EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


martes, 16 de junio de 2009

Horario de verano

Esta semana comenzó mi horario de verano. Eso me hace dormir menos pero termino de trabajar a las tres (más o menos). Sobre todo, el nuevo horario me ha permitido volver a descubrir la franja horaria de televisión a la hora de siesta. Eso, a su vez, me ha hecho leer mucho más de lo que venía leyendo y permitirme dormitar a ratos. Ya no sé a quién agradecerle tanto favor pero sé que los días son míos entre las tres de la tarde y la una de la madrugada (hora habitual de irme a dormir).
Esto es casi la felicidad.

4 comentarios:

mar dijo...

Siempre deberían existir los horarios de verano, o los horarios flexibles a favor del trabajador. No caigas en la "Doña Bárbara" de turno, las siestas dan para más. En cuanto al post de los "mundanales"... ay, si se mostraran nuestras estancias en el mundo islámico... igualito que los que vivían en la bretaña francesa de la otra noche, por ejemplo.
Un beso
Mar

Alejandra dijo...

Seguramente, yo me habría dejado grabar, entre mi lavadora-baticao y los bocatas a media tarde, alabando las glorias del mundo arabo-islámico y no hubiera descartado tampoco una grabación en algún garito siniestro, fumándome un narguile y escuchando a la OummKoulthoum, para mayor gloria de nuestro compatriotas. Eso sí, luego me hubiera ido a vivir a Malasia. Por ejemplo.
Un besote gordo (pues Doña Bárbara ya me iba interesando, no creas).

Anónimo dijo...

Siempre te leo. No con regularidad, por lo que a veces se me acumulan varias "entradas", creo que se dice así.Por alguna razón me relaja verte viajar o prepararte un cocido. Creo que me relaja porque me resulta exótico lo que haces, incluído el cocido...y tus horarios de verano, tan diferentes a los míos.
No me parece justo leerte sólo, por eso te digo hola y te envío un beso.
Paco

Alejandra dijo...

En verdad, en verdad te digo, Paco, que no es justo y sí es necesario que los que asoman por aquí el hociquito, dejen huella escrita de su paso. Pero estoy acostumbrada a este fenómeno que provoca el blog. Los lectores son legión, los que dan la cara son los menos.
Un beso.