Hoy es día cinco y el cinco es un número feo en mi familia desde hace nueve meses. Este cinco, como los que le precedieron, va marcando la distancia de aquel otro, un mes, dos meses, tres y así hasta llegar a los nueve meses de hoy. Va marcando la distancia inevitable en el tiempo pero cada cinco es un pellizco en la memoria que te lleva a aquel otro, al último gesto, al último momento.
A pesar de ello, y aunque el cinco es feo y porque somos militantes de la vida que diría Benedetti, aquí estamos, en la mañana de un cinco de julio, recordándote, por si me leyeras de algún sitio, por si me vieras, por si me escucharas, por si Internet fuera tan eterno como la eternidad y llegara tan lejos como parece y con tanta velocidad como quisiera.
Por si leyeras, qué más decirte que todo lo que quedó dicho y ya sabías. Que estamos aquí, militando en la vida, no dejando que la canción se haga cenizas, cuidando lo que fue tuyo, recreando cada momento que dejaste y cada cosa que dijiste. Que aquí estamos, padre, pensando en lo buena que fue la vida contigo y lo injusta que fue la muerte. Aquí estamos, sí, juntos, contigo en todo momento y sin ti a cada hora. Que aquí estamos, sabiendo que sin ti, si tus gestos, sin el niño que fuiste, el joven, el adulto y el anciano que nunca llegaste a ser, no seríamos quienes somos. Que estás en todo sin rastro de tu presencia, de tu voz, de tu alegría.
Pero que aquí estamos. Para cuidar lo que fue tuyo.
2 comentarios:
Hola Solete: Espero que vaya bien por aqullos lares, aquí soñando con dejar de ir al trabajo por unos días, voy notando que necesito descansar!!!!
A que me entiendes? Buen viaje y besetes
Te entiendo, claro que te entiendo. Que digo que ya de vuelta y si el Profeta lo permite, nos veremos mañana.
Y un beso.
Publicar un comentario