A pesar del tiempo pasado (y cualquiera tiempo pasado no fue mejor), recuerdo que quien fuera mi marido habrá cumplido hoy cuarenta y dos años. Hace la friolera de seis que no sé nada de su existencia pero las fechas a mí se me graban a fuego para la eternidad. Recuerdo fechas muy absurdas y esta la recuerdo cada año por absurdo que parezca. Así que le dejé en los treinta y seis y no sé cómo habrá sido su entrada en la cuarentena ni me provoca la menor curiosidad pero aún así mi memoria me trae estas fechas.
Como me traen las edades y fechas de gentes que ya no están porque desaparecieron de mi vida o desaparecieron de la suya y por ende, de la mía también. Recuerdo siempre especialmente a aquellos que quedaron en una edad demasiado joven que yo ya he superado o a la que estoy próxima. Se quedaron parados ahí y la última imagen es la de alguien demasiado joven para desaparecer. Veintiseis años, cuarenta años...y me entra el vértigo de pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario