que el Larsson fundó Ikea o tenía acciones allí.
Sea como fuere, el enganche es real. No lo vamos a negar. Para la sesión de lectura de hoy, ya me estoy poniendo una cafetera (la de seis servicios, por si acaso).

martes, 18 de agosto de 2009

Soñar con hormigas

Recuerdo pocos sueños pero anoche soñé con ejércitos de hormigas negras llenando el cuarto de baño y el pasillo más cercano a mi habitación. Como casi nunca recuerdo los sueños que me ocurren, no me ha dado nunca por lo del significado de los mismos y el psicoanálisis. Esta noche me he hecho una intensa búsqueda por Google (esto siempre agota) y he encontrado cosas tan dispares como que voy a tener molestias constantes (no me aclara dónde), que también eso me quiere decir que me tengo que organizar mejor el trabajo (a otro con esta cantinela) y alguna más desagradable.
De pronto, me encuentro con que voy a tener buenas perspectivas dentro de mi actividad profesional y que será importante colaborar con otros para realizar mis deseos (me temía yo que tanta hormiga no podía terminar si no es en el trabajo en equipo, para varíar la copla). A pesar de la perspectiva de colaborar con otros para realizar mis deseos (que digo yo que mis deseos son míos y lista estoy si espero que otros me colaboren en ellos), me quedo con esta interpretación. Curioso esto del significado de los sueños. La próxima entrega para cuando recuerde otro sueño y sólo espero que eso suceda dentro de otros cuarenta años. O así.

sábado, 15 de agosto de 2009

Meridiano

Pues estamos a la mitad de lo que llevaba once meses esperando. He de decir que esto pasa con una velocidad excesiva. Al menos, este año. Queda otra mitad que espero sea tan saludable y provechosa como la primera y que, presiento que no, parezca más lenta.
De tanto relajo, no he tenido ni ganas de pasarme en exceso por aquí. Pero sigo respirando (que conste).

sábado, 1 de agosto de 2009

Todo llega (y todo pasa)

El satélite Deimos1 entra en órbita o así y yo estoy de vacaciones por si alguno de mis conocidos o lectores desconocidos desconociera el dato. Estoy de vacaciones formalmente, con todas sus consecuencias, con cara de haber dormido más de doce horas, con la sensación de que me lo merezco todo (sí, todo, ¿qué pasa?), con la sensación del deber cumplido y de los placeres por cumplir.
En esta tarde primera, hago todos los planes posibles e inviables de todo lo que querría hacer con mi relajo. Sé que nada se cumplirá por mi propia pereza pero el placer de pensar cosas que puedo hacer ya es suficiente placer. Me da igual que no se cumplan. Pero tengo el tiempo para hacerlas.
Intentaré no hacer sangre en estos días. No hacer daño a nadie. No herir las sensibilidades de quienes se levantan a trabajar. No creo que lo logre porque tengo desatada la maldad en estado puro, los ánimos de vengaza y puedo llevarlo hasta sus últimas consecuencias.
No obstante, os quiero.

miércoles, 29 de julio de 2009

En menos de 24 horas

Creo que fue Simone de Beauvoir quien dijo aquello de que las mujeres buscan hombres que aún no existen así como los hombres buscan mujeres que ya no existen.
Cuando escucho que, en menos de 24 horas, y en este país, dos hombres han asesinado a sus mujeres y se han suicidado (sumadas estas dos a la lista que ya llevamos en 2009, la cifra es escalofriante) creo que los tiros van por ahí.
Por ahí van los tiros, creo, porque a nosotras se nos ha contado una película que nadie se la cree y a ellos les han contado la historia de siempre, que resulta más cómodo para sobrevivir como un campeón. El caso es que comprando la película que nos han contado resulta que para ser alguien tienes que haber hecho tres carreras universitarias, un máster cinco idiomas, haber residido en Bruselas (por lo menos) un tiempo; además de eso, tienes que medir lo que tienes que medir y no más, hacer ejercicio diario, ser simpática, llevar las mechas que lleva Penélope Cruz (y a ser posible sus tetas y su culo) y haberte casado y parido. Todo esto, a ser posible también, antes de los treinta años. Para todo esto además, te has de apañar con un sueldo de mil euros con el que, no lo olvidemos, también tienes que pagarte la hipoteca. A medias, viene mejor. Pero eso supone también el reparto de las tareas domésticas (ya que compartes cama, qué menos que hacerla juntos). Todo esto contando con que has de haber parido a ser posible antes de los 40 y si es posible, no abusar mucho del sistema escolar (no vaya a ser que los maestricos se molesten si pierden un mes de vacaciones), pagando tu guardería religiosamente o explotando a las abuelas (que estas no deben de ser mujeres liberadas, imagino) y abuelos (en mucha menor medida).
La que intenta todo esto termina con su correspondiente paranoia. Entonces tampoco está bien porque los ansiolíticos con caros y tampoco se llega ahí con los supramentados mil euros. En resumen que cuando te quieres dar cuenta del engaño y decides largarte con un caribeño al Caribe, te topas con lo de siempre. Y lo de siempre lo rellenan ustedes que se lo saben igual que yo.
Con la esperanza de que sean las últimas (con el temor de que sé que no será así), que descansen en paz ya que en vida no las dejaron vivir en ella.

martes, 28 de julio de 2009

Ocurrió de verdad

Siempre que me relajo y me voy relajando conforme se va acercando el viernes próximo, se me vienen las cosas que me gustan a la cabeza. Los versos, estos, de Salinas siempre me salen cuando estoy como hoy estoy. Con el privilegio de poner la mente en blanco en rato y no acordarme de mucho más. Más que de lo que me gusta. Os lo pongo por aquí para que os sirva como a mí.
Ha sido, ocurrió, es verdad.
Fue en un día, fue una fecha
que le marca tiempo al tiempo.
Fue en un lugar que yo veo.
Sus pies pisaban el suelo
este que todos pisamos.
Su traje se parecía a esos otros
que llevan otras mujeres.
Su relój destejía calendarios,
sin olvidarse una hora:
como cuentan los demás.
Y aquello que ella me dijo
fue en un idioma del mundo,
con gramática e historia.
Tan de verdad, que parecía mentira.
No.
Tengo que vivirlo dentro,
me lo tengo que soñar.
Quitar el color, el número,
al aliento todo fuego,
con que me quemó al decírmelo.
Convertir todo en acaso,
en azar puro, soñándolo.
Y así, cuando se desdiga
de lo que entonces me dijo,
no me morderá el dolor
de haber perdido una dicha
que yo tuve entre mis brazos,
igual que se tiene un cuerpo.
Creeré que fue soñado.
Que aquello, tan de verdad,
no tuvo cuerpo, ni nombre.
Que pierdo una sombra, un sueño más.

lunes, 27 de julio de 2009

Cuenta atrás

Señoras y señores: comienza la cuenta atrás para irme de vacaciones. Me ha costado la misma vida volver después del fin de semana porque el cuerpo ya está de vacaciones. Pero he vuelto en contra de lo que manda la sensatez, he vuelto para rematar esta semana última de julio. Cinco días y comienza la cuenta atrás.
El próximo viernes os miraré un poco por encima del hombro, no podré evitarlo, sobre todo a quienes les toca trabajar ya. Puede parecer una crueldad pero es lo único que me pide el cuerpo: venganza.

jueves, 23 de julio de 2009

El café de la mañana

Me gusta recordarle a todas horas. Me refiero a mi padre, claro. Ayer me contaba mi progenitora que se había encontrado de casualidad con uno de sus antiguos compañeros de trabajo, ya jubilado. Habían conservado el hábito del café de la mañana entre los antiguos compañeros de café. Le cuentan que repiten cosas de las que él decía en esos cafés, chascarrillos, chistecillos, algún repaso a algún político del momento. Repiten, al cabo, trozos de su vida y de su ser. Eso me gusta. De alguna manera, está en el café de cada día y en cada uno de esos hombres que compartieron café con él tantas mañanas.
Me gusta recordarle así, en ese café de las mañanas, donde se le podía ir la vida misma y la voz arreglando el mundo. Creo que a mí me gusta arreglar el mundo en un café porque es algo que va en la genética que le heredé. Me gusta recordarle ahí, cuando aún trabajaba, cuando tenía que decidir cosas, cuando se cansaba de decidirlas. Me gusta porque recordarle viviendo su última juventud.
Me gusta saber que está en el café de las mañanas. En nuestros aperitivos. En los viajes que nos queden por hacer. En lo que dejó de bueno a mi familia. En los recuerdos que pueda haber dejado en sus hijos y los recuerdos que hagamos llegar a sus nietos. Es lo único que me consuela y lo que más me gusta. Que se le recuerde a todas horas y que alguien me diga que le recuerda y le repite las frases que él dijo.
No me gusta el silencio, no me gusta que no se recuerde a quien no está. No me gusta cómo quieren hacerte creer que es mejor pasar las páginas, olvidar rápido, pasar de puntillas por la muerte y lo que la rodea. No me gusta lo poco que esta sociedad nuestra recuerda a sus muertos. No me gusta. No me gusta parecer culpable de querer recordarle a todas horas porque recordarle a todas horas, ni me duele, ni me pesa, ni me entristece. Recordarle a todas horas es el único homenaje que ya puedo hacerle. Y no me gusta que me digan que es mejor no regodearse en el recuerdo.

Damasco, Alepo, Ammán...y otras menos vividas, pero igualmente paseadas

Hace mucho tiempo que no dedico ni un minuto a las ciudades vividas. Hoy ha llegado el momento. Me quedé en mi año 94-95, ese año incierto y tontorrón en que una acabó la carrera, no llegaba aún a la categoría de becaria en condiciones y por empezar, empezó un doctorado, un curso de inglés, uno de francés, uno de italiano y no lo empecé de checo porque ya me hubiera sentido mal. Un año incierto y raro. Clases de doctorado, sin saber muy bien en qué quería una doctorarse. Pero al final de aquel año raro, llegaron dos becas: una para Estados Unidos y otra para Siria (en el camino, habíamos desechado la idea una beca para Irán que puestos a imaginar, casi me da por mejorar mi persa). El caso es que en esa intensa búsqueda sin saber muy bien qué hacer, cuando quise darme cuenta, estaba sacando un visado para la República Árabe Siria que, en realidad, fue la tercera opción que yo había solicitado.

Llegué a Damasco un 9 de octubre de 1995. Volvería definitivamente a España un 20 de septiembre de 2000. Recuerdo la primera noche de la llegada como si la viviera en este momento. En solitario, me espera un conocido de una conocida. Lo de siempre. Un compatriota desconocido que se presta voluntariamente a hacer la recogida en un aeropuerto que, de entrada, no se olvida. Tres días de acogida amable y temporal, búsqueda de una habitación y nueva vida. Pasé por el barrio de Bab Touma un tiempo, por el barrio de Rukn Al-Din otro tiempecito, por el barrio de Al-Mezze, otro tiempecito, dos años en Alepo, vuelta a Damasco y regreso a España.

En realidad, son dos ciudades vividas y un país pateado de arriba a abajo. Damasco, Alepo, Damasco. En mitad de todo aquello, visitas al Cairo, visitas a Beirut, una estancia de unos meses en Ammán y algún que otro devaneo con la madre patria. Mentiría si dijera que no echo de menos Siria. Mentiría si dijera que querría volver a vivir de nuevo el exilio. Tanto lo eché de menos como me alegré de la vuelta definitiva.

Pero, para quienes no lo conoceis, hay que ir. Hay que ir a Damasco, a Palmira, a Hama, a Homs, a Alepo, a Beirut, a Petra, a Jerash, a Jerusalén, a Belén, a Trípoli, a Maloula, a Baalbeck, a Biblos, a Seidnaya. Hay que ir. Hay que pasar por allí, al menos, una vez en la vida.

Contad conmigo para una próxima vuelta.

miércoles, 22 de julio de 2009

Lento como una pena

Julio está pasando lento como una pena. Otros julios se me hicieron menos pesados pero he llegado a este especialmente cansada. No importa porque agosto me servirá para regular los disparates de estos últimos meses. Disparates de todo tipo en cuanto al sueño, a los viajes, a las idas, las venidas, la comida, la no comida. Agosto me servirá para eso y para más. Para poder, durante treinta días, pensar sólo en lo que de verdad quiero pensar. No narcotizarme con lo que me viene impuesto para que yo lo piense. Esta noche ya sonaron nombres posibles: Javea, Coruña, Santander, Oviedo. Da igual. Da igual donde vaya a ser pero será con calma.
Eso ya me hace disfrutar.

martes, 21 de julio de 2009

Por entretenerme

Por entretenerme, me estoy imaginando esta noche a mí misma y ya de vacaciones. No puedo escribir aquí las cosas que se me ocurren. Mucho me temo que las vacaciones me van a quedar pequeñas. Debería no entretenerme tanto por las noches.

lunes, 20 de julio de 2009

20 de julio

A pesar del tiempo pasado (y cualquiera tiempo pasado no fue mejor), recuerdo que quien fuera mi marido habrá cumplido hoy cuarenta y dos años. Hace la friolera de seis que no sé nada de su existencia pero las fechas a mí se me graban a fuego para la eternidad. Recuerdo fechas muy absurdas y esta la recuerdo cada año por absurdo que parezca. Así que le dejé en los treinta y seis y no sé cómo habrá sido su entrada en la cuarentena ni me provoca la menor curiosidad pero aún así mi memoria me trae estas fechas.
Como me traen las edades y fechas de gentes que ya no están porque desaparecieron de mi vida o desaparecieron de la suya y por ende, de la mía también. Recuerdo siempre especialmente a aquellos que quedaron en una edad demasiado joven que yo ya he superado o a la que estoy próxima. Se quedaron parados ahí y la última imagen es la de alguien demasiado joven para desaparecer. Veintiseis años, cuarenta años...y me entra el vértigo de pensarlo.

domingo, 19 de julio de 2009

Estadística

Anoche estuve en una cena maravillosa de jóvenes amigas. Maravillosa porque cené maravillosamente con buena compañía y con un excelente champán que me puso un cuerpo de jota que me dió señales de alarma a las tantas de la madrugada. Pero que me quiten lo bailado.
En esa cena de jóvenes amigas, siete conmigo para ser más exactos, juntábamos la friolera de cinco divorcios (una de ellas reincidente), dos solterías y un único matrimonio aparentemente feliz. Todo esto sólo entre siete. Ninguna llegamos a los cuarenta. Inevitablemente cabe pensar que algo ha cambiado en este país. Algo tan gordo como que no podemos vivir con nuestros hombres ni nuestros hombres con nosotras. Inevitablemente, cabe pensar si los cinco divorciados estarían en cenas paralelas con estadísticas igualmente escalofriantes, como es de suponer.

viernes, 17 de julio de 2009

Mucho asco

Resulta que una servidora se quiere levantar cada día con serenidad y resulta que cometo siempre el mismo error: ponerme las noticias de las siete, mientras me hago el café, me ducho y me preparo para salir. Resulta que cada día me cuesta más.

Me cuesta porque escucho que cinco menores de edad y uno de 22 han violado a una criatura de 13 años, a plena luz del día y en la piscina municipal de su pueblo. Escucho eso y escucho que eso sucede porque uno de los menores, antiguo noviete suyo, la había grabado previamente manteniendo relaciones con él, la chantajea y la obliga a mantener relaciones con los demás. Se me hiela la sangre ahí. A continuación escucho que una testigo de la violación tarda cinco horas en ir al cuartelillo a denunciar. O sea, que se entiende que pasaba por allí, vió lo que estaba pasando, se fue para su casa, se lo pensó, probablemente comería algo en esas cinco horas y después, se le removería la conciencia y terminaría por dar cuenta de lo visto. Se me petrifica el alma. Sigo escuchando y resulta que uno de los menores, de 13 años, está en su casa al igual que otro que es discapacitado (a éstos les sale gratis violar por aquello de la discapacidad, a lo que se ve); otros están en una casita de muñecas para menores que se portan mal y no llegan a los dieciocho y sólo el mayor, está en prisión (poco tiempo, imaginamos, hasta que le saquen una discapacidad, un eximente por consumo de droga o hasta que diga que no sabía lo que se hacía). Se me paraliza el pulso.

Con la sangre helada, el alma petrificada, el pulso paralizado, se me hace difícil pensar cómo explicarle a una niña de 13 años que, en este país, sale gratis ser grabada y chantajeada mientras mantenía relaciones con su noviete voluntariamente y que sale gratis cada una de las violaciones que tuvo que sufrir a la vista de los vecinos (al menos de alguna vecina), en la piscina de su pueblo y a plena luz del día, cuando lo que tenía por delante era un verano pacífico después de su curso escolar.Aún se me hace más difícil explicar a esos padres que esto es así. Que habrán de cruzarse con los violadores de su hija y respetarles la minoría de edad y la discapacidad y eso por el resto de su vida.

Todo esto, me da mucho asco, en serio. Tanto que no me llega el cuajo ni para escribir lo que realmente estoy pensando.

No tengo mantequilla

Es extraña la vida. Llevo viviendo en esta casa más de un año y unos meses y nunca le había visto la cara a mi vecina. Me sé sus horarios, me sé sus relaciones, sé que tiene novio, sé de qué hablan, sé qué comen, sé cuándo se va de vacaciones. Pero nunca la había visto.
Hoy se ha producido el milagro, hace una hora. Hace una hora suena el timbre de casa, a medianoche. Lógicamente, ni me molesto en abrir. Insiste. Pregunto quién es. Me dice que la vecina de al lado. Como sí conozco su voz, abro la puerta.
Me encuentro una chica rubia, delgadita, en camisón, con una cara y una voz muy agradables que me pide disculpas por la hora y la insistencia. Quería preguntarte si tenías mantequilla, antes de que apagues la luz. Estoy haciendo un pastel y me he quedado sin mantequilla. De pronto, le explico que mi nevera es un desierto de emociones. No sólo hoy. No sólo es que no tenga mantequilla. Por no tener, no tengo ni perrillo que me ladre para que no se me eche a perder con tanta ausencia. Se marcha triste porque no va a poder terminar su bizcocho.
Cierro la puerta y pienso que a lo mejor la podía haber invitado a un café para que me contara para quién prepara un bizcocho a las doce de la noche y por qué tanta prisa a medianoche de encontrar mantequilla. Qué la lleva a venir de madrugada a saludar a quien no ha saludado en un año y medio por unos gramos de mantequilla.
Aún me he quedado un rato sintiéndome culpable por no tener mantequilla en la nevera.

jueves, 16 de julio de 2009

Fin de fiestas

Bien, queridos y queridas, regresando hoy de Marruecos doy por cerrada la verbena de idas y venidas hasta, posiblemente, el mes de octubre. Agosto será mi remanso espiritual y apenas queda ya nada para eso. Catorce días. Septiembre no será viajero y a las andadas, sólo volveremos dentro de dos meses.
Hoy, y para rematar, he embarcado con una excursión de jubilados judíos israelíes que viajaban de Casablanca a Madrid en un número de doscientos aproximadamente. He tenido la mala suerte de embarcar la última, detrás de todos ellos. Tres horas de retraso. Mientras tanto he practicado mi hebreo y me he venido para Madrid mucho más sueltecita en este sagrado idioma de lo que salí de casa. Dónde va a parar.
Para completar el cuadro, se nos ha incendiado el avión en Madrid y una vez en tierra. Afortunadamente, los pasajeros ya estábamos esperando maletas y, al parecer, alguien habrá tirado una colilla en el fuel que ha caído al suelo y justo por donde tendrían que salir las maletas. El caso es que han llenado la pista de espuma y así las maletas que no han sufrido daños. Otra hora más esperando que encontraran nuestras maletas debajo de la espuma.
Pero, y al fin y al cabo, pequeñas anécdotas que no me han impedido llegar a casa y sentirme feliz y contenta por la perspectiva de los próximos días.
No es para menos.

lunes, 13 de julio de 2009

Terrorífico error

Leo a la noche la noticia de la muerte del bebé marroquí por un error médico después de la muerte de su madre hace unos días. Una se pregunta qué pecado tan grande pudo cometer para purgar en tan poco espacio y tan poco tamaño todos los pecados de la Humanidad.
De inventarlo, parecería un relato poco creíble. Tanta mala circunstancia junta en el mismo lugar, tanto astro descolocado y tan triste resultado. Pero resulta que es verdad y ha sucedido. Terrorífico error, dice el gerente. Ni por todo el oro del mundo hubiera querido verme en su pellejo. Eso desde luego.

domingo, 12 de julio de 2009

Con mis pasados y mis cosas

Va quedando menos. Mucho menos para mis vacaciones. Parece una tontería pero no estoy de vacaciones desde hace casi once meses. Que me dirán ustedes que eso es lo normal y ya, ya lo sé. Pero no es normal que yo me merezca eso.Este año sí me veo como el preso que cuenta palitos en la pared porque también me he visto como el malabarista de un circo yendo de un lado a otro e intentando que nada caiga al suelo.
Comienza la cuenta atrás para llegar al dulce momento de empezar mis vacaciones. No he pensado qué hacer con ellas. Me da igual. Sé que quiero dormir, dormir mucho, descansar. Refrescarme a todas horas, volver a dormir. Reposar los huesos. Querer, dejarme querer. He pensado en Barcelona, en Vigo, en Coruña, en Santiago de Compostela, en mi casa, en la de otros. Me da igual el destino pero ya estoy saboreando el descanso sin que haya llegado.
Pasado mañana, salgo para Casablanca. Regresaré el jueves. Y casi inmediatamente después, volveré a mi casa, con mi gente, con mis pasados y mis cosas, mis garabatos y mis fuegos, mis sobresaltos y mi sombra.
Entonces y sólo entonces, os pasaré lista a todos. Para que nadie se escape.

jueves, 9 de julio de 2009

La Goulette

Anoche me fumé un narguile de dos manzanas a pie de playa, de la Goulette en Túnez, para ser más exactos. Era el único lugar del territorio tunecino donde corría una pequeña brisa y se podía tener una charla amable. Túnez ha cambiado algo o será que yo llevo más dinero en el bolsillo desde que me hice mi primer curso de árabe en el Instituto Bourguiba en el año 93. El caso es que me tomé un muy buen pescado, logré relajar músculos que tenía estirados desde la estancia en Bruselas y de no ser porque tenía pagada la habitación, me habría quedado a dormir en la playa, a ver amanecer allí y me habría ido directamente al aeropuerto.
El calor era insoportable, pegajoso, a todas horas. Túnez estaba ya lleno de miles de turistas también insoportables, pegajosos y a todas horas. Pero de esto ya hablé cuando propuse los aviones para gente bien vestida y gente en bermudas. Soy yo, lo sé. Pero el caso es que ya me queda menos también para convertirme en una turista insoportable y pegajosa. Cuando me cruce con un desgraciado que esté trabajando en agosto, le haré saber que es eso: un pobre hombre.
Próximo destino: Marruecos. El día 14.

domingo, 5 de julio de 2009

Militantes de la vida

Hoy es día cinco y el cinco es un número feo en mi familia desde hace nueve meses. Este cinco, como los que le precedieron, va marcando la distancia de aquel otro, un mes, dos meses, tres y así hasta llegar a los nueve meses de hoy. Va marcando la distancia inevitable en el tiempo pero cada cinco es un pellizco en la memoria que te lleva a aquel otro, al último gesto, al último momento.
A pesar de ello, y aunque el cinco es feo y porque somos militantes de la vida que diría Benedetti, aquí estamos, en la mañana de un cinco de julio, recordándote, por si me leyeras de algún sitio, por si me vieras, por si me escucharas, por si Internet fuera tan eterno como la eternidad y llegara tan lejos como parece y con tanta velocidad como quisiera.
Por si leyeras, qué más decirte que todo lo que quedó dicho y ya sabías. Que estamos aquí, militando en la vida, no dejando que la canción se haga cenizas, cuidando lo que fue tuyo, recreando cada momento que dejaste y cada cosa que dijiste. Que aquí estamos, padre, pensando en lo buena que fue la vida contigo y lo injusta que fue la muerte. Aquí estamos, sí, juntos, contigo en todo momento y sin ti a cada hora. Que aquí estamos, sabiendo que sin ti, si tus gestos, sin el niño que fuiste, el joven, el adulto y el anciano que nunca llegaste a ser, no seríamos quienes somos. Que estás en todo sin rastro de tu presencia, de tu voz, de tu alegría.
Pero que aquí estamos. Para cuidar lo que fue tuyo.

sábado, 4 de julio de 2009

Gente en bermudas

Ayer, facturar en Bruselas fue una pesadilla. Por el número de gente y por la pinta que tenían todos de irse de vacaciones. Una está allí, con su maleta, su cara de agotamiento, su pinta de venir de currar y tienes al lado a una panda de paranoicos con bermudas y sandalias con los dedos al aire. Todos con una pinta de salud mientras que tú sólo quieres facturar tu maleta para poder deshacerla y hacer otra. No es tanto pedir.
Si esto fue el Bruselas-Madrid, no quiero ni pensar en el Madrid-Túnez que mañana me espera. Ya imagino las caras, las camisetitas del veraneante profesional, las conversaciones de teléfono que escucharé en la fila (Que sí, Pepe, que me voy a Túnez...si, no te preocupes, que ya pego yo el culo a la pared, que ya sabe lo maricones que son los moros; sí, no te preocupes, que ya regateo yo...que no, que a mí los camellos me dan alergia; que sí, que ya me como un bocata de jamón antes de salir...venga, Pepe, que nos vemos pronto).
No es justo. No es justo tener que viajar para trabajar en los mismos aviones donde viajan los domingueros veraniegos. No lo es. Debería haber aviones para gente seria y formal y aviones para gente en bermudas. Debería, al menos, haber un biombo hermético dentro del avión donde los desgraciados que viajamos para trabajar, pudiéramos recluirnos allí y contarnos nuestras cosas. Debería haber, de hecho, líneas aéreas para la gente en bermudas y líneas aéreas para gente que nos vestimos por completo incluso en julio.
Como no es así, recordadme mañana en vuestras oraciones. Nos vemos el jueves, D.M.
Se os quiere.

Productos de Uclés

Cuando hoy me he enterado del nombramiento del nuevo jefazo de los Mortadelos y Filemones españoles, me he emocionado. Un señor de Uclés, conquense y según dice Raúl del Pozo, hasta parece listo. Qué cosas.
A mí me llevaban de recreo y excursión a Uclés cuando era pequeña y egeberiana. Probablemente, me lo cruzaría en algún momento y sería un abuelete más de los muchos que se ven sentados en los bancos de piedra de Uclés. Dicen que el hombre es casero y que vuelve mucho a su pueblo y se ocupa de sus nietos. Como un abuelito cebolleta pero en espabilado.
De todas maneras, Uclés a mí me suena a castigo. En mi época, a los niños rebeldes los llevaban al seminario de Uclés. A los muy rebeldes, se los llevaban a Campillos y a sitios peores (algunos conocí educados por los legionarios de Cristo que sólo de oírlo me ponían los pelos como escarpias).
Supongo que tiene uno que haberse criado en un lugar como Uclés para llegar hasta ahí. O así.

miércoles, 1 de julio de 2009

Lo mejor

Lo mejor de viajar y tener un blog es que me encuentro conmigo alla donde voy. El blog me vuelve a la realidad, a la de casa, a lo que vuelvo en dos dias para volver a irme. El blog sirve en realidad para que no me pierda en las brumas y encuentre siempre el camino de vuelta.
Un beso desde Bruselas.

martes, 30 de junio de 2009

Noches calurosas

La noche me está resultando calurosa. Más de lo que me merezco y debería aguantar. No puedo poner el aire acondicionado porque el costado se me resiente. El ventilador no termina de consolarme en mis penas. Mi pena pasa mañana por Bruselas que no es el lugar al que más simpatía le tengo aunque, también he de decirlo, su gente me resulte amable. Pero ni los mejillones ni el niño meón me ponen a estas alturas de la cuestión.
Para rematar la noche, me estoy viendo el reportaje de la 2 sobre Gaza y un artículo sobre la radicalización islámica y el caso del Estado Califal de Cemaleddin Kaplan. Eso para adornar los calores nocturnos. Me gusta terminar así las noches, con alegrías.
Ironías aparte, estamos razonablemente felices. Digo estamos por decir algo porque no hay nadie por aquí a mi alrededor y estais todos. Razonablemente feliz supone, como podeis imaginar, haber cobrado la extra, sí.
Cosas mundanas, al fin y al cabo.

lunes, 29 de junio de 2009

Ni con aspirina

El viernes pasado la doctora del trabajo quiso envíarme a urgencias. Hice un requiebro moruno, puse la quinta y salí disparada a la de cabecera que es mujer que, a fuer de ser más vieja y más borde, envía a muchos menos a urgencias y a unos cuantos más al tanatorio. Aún así, se me confirmó la sospecha. Lo mío no era urgente era un simple enfríamiento de un costadito sumado a un vértigo tontorrón ya habitual en mí desde hace años. Tratamiento: aspirina. Y a mi casa. A mi puta casa, me dijo la doctora, que no te quiero ver por aquí ni en el día de mi jubilación. La quiero y la admiro, lo sé. Si me la cambiaran, no viviría igual de feliz.
Dicho esto, y como el diágnostico era un enfríamiento por uso indebido del/de los aires acondicionados, he vuelto al ventilador de toda la vida. Ese cacharro que nunca enfoca bien el chorro del aire, que da vueltas, hace ruido y te deja toda la noche en vela. Ese cacharro por el que bien nos podíamos pelear con nuestros progenitores en la noche de verano y que nunca te tocaba. Ese cacharro que acumulaba mierda en las aspas pero que entretenía mucho a las moscas.
Con mi viejo ventilador con forma de bota, con la taza de café que compré hace ya más de diez de años en una tienda de Alepo y con el cenicero de cristal azul de la fábrica de vidrio de Damasco. El día que me desaparezcan estos objetos (o yo misma los sustituya por otras modernidades prometedoras), seguramente volveré a coger otro enfríamiento. Y de ese, no me cura doña Julia con Aspirina.

Ciclos

Hace unos dos días mi sobrina, de cinco años, me dijo que este año iba a intentar cumplir años en verano, que le viene mejor porque no tiene escuela. Los cumple el diez de diciembre.
Lo dijo con tanta seguridad y con tanto aplomo que no pude más que sonreírme y enternecerme porque era la misma cosa que a mí me entraba cada dos de diciembre de mi infancia cuando veía que mi cumpleaños caía en lunes, en martes, en miércoles, en jueves o en viernes y allí estaba yo en la escuela. Soñé varios años con cumplir los años en verano que era cuando a mí me venía bien.
Pues ahí está la cosa, repitiéndose el ciclo y volviendo a mí la enana que fui. Lamentándolo mucho, tuve que decirle que eso nunca iba a suceder. Que sin remedio, seguiría cumpliendo los años en diciembre y que diciembre nunca es verano. Así son las cosas.

sábado, 27 de junio de 2009

Ahí estamos

Pues sí, señores, me han dicho cosas a lo largo y ancho de mi vida y geografía. Pero algo así, nunca me lo habían dicho. Así me veo descrita en un blog que frecuento a menudo y cuyo enlace teneis en esta misma página: Está la cosa muy mala. La cosa la ha parido el señor Ángel, dueño y señor del blog, que puestos a decir algo, me parece un tipo inteligentísimo con un blog que nunca aburre a nadie. Pues ya sabeis algo más de mí. No sé si darle las gracias o localizarlo por Google Earth y lanzarle algo desde arriba.
Alejandra: no sabría cómo definir a una señora cuya biografía real es más ficticia que la ficticia, y viceversa. Desconcertante y desconcertada. Filosófica, subrealista, realista y surrealista todo en uno, al mismo tiempo y a precio de fábrica.

jueves, 25 de junio de 2009

El botecito

Mañana me toca la revisión médica anual de la empresa. No os voy a engañar. Me han dado un botecito para la muestra de orina (como procede en estos casos) y como me estaba comiendo unas aceitunas rellenas de anchoa, he decidido rellenar el tubo con el líquido de las aceitunas. No sé lo que van a concluir los científicos, toda vez que pasen la muestra para examinarla. Pero me temo que les parecerá normal y seguiré trabajando.
Lo lógico sería que digan que tengo el ácido úrico por las nubes, o que soy una paranoica que mea alpechín o que me encarcelaran por intentar defraudar a la empresa con orines falsos. Pues ya vereis como no sucede eso. Me vereis la semana que viene trabajando y pasaré a la Historia como una tía que meaba raro pero trabajaba toda la jornada completa.
Ya os cuento, ya.

Mi tribu

Veo las playas llenas de mierda después de S.Juan. Sigo sin explicarme lo de este país. Cuanta más mierda tiramos al suelo, más voces pegamos, más nos emborrachamos y más meamos en las esquinas, creemos haberlo pasado mejor. A veces pienso que un español no lo es sino disfruta con la cabeza de una gamba aplastada debajo de su tacón y playas llenas de mierda por S.Juan.
Cosas de mi tribu.

miércoles, 24 de junio de 2009

Adivinanza

Tengo doce. Me dan dos. Tengo catorce.
¿Qué es?

lunes, 22 de junio de 2009

Error (o no)

He cometido el error (o no) de echar la vista atrás en el blog para ver qué hacía por estas fechas en el 2008. Había recibido visitas de amigos, andaba preparando un viaje en julio a Palestina, andaba acompañando a mi padre a unas pruebas en Madrid.
Parece que de todo hiciera siglos. Sólo saco en conclusión que hay un antes y un después en 2008. Me veo ajena en esas fechas a todo el dolor que se nos venía encima. Tan ajena que ni siquiera me veo temiendo nada. Ni pensando en que nada malo pudiera suceder. Sin embargo, estábamos ya en una pendiente que nos llevaría hasta octubre sin saberlo. Y allí teníamos el punto y final. Sí, estábamos rodando cuesta abajo sin saber que se estaba yendo, que era el último junio, el último julio, el último agosto, el último septiembre. Mejor no haberlo sabido porque me veo feliz en esas entradas del verano de 2008.
Tan generoso fue que ni siquiera me hizo pensar en que era el último verano. Hoy que ya lo sé y que hemos pasado el primer otoño, el primer invierno y la primera primavera sin él, no puedo sino agradecerle todo de nuevo. Allá donde esté. Y en su memoria.

domingo, 21 de junio de 2009

San Juan

La semana que entra promete diversión. De la buena, además. Mañana salgo para Barcelona, duermo en Madrid, trabajo en Madrid el martes, salgo para Sevilla el miércoles, duermo en Madrid, trabajo en Madrid el jueves y el viernes, mi empresa me hace el reconocimiento médico anual. Está bien que me lo pongan en viernes de manera que cuando me vean el careto se ahorren las analíticas. Se me ocurre.
En mitad de esa vorágine carnavalera aeroportuaria, se celebrará S.Juan como manda la tradición. En mi vida, hay unos cuantos Juanes así que se pueden ir dando todos ellos por bien felicitados. Este año, más que otros, me acuerdo de las fiestas de S.Juan en Soria. Tres San Juanes de mi infancia los pasé en esa ciudad y guardo borrosos algunos recuerdos pero todos ellos agradables. De no ser porque pasaré S.Juan a los cincuenta grados sevillanos a la sombra, me pediría el cuerpo recuperar algo de aquello. Otro año será.

martes, 16 de junio de 2009

Horario de verano

Esta semana comenzó mi horario de verano. Eso me hace dormir menos pero termino de trabajar a las tres (más o menos). Sobre todo, el nuevo horario me ha permitido volver a descubrir la franja horaria de televisión a la hora de siesta. Eso, a su vez, me ha hecho leer mucho más de lo que venía leyendo y permitirme dormitar a ratos. Ya no sé a quién agradecerle tanto favor pero sé que los días son míos entre las tres de la tarde y la una de la madrugada (hora habitual de irme a dormir).
Esto es casi la felicidad.

lunes, 15 de junio de 2009

Andaluces, madrileños, castellano-manchegos, españoles por el mundo...

Se han puesto de moda estos programitas y los veo en todas las cadenas que normalmente llego a ver. Por una parte, me enternecen. Me recuerdan a mí misma cuando venían a verme y yo enseñaba aquello como si fuera mío. Por otra parte, me alegran. Me recuerdan que regresé y que no hablo con ese deje de nostalgia que al final les sale a todos.
El caso es que dejaré de ver estos programas. Hoy están en la Bretaña, los de madrileños. El otro día, eran andaluces en Dubai. Y hace no mucho, manchegos en China. En resumen: que no queriendo volver a vivir fuera, me entra también mucha envidia, en el fondo. No sé si porque no salí en la tele en su momento (con el tremendo juego que hubiera dado mi lavadora manual marca Al-Asad) o cuál será la razón. Pero es así de raro.

domingo, 14 de junio de 2009

Renfe y el siglo XXI

Afortunadamente, el viernes hice testamento. Dicho así, alguien podría pensar que se me ha ido la cabeza. Pero si se tiene en cuenta que yo estaba en la provincia de Jaén y que las temperaturas subieron veintitantos grados en cuarenta y ocho horas, la cosa cambia. Si he de palmarla deshidratada, qué menos que dejar las cosas por escrito.
Para mayor gloria de Renfe, regreso en tren esta tarde a Madrid y el aparato viene con más de mil personas dentro y sin aire acondicionado por una avería. Dicho así, alguien podría pensar que se nos ha ido a todos la cabeza. Renfe ofrece tres autobuses a la altura de Valdepeñas para llegar a Madrid y una, pensando ya en el atasco del puente a la entrada de Madrid, decide continuar trayecto en tren aún pensando en un posible colapso neuronal antes de llegar a Alcázar de San Juan.
Moraleja: si por cualquier circunstancia, teneis que viajar con Renfe en el siglo XXI, en el mes de junio de los próximos mil años, dejad vuestra voluntad por escrito y ante notario. Puede ser útil.