EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


sábado, 2 de octubre de 2010

Aún me queda una sucia esperanza

Aún me queda una sucia esperanza. Cuento, a pesar mío, con una solución de continuidad del instinto: lo equivalente, en la vida del corazón, al acto del distraído que se equivoca de nombre y de puertas. Te deseo con horror una traición de Camilo, un fracaso junto a Claudio, y un escándalo que te aleje de Hipólito. No me importa cuál sea el paso en falso que te haga caer sobre mi cuerpo.
Qué abandono más grande le tengo a Malaventuras. Qué traición tan mayúscula y qué desazón. Ahí arriba traigo eso. El día ya no da más de sí.

viernes, 27 de agosto de 2010

Ausencias

Vuelvo a Malaventuras, como la hija pródiga. Es cierto que el verano, las ausencias, y la cosa feisbukiana me han tenido un poco alejada de la cosa malaventuriana. Pero no cae en el olvido. Noche de casi luna llena, Ildo Lobo y sigo descansando. Queda menos para el retorno pero las pilas están cargadas para lo que haya de venir.

sábado, 14 de agosto de 2010

Granizo y emoción

Hoy ha caído una tromba de granizo en la ciudad de Cuenca de una duración de quince minutos, capaz de erizar los pelos a cualquiera. Lo digo porque yo, que me tengo por valiente, he dudado por algunos segundos de esto que digo. La gente ha rememorado otra de mayor intensidad de hace unos veintiocho años. De ésta, ni tan siquiera tengo memoria. Sólo la leyenda popular y los relatos urbanos que escuché después.

Sin embargo, lo importante de hoy no es el granizo. Ni la tormenta. Sino que he descubierto en alguien una capacidad preciosa de emoción, de empatía, de solidaridad, de preocupación, de verdadera emoción. Todo esto no tendría importancia de no ser porque ese alguien no cumple más que seis años. Pero en sus ojos había toda la madurez posible que puede haber a esa edad. Pero tan desbordante que me apasionó casi tanto como me apasiona una tormenta de verano. Simplemente porque me refresca el alma.

jueves, 5 de agosto de 2010

Caperucita morada

Érase una vez una Caperucita morada que le dijo su madre morada: Caperucita, ten cuidado que no hay ningún animal por el bosque; sólo cojines que los tienes que pisotear y luego tienes que ir a la casa de tu abuelita que está muy malita. Caperucita morada va saltando cojines, cojines y luego llegó a casa de su abuelita y le dijo: Hola abuelita, ¿qué tal estás?. Muy bien, vale, toma cómete esto. Vale, adiós.
Esto es lo que sucede cuando se pretende contar un cuento a un niño. Que te espeta el de Caperucita morada y no te deja salida. Copiado textualmente de sus palabras.
Y esta es la felicidad de las vacaciones. Ni más, ni menos.

lunes, 2 de agosto de 2010

Muchas veces me pediste...

...que te contara esos años.
Es el título del libro de Juan Cruz Ruiz que me ando leyendo en estos días. Me pierdo bastante en la lectura porque ando algo deshidratada con los calores pero vuelvo como si fuera un imán. Sobrevivo a los calores con el aire acondicionado y una maravillosa piscina prestada donde me meto a remojarme en solitario. Odio piscinas y playas pero esta piscina no es una piscina. Es simplemente un paraíso donde no hay nadie, o casi nadie, donde todo huele a limpio y ordenado y donde la soledad es posible. Eso es un lugar para un ser humano que pretende descansar. El resto, para mí, supondría una agonía innecesaria.
En el afán de no perder la memoria, me ha dado este verano por ir construyendo un gran árbol genealógico donde están todos los que compartieron, me legaron, comparten y heredarán algo de mi carga genética. En ese mismo afán, cuento historias a los más pequeños, voy a sitios donde sucedieron cosas, las regurgito como si fueran cuentecitos que pudieran asimilar y les cuento que, por mentira que parezca, todo eso sucedió y fue en un idioma del mundo, con gramática e historia.
Muchas veces me pediste que te contara esos años. No sé si a petición ajena o por impulso propio, ando contando esos años a quienes no los vivieron. En el extraño afán de querer pensar que servirá de algo.

miércoles, 28 de julio de 2010

Va quedando menos

Miércoles. Miércoles previo al viernes a irme de vacaciones. La cosa se pone interesante y los minutos pasan con mucha agonía. Pero pasan. Prisa tampoco hay. La ironía es que tan pronto como vayan pasando estos, irán pasando los otros y los de más allá y el crédito se va agotando. Así que yendo a la verdad, prisa no hay. Hay más que nada ganas. Muchas.
No obstante, me apetece decir por aquí que cerramos el ejercicio con mucho optimismo. Con una buena noticia. Con ganas de seguir. Creo que eso es bueno después de un año largo como una pena y muchas cosas en la cabeza. Me voy de buen humor. De muy buen humor. Creo que no puede haber mejor manera de comenzar el descanso.

lunes, 26 de julio de 2010

Insomnio

Sería capaz de acostarme a estas horas y despertarme mañana por la mañana. Hoy falta sueño, ganas, empuje, descanso. Falta de todo, supongo. Pero resistiremos hasta que se haga de noche. Para no caer en el círculo vicioso que me lleva después a estar haciendo la colada a las cuatro de la madrugada o menesteres menos ruidosos y viendo amanecer.
La inversión de los tiempos es algo habitual en mí. No frecuente pero tampoco nada raro. En momentos de libranza, supone un verdadero placer. La noche me concentra, me hace vivir, me activa. En períodos de trabajo, temo una noche en vela tanto como si viniera a verme el mismísimo Satanás. Aún así, sobrevivimos a la de ayer sin que apenas se notara.

domingo, 25 de julio de 2010

Y fiestas de guardar

Hoy, domingo, me he levantado con aquello que se conoce ya como cuerpo jota o cuerpo veraniego. Quiere decirse sin querer levantarme, ni hacer nada, ni pensar en nada, más que en darle al cuerpo lo que es del cuerpo y al César que le den. Básicamente esa es la idea. Pero aún no puedo ser. En pocos minutos, he tenido que hacer un ejercicio de contención estoica para no salir pegando voces por mi barrio como estuviera poseída por algún demonio y para poder resistir la semana que aún queda, el último viaje a Madrid, los últimos cinco madrugones mañaneros, la recogida de cosas, el cerrar asuntos en la vana ilusión de querer darles carpetazo a todo aún a sabiendas de que estarán ahí a la vuelta de septiembre y el regreso otra vez. Quedan escasos cinco días para poder dejar el cuerpo y la mente a su libre albedrío y gusto. Y otra vez las promesas del verano. Haré esto, haré lo otro, por aquí, por allá y por acullá. Pero y el gusto que da hacerse promesas que nunca se cumplen. El simple pensamiento ya provoca placer.

sábado, 24 de julio de 2010

Lo justo

A estas horas del viernes, me reconozco con las pilas justas para lo que me queda antes de irme de vacaciones. Creo que ni un segundo más ni un segundo menos. Es más, por mentira que parezca, se me harán largos estos siete días. Y es que el año ha sido largo y tendido. Muy tendido.

lunes, 19 de julio de 2010

De puerta a puerta

...y tiro porque me toca. Si algo de bueno tienen las vacaciones es que me permiten aparcar en la puerta de mi casa madrileña. En la mismísima puerta. A veces, pido a todos los arcángeles que dos o tres millones de madrileños se conviertan en estatua de sal en la playa. No por nada sino porque se vive mucho mejor con menos gente por aquí. Y menos coches.
Lo dicho. Que comienza otra semana (laboral), queda menos para que me toque irme a mí y confieso que cuento los días haciendo rayitas en la pared.

miércoles, 14 de julio de 2010

Agenda de ocio

Hoy tengo ganas de contar que tengo alguna idea ya para mis vacaciones. Dos de las semanas ya están invertidas en algo concreto y definido. Pensaba el otro día que me paso la vida organizando idas y venidas, las mías y las ajenas, todas conectadas con el trabajo y que nunca planifico mis vacaciones. Supongo que por el agotamiento de planificar continuamente salidas y llegadas. Este año, por extraño que parezca y en contra de todas las previsiones que tenía, he decidido organizarlas también. Por el simple placer de organizar el ocio y darle la misma categoría y espacio que le pongo a la cosa de organizar el espacio de trabajo. Creo que es la primera que lo hago. Tal vez, me arrepienta. Pero he pensado que mejor así. Si no, este año, sería capaz de caer en un largo letargo que me llevaría como si fuera un oso a dormir desde el treinta de julio y hasta el seis de septiembre. Sin ningún tipo de remordimiento. Por cierto.

lunes, 12 de julio de 2010

Konstandinos Kavafis

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.
A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.

miércoles, 7 de julio de 2010

La España del Mundial y San Fermín (y la crisis, a lo que parece)

Anoche cenaba con una amiga que acaba de ser madre. Madre en solitario que no sola. Me contaba cosas como que al ir al pediatra por primera vez con sus tarjetas sanitarias que las identifican perfectamente como madre e hija, le preguntaban por el padre. O cosas como que le habían intentado impedir la entrada a una conferencia por llevar al bebé (dormida) con ella. O como que un señor le había llamado la atención a las once de la noche por caminar por la calle a esas horas con la niña. Qué horas son estas. Un completo desconocido. Llegábamos a la conclusión de lo bien pensado que está el sistema para ser madre en general y madre soltera, en particular. De lo bien pensado que está el sistema para aislar poco a poco a la gente que decide serlo y sobrevivir a la batalla. Y que en esta España del Mundial y San Fermín, de la crisis a lo que parece, tan moderna, tan así, todavía hay pediatras que preguntan estas cosas, señores por la calle que recriminan mujeres desconocidas que pasean con sus hijos y lugares donde se veta la entrada de una señora con un niño. Lógico en la lógica de este país. Donde se sobreentiende que mejor en casa (y con la pata, quebrada) o donde se entiende que ya hay una abuela para hacer la tarea en su defecto (otra mujer en cualquier caso). Todavía se andan preguntando por qué muchas renuncian (renunciamos a ser madres). Todavía se andan preguntando algunos por qué no aguantamos como antes. Todavía se andan preguntando algunos qué está pasando. Y eso, en una semana donde cumplimos 37 muertas a manos de sus parejas. Y todavía algunos no se quieren enterar.

sábado, 3 de julio de 2010

Sonidos de ahora

A pesar de haber inaugurado por aquí una sección que se llama Sonidos de entonces, resulta que ahora me ha entrado la cosa de escribir sobre los sonidos de ahora y me refiero a las cosas que escucho de noche en esta nueva casa. Ya comenté algo de esto pero es muy curioso todo. Curioso por desconocido. Es ya noche cerrada y hay bastante silencio. La ventana, abierta. Escucho permanentemente grillos. A diferencia de la otra casa, donde escuché durante muchos años el sonido automático de un semáforo indicando a los invidentes que pueden cruzar. Madrugada tras madrugada. Durante años, jamás vi un invidente cruzando de madrugada ese paso de cebra. Pero sí escuché el semáforo durante años. Ahora son grillos y no hay semáforos cerca. Esto queda casi a las afueras. Y sin casi. Durante años, escuché verbenas, cerca. Me llega el sonido de una verbena veraniega, muy lejana y no logro identificar dónde puede estar ni nadie pasa por aquí para ir allí. También las conversaciones de los vecinos. El silencio es grande y las ventanas abiertan me dejan escuchar perfectamente las conversaciones de las cenas de las casas vecinas y el bloque de enfrente. Ya he visto también el primer desnudo y eso que, a pesar de no quedar demasiado cerca, los cuartos de baño se intuyen desde aquí. Y oigo niños, bebés, muy pequeños, y son varios. Lloran, berrean. Hacía años que no escuchaba un bebé de noche. Imagino y deduzco que mi edad se ha equiparado bastante a la de mis vecinos. Antes, casi todos y el que menos, me sacaba treinta años. Así que bebés, grillos, cenas animadas, verbenas lejanas, algún coche de vez en cuando y silencio, en general. Y el viento. Que hoy sopla de Levante.

lunes, 28 de junio de 2010

Treinta y cuatro años

Cuentan hoy que el primer desnudo femenino en Interviú fue hace treinta y cuatro años. Era Pepa Flores. Hoy sale Jesús Vázquez, haciéndolo coincidir con el orgullo gay. Bien está. Esperaremos por tanto otros treinta y cuatro años para que salga un desnudo masculino destinado a mujeres. Que no es que yo tenga mayor interés pero cuánto machismo subyace en la cosa en cuestión. Primero, servimos a los hombres. Después, casi cuarenta años más tarde, a los señores que gustan de señores. Tal vez, nos toque el turno más tarde a las señoras que gustamos de señores. Y si eso, para el próximo siglo, a las señoras que gustan de señoras, que ya es el colmo de lo invisible. Seguiría así hasta el infinito pero es tan evidente lo que aún sucede por estos lares que me llega a aburrir mucho el temita. E insisto, que me importa un carajo un tipo en bolas en una revista y no es algo que me quite el sueño. Pero sí me llama la atención que el orden de los factores, sí altera el producto.

Declaración

A 28 de junio de 2010, declaro que:

  1. Necesito vacaciones.
  2. Falta un mes para eso.
  3. Es lunes.
  4. Es demasiado temprano para ir a trabajar.
  5. Es demasiado temprano, de hecho, incluso para pensar en ir a trabajar.
  6. Queda mucho para que llegue el viernes.
  7. Aún queda más para irme de vacaciones.
  8. Es incluso demasiado temprano para estar escribiendo una entrada antes de irme a trabajar.
  9. Necesito descansar.

He dicho.

viernes, 25 de junio de 2010

Madrugada extraña

Llevo una noche rarísima. Resulta que ayer, llegué de trabajar sobre las cuatro de la tarde a casa y en un estado de agotamiento inusual. Fundida, en serio. Así que me eché un poco en la cama con ganas de descansar y me dormí como una ceporra hasta la una y media de la madrugada y del tirón. Ahí me he despertado y me he dado cuenta de que llevaba nueve horas y pico durmiendo, sin cenar y desconectada de la realidad. Y ahora, aquí estoy. No he logrado dormirme otra vez. He limpiado mi casa (a las dos de la madrugada), he hecho las maletas y algunas cosas que me quiero llevar de viaje (a las tres de la madrugada), me he preparado una cafetera (a las cuatro de la madrugada), he preparado varios temas de trabajo (a las cinco de la madrugada) y a las cinco y media, ando cotilleando cosas por internet y escuchando noticias. De aquí me voy al curro directamente, dejo el coche cargado y cuando salga de currar, me voy de viaje.
Además, escucho a las cinco y treinta y cuatro minutos de la madrugada, unos truenos espantosos sobre la ciudad de Madrid. No sabía yo que estas cosas pasaban de madrugada.
Madrugada extraña, sin duda.

jueves, 24 de junio de 2010

Roberto Bugarín - Mano a mano-tango

Qué decir del Mano a Mano...y mañana, cuando seas, descolado mueble viejo y no tengas esperanzas en el pobre corazón, si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo pá ayudarte en lo que pueda, cuando llegue la ocasión.

miércoles, 23 de junio de 2010

7, 50

Y por compensar, claro, no le dejemos de esta manera.

Ahí va eso



Esta cosa va dedicada a Mar, una de mis seguidoras incondicionales y mi fiel espía en el tema ricardiariano. Digo, querida, que sólo esto serviría para convencerme de que no es el hombre de mi vida. Pero conforme le voy escuchando, oye, le voy cogiendo el gusto y ya no sé qué me hago. Pienso que era joven, inexperto y que hay qué ver lo que habrá aprendido este hombre desde entonces. Pero te la debía.

Pinchad el título y si eso, ya me vais buscando. Que yo me voy de aquí.

martes, 22 de junio de 2010

País de cínicos no fumadores

Por partes y antes de que algún listo o lista, me espete la lista de ventajas de no fumar (que recuerdo a todos ellos que antes de ser fumadora, fui no fumadora, ergo, sé lo que significa no fumar y fumar mejor que quien no lo hace), quiero que vaya por delante que siempre fui, incluso sin la ley, una fumadora respetuosa, que jamás se me ocurrió fumar donde no debía, que jamás molesté a nadie con esta costumbre y que siempre pregunté si se podía. Que nunca invité a tabaco a un menor, que me negué a dar cigarrillos en la calle cuando me lo pedían y que, a cambio, he aguantado miles de malas costumbres de mis compatriotas que nadie, al parecer, piensa regular. Tanto es así, que les he soportado en casi mis cuarenta años, miles de costumbres de las que abomino, que me espantan, que me sacan de mis casillas. Tanto es así, que mi mejor desayuno, el mejor desayuno de mi vida, fue (sin fumar), en un hotel de Barcelona con una excursión de doscientos japoneses donde sólo se escuchaba el ruidito de los tenedores y las tazas de café. Dicho esto, y yendo por delante que me jode que me prohiban algo que yo he elegido libremente y de lo que no tengo que dar explicaciones a nadie, absolutamente a nadie (como nadie me explica a mí por qué mete a sus hijos y bebés en un bar hasta las tantas de la madrugada o los lleva a una boda de quinientos comensanles, para que se jodan, supongo), confieso que a día uno de enero, me convertiré en talibana de todas aquellas costumbres que aborrezco de mis compatriotas y que abajo os relato. Así que aquí tenéis el resultado. De una fumadora pacífica desde la adolescencia, me habéis convertido en una talibana de costumbres. Os vais a cagar todos aquellos que me vais a tener que soportar el mal humor que me provoca que seamos tan absolutamente cínicos en un país de asilvestrados vociferantes, chulos de barrio y moteros de noche. Un país de borrachos de fin de semana y de irresponsables al volante. Así que cuando querais, hablamos del tabaco. Que el tema me empieza a gustar.
Cuando a uno de enero, prohíban definitivamente fumar en sitios en los que yo normalmente me tomo mi café, con mi cigarro y ceno amablemente con jóvenes amigos y amigas, olvidaos de verme en ningún restaurante ni en ningún bar. Si alguien quiere verme o cenar conmigo, que me localice en casa.
A uno de enero, yo empezaré a pedir que se prohíban las televisiones en bares y restaurantes, el fútbol, los menores de edad en bares y restaurantes a la una de la madrugada, las terrazas de verano, los toros, los guarros que escupen en la calle, quienes mean contra la pared en mitad de la calle, las tunas en mitad de la calle, las procesiones de Semana Santa, los tambores, las castañuelas, los Sanfermines, la sangría mala, los borrachos en mitad de la calle, las vomitonas, la permisividad con el alcohol en este país y los menores, en fin, infinidad de cosas que me molestan a mí y que todavía nadie ha prohibido. Y el ruido, el ruido en la calle, la gente que pega voces en lugar de hablar, los pasacalles y todo lo que suene a imbécil. Tengo mucho trabajo por delante. Pero que no vuelvo a pisar un restaurante hasta que no llegue a un lugar civilizado donde, al menos, no se ejerza tanto cinismo como en este país.

Extraño

Hoy reflexionaba una sobre estas cenas de hermandad que están de moda con los antiguos compañeros de colegio, de instituto, de universidad. Parece que provocan alegría. Yo echo la vista atrás, a mis años de colegio, por ejemplo (aparte de que tuve tres colegios y eso influye mucho en lo que voy a decir) y no me entran ganas de volver a encontrarme con nadie, si lo pienso en frío. Tal vez, desde el punto de vista del morbo, pero no mucho más. De lo previo a la primaria, no guardo ni un recuerdo de ninguna cara que me acompañara. De los primeros años en Soria, me sucede algo parecido. Recuerdo vagamente alguna niña, algún rincón, algunos juegos. Pero nada concreto. De los últimos años de primaria, ya en Cuenca, sí guardo recuerdos pero a Dios pongo por testigo que nada me mueve a volver a encontrarme con ninguna de aquellas niñas. Seré borde pero no son nadie en mi vida, no lo fueron, la casualidad nos puso entre las mismas cuatro paredes y no recuerdo tanto a nadie como para querer compartir una cena con ellos. Algo similar me sucede con la secundaria. Y algo también parecido me sucede con la Universidad. Me queda alguna relación de todas las etapas, algo más de la secundaria y un poco más de la Universidad. Pero nada me lleva a pensar que quisiera encontrarme con ellos. Nada me mueve a ello. Rebusco en el interior y no me interesa demasiado saber qué fue de sus vidas, quiénes triunfaron, quiénes se quedaron en el camino. Ni me interesa tampoco contarles mi vida que sé, de antemano, que les importa tanto como a mí me importa las suyas. Igual no soy políticamente correcta pero últimamente, me llegan noticias similares y no le veo el gusto a la cuestión. Tal vez porque el arraigo en mí de ciertas cosas es casi nulo y porque nunca supe muy bien qué eso del arraigo. Viví siempre hija de emigrantes en distintas tierras y el único arraigo que me sigue quedando es donde sé que hay aún una gota de mi sangre. No logré nunca encariñarme con ningún sitio, tanto como para querer volver a él para siempre. No estuve ni estoy siempre ni para siempre en Madrid, ni en ninguna de las ciudades que he conocido. Creo que me pasa también lo mismo con las personas. Difícilmente soporto el arraigo en nadie durante demasiados años. Como con las ciudades, creo que podría sobrevivir sin todas ellas y caer en la más desconocida y volver a empezar. Será extraño, o no, pero igual que jamás volvería a lugares que viví como si fueran la parada final de todo, de igual modo, jamás volvería a algunas personas. Ya no me dicen nada.

domingo, 20 de junio de 2010

Tenías miedo de mi carne mortal (Alfonsina Storni)

Tenías miedo de mi carne mortal y en ella buscabas
el alma inmortal. Para encontrarla, a palabras duras,
me abrías grandes heridas.
Entonces te inclinabas sobre ellas y aspirabas,
terrible, el olor de mi sangre.

Un motivo más

Os voy a dar un motivo más para venir a visitar mi nueva mansión. Desde hoy, luzco en el salón una maqueta del buque-escuela Juan Sebastián Elcano, valorada en millones de recuerdos, que me regaló mi padre. La terminó en el año 2003 y hasta hoy mismo, había dormido junto a sus cosas, sus libros, sus herramientas, sus otros trabajos. Pero hoy, la rescaté del lugar donde siempre estuvo para traerla a mi nuevo hogar. Y aquí estoy, delante de ella, escribiendo esta entrada, con la noche por delante y el día por detrás, pensando en las miles de horas que invirtió en hacerla, en solitario, poquito a poco, con mucho esfuerzo, una paciencia infinita, unas manos hábiles y una cabeza privilegiada. Y me pregunto ahora, sólo ahora, qué estaría haciendo yo en esos momentos en que él trabajaba en cada detalle de la maqueta que ahora observo. Cuántas horas fueron, qué pensaba mientras la iba construyendo, qué sentiría al terminarla, cuántas veces yo pasaría a su lado y no me di cuenta del esfuerzo que estaba haciendo. Sólo hoy, cuando ya va para dos años de su ausencia, me paro a mirar cada vela, cada detalle y pienso qué pensaría de verla hoy en este lugar. Pienso también que las cosas tuvieron que ser de otro modo y pienso lo mucho que le sigo echando de menos. En cada minuto y en cada detalle.

viernes, 18 de junio de 2010

وحشتني

Esta va por la Faraona. Es su versión corta porque hay que tener un oído muy curtido en lides morunas para escucharla entera pero la Faraona y yo sabemos por qué lo traemos aquí. Pues eso, wahastini...

jueves, 17 de junio de 2010

La falsa moneda - Buika

Me llegó hace un rato un montón de fotos de una reunión en que no he podido estar. No sé por qué, no lo sé bien, pero hay caras que me llevan a momentos y esos momentos a unos sonidos concretos que parecían olvidados. No sé por qué pero Buika estaba en mi mente en esos momentos. La falsa moneda, rueda lo mismito que una maldición...a lo mejor inauguro sección con esto.

miércoles, 16 de junio de 2010

Regulando, que es gerundio

Reza un titular del País que la doña Ministra Aído ve necesaria una regulación general del burka porque "los velos integrales no solo suponen un problema de identificación. También atentan contra la igualdad y la libertad de las mujeres".
Yo no sé ustedes, miembros y miembras de este blog, escuchantes y escuchantas de la cosa bloggera misma si ustedes han visto caminando por las calles españolas a muchas mujeres con burka como para que la Ministra esté, con la que está cayendo en este país, preocupada por regular el asunto burkiano. Quiero decir que si la estadística nos confirmara que la cuestión del burka toma dimensiones brutales como que cada cinco de ocho de mis vecinas lo llevaran, pongamos por caso, nos diera por ahí. Pues nada, tenemos a la Ministra de Igualdad de España regulando el burka a falta de otra cosa que regular, por lo que se ve.
Que digo yo, señora Ministra, si es que me leyere usted, su Vuecencia Excelentísima, si no sería mejor que terminaran con lo nuestro de una vez, que no es flojo, que encularan a todos los violadores, abusadores, chupadores, maltratadores y regularan eso bien que hoy he leído yo una sentencia por ahí que le pone tres añitos a un simpático violador de mujeres. Se me ocurre que esa sería una prioridad absoluta de su Ministerio. Por encima de todo. Enculamiento público de estos seres infames que conviven en esta sociedad y que pasan desapercibidos porque algunos, incluso, en lugar de burka, llevan corbata.
Se me ocurre también que sería bueno que de una vez se igualaran los salarios (al que le quede salario y trabajo a estas alturas) y que la conciliación de la vida familiar fuera una realidad y no una ficción como la que vivimos y sobrevivimos gracias, sobre todo, a las mujeres de la generación anterior que sin burka o con él, siguen siendo invisibles en la mano de obra barata y esclava de este país. Que digo yo, señora Ministra, que deje de dar por culo con el burka (que parece que se ha avistado un caso en Madrigal de las Altas Torres, según me han contado a mí) y se dedique a lo suyo. Que con arreglar el solar patrio ya tiene usted bastante y, con que no le cierren su Ministerio, también va bien la cosa.
En fin, es que a veces, lee una titulares que la subyugan, la emocionan hasta la lágrima y la ponen tierna porque lo del burka no es tan difícil. Se lo quita usted íntegramente para identificarse delante de las autoridades como corresponde a cualquier ciudadano que vive en Europa y circula usted de la misma manera y enculamos, de paso, al capullo de su marido por cretino y a usted por no divorciarse del cretino en cuestión.
Igual estoy algo violenta hoy pero es que la Aído me pone así.

He Perdido Contigo

La tarde está plomiza en Madrid. Yo misma estoy plomiza. Mañana estarán todos plomizos cuando me cuenten cómo España perdió y tal. Seguiremos plomizos mientras no dejemos de acumular parados. Europa se pone plomiza diciéndonos que nos sigamos ajustando el cinturón. Sólo deseo llegar al viernes en esta ocasión. Y para ponerme más plomiza, como suele suceder, me machaco las neuronas escuchando estos cánticos desesperados que, por extraño que parezca, me animan mucho. Imaginaos lo plomizo que está todo para que venga esto a ponerme bien. El efecto es extraño. Pero lo escucho y al tarareo, se me olvida por qué llegué hasta aquí, hasta el enlace de esta buena señora. Qué le vamos a hacer, yo tenía que perder y he perdido contigo.

Hablando de todo un poco, me alegra que pierda España. No por nada sino porque me aburren mis compatriotas con este tema. A ver si ya se vuelven para casa y hablamos de otro tema.

martes, 15 de junio de 2010

Vaivén

Esta nueva plantilla que he puesto es un poco desconcertante. Creo que está pensada para miopes pero yo lo soy, así que eso no me importa. Me gusta el fondo, no sé, supongo que las ganas de cambiarle la cara y lavarle las esquinas al blog en un día de vaivenes donde me aparecen sombras del pasado y desaparecen fantasmas del presente.
Ojalá fuera tan sencillo lavarle las esquinas y cambiarle la plantilla a otras costumbres que de puro habituales parecieran haber nacido con una. Pero no, no es así. Una nació antes que muchas costumbres y morirá después de que nadie se acuerde de lo sucedido. Ni quede un solo escritor para recordarlo ni un solo testigo de lo dicho. Mejor así.

domingo, 13 de junio de 2010

Mayor de edad

Acabo de llegar a la escalofriante cifra de dieciocho seguidores formales registrados lo que supone que se puede decir que soy mayor de edad en seguimiento.
Os envío un saludo desde la tierra de mis ancestros donde he pasado el fin de semana. La cosa se termina. Bien está lo que bien acaba. Pero me da una pereza enorme tener que hacerme ahora unos cuantos kilómetros. Bien me quedaría aquí tres meses, escondida, con los teléfonos apagados y con la conexión a Internet, para dejar señales de vida y piedrecitas por el camino para que se sepa por dónde voy.
Pero no puede ser. Así que vuelvo a la rutina, a la vorágine de la gran ciudad y a tener mucha actividad sexual. Que, como bien sabéis, consiste en hacer básicamente lo que me jode.

jueves, 3 de junio de 2010

Primera noche

Como niña con zapatos nuevos, me siento de madrugada a escribir desde el salón de mi casa, la primera que puedo decir que es mía en el sentido mismo de la cosa de la propiedad pero, sobre todo, la primera donde tengo casi el noventa y cinco por ciento de las cosas que siempre me han acompañado. Me recibe con una temperatura amable, la noche es fresca, y se me hace todo raro. Sobre todo, los ruidos. Los ruidos nocturnos aquí son nuevos y no sé todavía el código. Se oyen grillos de lejos o algo así, crujen las maderas que son nuevas, la luz es de otra forma, la orientación. Todo desconcierta. Desconcierta aún más la despedida, por llamarlo de alguna manera. Pero esto, de veras, no sé puede explicar aquí. No hay blog que tanto dé de sí.
Me dispongo, pues, a pasar la primera noche en mi casa y me estoy acordando de tanta gente que el lugar se me queda ya pequeño.

martes, 1 de junio de 2010

Sala Clara Campoamor

Hoy estuve participando en la sala Campoamor del Senado de España en un coloquio. Al margen de la actividad en sí, en una de las paredes cuelga un periódico de la época de la señora en cuestión que hablaba de la aprobación del voto femenino en España. La fecha del periódico: 2 de diciembre de 1931. Exactamente, cuarenta años antes de mi nacimiento. Campoamor murió cuando yo tenía aproximadamente seis meses de edad. Cuarenta años antes estaba dando la batalla por lo nuestro, así que un mínimo reconocimiento y agradecimiento de mujer a mujer. No puedo por menos en tal día como hoy.

domingo, 30 de mayo de 2010

Reinventando el open house

A ver, ha habido quejas amargas por lo del sábado porque una de las participantes tiene una cena de momias o así (un encuentro con las antiguas compañeras y compañeros de EGB, que te cagas ya con las ganas de verse las arrugas y las heridas). Dicho esto, que la cosa sería para el viernes día 4 y que ya no hay más cambios. Aunque me digais que teneis cenas con la madre superiora del convento de las Trinitarias Descalzas o en el sexshop del barrio. Allá cada uno con sus vicios.

sábado, 29 de mayo de 2010

El verdadero intro de la casa de Mickey Mouse

Y esta invitación es para los más peques, que todo llegará.

Open house

Según algunas versiones, un "open house" no es el cumpleaños de nadie, no es un aniversario, etc. Es simplemente una reunión de amistades para convivir y pasar un momento agradable.
Otros afirman que cuando hay un "Open House" es una reunión por razones diversas que no tiene un horario fijo, puedes ir un largo rato o un momentito a compartir... a menos que sea un open house de una casa que se va a vender eso quiere decir que la casa esta abierta para que la vea sin compromiso quien quiera.
Sea lo que fuere, el sábado próximo pienso hacer una cena para inagurar mi nuevo hogar. Me resulta imposible invitar a todos los que deberían estar en ese momento. Por el momento, hay un núcleo duro que está formalmente invitado por cercanía geográfica y, cómo no sentimental. Lo que no quita, sin lugar a dudas, que os tengo a muchos y muchas en la cabeza y que para no quedar mal con alguien si alguien de quién está en mi cabeza pudiera asistir, está formalmente invitado. Vosotros sabéis de sobra quiénes sois y tan sólo se trata de ponerme un correo electrónico, diciendo que vais a estar conmigo en ese rato. En cuanto supere el número de sillas, el resto os tendréis que sentar en el suelo. Pero os voy a querer igual.
Se ruega confirmación al correo electrónico.

Ya no soy la misma

Al subirme al AVE, escuché de casualidad una conversación entre una muchacha casi veinteañera y su colega. La cosa iba de que se había exiliado desde su ciudad de origen a Barcelona por motivos de trabajo hacía un par de meses y que decía ella que ya le costaba volver al terruño porque ya no era la misma y que patatín y que patatán. Me ha dejado fascinada. No he querido seguir escuchando. El resto me lo he ido inventando conforme atravesaba las tierras aragonesas y castellanas y llegaba a la Capital del Reino. Y del resultado de la invención, he llegado a la conclusión de que esa flor de la canela estará en su casa dentro de quince días para nunca más salir. Pondría la mano en el fuego a que no se ha ido ni un minuto de su terruño ni va a poder hacerlo. Pero eso es historia que igual cuento otro día porque está feo meterse en conversaciones ajenas.

viernes, 28 de mayo de 2010

Malditos

Llueve en Barcelona. Estoy feliz y con suerte. Me ha tocado una habitación en un noveno piso con una terraza estupenda y una vista maravillosa. Una temperatura fantástica, fresca (es lo que me permite a mí sobrevivir y parecer un ser humano normal), los trabajos están saliendo bien y anoche cené en un lugar maravilloso (véase facebook) y con gente también maravillosa (que afortunadamente no están en facebook sino en la calle).

Lo único malo es que expresar tanto bienestar me sabe raro cuando lo único que tengo en mente es lo que estamos pasando y lo que nos viene de frente. No me creo culpable de nada pero me siento culpable de casi todo. Y me pregunto cómo es posible que me hagan sentir así para un pequeño placer que me permito en tanto tiempo y tan poca cosa, en realidad, comparada con la inmensidad del infinito. Aún más me indigno cuando me los imagino en sus guaridas sin remordimiento alguno mientras los pobres mortales nos lo vamos contando como podemos y algunos, creemos sobrevivir a la hecatombe con una dignidad que nos hace, encima, sentir mal.

Malditos sean los malditos. He dicho.

martes, 25 de mayo de 2010

A ver si puede ser

A ver si puede ser que mayo termine lo antes posible. Sólo por pensar que junio traiga otros calores y otras historias. Aunque sólo sea por eso.

domingo, 23 de mayo de 2010

No creo que...

Me ponen los pelos de punta estos dos. No puedo evitarlo.

Nostalgias - Andres Calamaro - Tinta Roja

Me gusta el tonillo pasado de éste para esta noche. Para qué decir que me gusta las Nostalgias, de toda la vida de Dios. Así estamos en este veintitrés de mayo, a las doce y diez de la noche.

sábado, 22 de mayo de 2010

Silencio

Llevo casi un día encerrada en casa, sin escuchar voz alguna ni que nadie me escuche. Si no fuera porque temo ser injusta, diría que me está provocando mucho placer. Pero no puedo evitar decirlo. Y casi doscientas páginas de un libraco que tenía ahí aparcado desde hace mucho tiempo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Hemos encontrado la técnica

Después de años de recibir llamadas de Jazztel, Orange y demás, llamadas a destiempo, a deshora, cuando una pretende descansar, he encontrado la fórmula mágica. Al señor de Jazztel de las nueve de la noche de hoy (me cae uno o una cada noche) le he dedicado treinta minutos de terapia. Le he preguntado que cómo tenía mis datos, que de qué país venía (Argentina, en este caso), vos qué tal por acá, le dije, no me seas boludo y mandá al pedo a Jazztel, venite y afiliate a mi sindicato y así durante treinta minutos. Confesó ser psicólogo, cómo no, pero esta noche, mis querido amigos, he llevado a un operador de Jazztel hasta la página de afiliación de mi sindicato, le he dicho que fuera metiendo ahí los datos, que no le íbamos a hacer pupa, que a diferencia de su empresa, nosotros tendremos sus datos gracias a su propia autorización (detalle que le ha parecido estupendo) y que jamás nunca le vamos a llamar a las once de la noche. Ojo por ojo y diente por diente. Como no he logrado desaparecer de todas las listas de abonados que manejan, he decidido pasar a la acción y afiliarlos a todos. A ver quién puede más porque a cabezota no me gana ni Dios. La llamada es gratis, además.

Arrebato

Hoy me ha entrado un arrebato de cerrar este chiringuito. Me han recomendado no hacerlo, un lector y admirador que tengo, oye, que a una también le pasan estas cosas y las bambalinas están para eso. El caso es que cuando estaba en plena operación de eliminar la cosa del mundo internetiano, me he dado cuenta que lo comencé en un año que no puedo olvidar y que cuento cosas ahí que, al leerlas de nuevo, me cuesta borrar de la memoria y del espacio. Le daré un tregua pero ha sido un arrebato fuerte, casi definitivo.

martes, 18 de mayo de 2010

El día D

Mañana me hacen la mudanza definitiva, el día D, podemos decir. Desde mañana, puedo decir que tengo una casa con mis cosas dentro como Bartolo tenía una flauta con un agujero solo. Puede parecer una cosa simple pero en mis casi cuarenta años de trasiego, exilio, alquileres, vueltas, idas y venidas, es la primera vez que puedo decir algo semejante. Creedme, pero se me hace bastante rara la idea. Ni siquiera sé si provoca felicidad o inquietud. Por ahora, más de lo segundo que lo primero. La posición anterior permitía la permanente huida sin reparos. Esta, no está tan claro.

domingo, 16 de mayo de 2010

Dentro de veinte años

Fijaos qué vieja seré dentro de veinte años en función de la paginita esta.
Sólo espero haberme cambiado de gafas para ese entonces porque el programita me ha puesto más arrugas, pero no me ha cambiado las gafas.
De vuelta del mar, de Alicante, del trabajo, de muchos kilómetros a las espaldas, me ha dado por experimentar para ver cómo seré cuando esté a punto de convertirme en casi una venerable jubilada. Supongo que me estaba aburriendo un rato.

domingo, 9 de mayo de 2010

Con flores a María

Mientras el hijo de mi madre y su esposa están visitando Edimburgo, una servidora se anda con los dos vástagos de los supramentados y su propia madre, tratando de lidiar un fin de semana curioso en que tuve que pasarle la ITV al coche, hacer los deberes con la sobrina, trasladar paquetes con cachivaches diversos a mi nuevo hogar y tratar de recuperar horas de sueño de las horas robadas la semana pasada. Mayo se ha presentado cargadito de eventos y cuchufletas de distinta índole.
Y aún no hemos hecho la declaración de la renta. Cuchufletas, como digo, pero que lían en demasía este mes que era, cuando una era niña, el mes de las flores y con flores a María que madre nuestra es.
Está claro que los tiempos cambian.

lunes, 3 de mayo de 2010

Queda poco

Queda poco, relativamente poco, para el momentazo esperado por todos del open house. Ya tenemos cocina, muebles en el salón, sillón, cacerolas, cafetera y música. Poco más, aparte del agua y la electricidad, necesito para vivir y sobrevivir. De hecho, de no ser porque hay que poner más papel higiénico en los baños, ya estaría inaugurada.
Cualquier día de estos, os digo algo. Mientras tanto, me espera un viaje a Barcelona mañana. Por si pensábais que iba a pasar un día de mi vida sin montar el culo en burra, con perdón.

domingo, 25 de abril de 2010

Besando suelo

En un rato, salgo disparada para Argelia. Será breve pero el retorno a Madrid parece casi un trayecto de Paco Martínez Soria con sus gallinas a cuestas. Antes de regresar al punto de partida, habré pasado por Barcelona, Alicante, Jávea y finalmente, Madrid.

De Argelia, no os cuento nada que para eso tenéis San Google. Me pierdo otra vez la oportunidad de visitar Orán que, a veces, con las prisas se queda una con las capitales y no tiene oportunidad de visitar las profundidades y aledaños de los países que va pisando. Cualquier día de estos, me veo como el Papa, besando suelo y hasta otra. O equivocándome en el saludo, como los grandes de la copla cuando hacen giras de conciertos.

Nos vemos a la vuelta.

lunes, 19 de abril de 2010

La radio

Llevo todo el día en casa, adecentando esto para que no parezca la cueva de Alí Babá, tirando papeles viejos, guardando los nuevos y viendo qué toca hacer mañana. Y sin televisión. Por toda compañía, la radio y la música y el ordenador por donde os vais asomando poco a poco a lo largo del día y resulta gracioso. Un mensajito aquí, uno allí y de pronto una vieja amiga griega, perdida en la memoria de los tiempos que me localiza por los mecanismos mágicos del mundo de Internet.
Y la radio de fondo. Como siga así, no me traigo la TDT. Cada día estoy mejor sin tele. De verdad, que llevo un rato pensando qué echo de menos de ese aparato y salvando las noticias y Buenafuente, soy capaz de sobrevivir sin este cacharro. Cosa que ya no podría decir del ordenador.
Buena semana para todos.

sábado, 17 de abril de 2010

Un joven poeta recuerda a su padre

Hoy dormí en el avión de vuelta. Tuve la suerte de tener tres butacas para mí sola y pude acostarme. A una sacudida del avión, me desperté. Noté que estaba llorando. Dos lagrimones secos y tontorrones y supe sin duda con quién estaba soñando. Leo esto ahora de casualidad y era esto mismo lo que debía de pensar en sueños. De Raquel Lanseros. Ni en sueños pasa el dolor.

Ahora ya sé que pasé por tu vida
como pasan los ríos debajo de los puentes,
-indiferentes, turbios, orgullosos-,
con la trivialidad desdibujada
de las pequeñas cosas que parecen eternas.

Muchas veces lo obvio
se oculta tras un halo de extrañeza,
tras la costumbre lenta, indistinguible
del aura fugitiva de las vivencias únicas.
Es difícil saber
que la belleza abrupta del vivir cotidiano,
tan desinteresada de sí misma,
nacida sin clamor ni pretensiones
es en esencia tan mágica y rotunda
que resulta imposible de imitar a propósito.
Y es aún más difícil
comprender que la fiesta de las cosas sencillas
casi siempre termina
mucho antes que la voluntad del festejado.

Inmóvil vi pasar ante mis ojos
el desfile callado de tu vida
con tus sueños cansados en otoño,
tus alegrías de puertas para adentro
y tus desvelos discretamente cálidos.
Creo acertar si digo
que nunca te di nada que no fuese
un préstamo a mí mismo.
Te pedí, sin embargo, tantas cosas.

Hoy, inmóvil de nuevo, asisto inerme
a este desfile amargo de tu ausencia
mientras mi corazón -dividido y atónito-
comienza a descubrir que la vida va en serio.

Te recuerdo. Hace frío
y el frío me devuelve
aquella forma tuya tan sutil
de ofrecerme a la vez un corazón errante,
la suerte en un casino de Las Vegas,
la lluvia indescifrable del desierto,
los versos de Machado en un suburbio.

Ahora ya sé que pasé por tu vida indolente y confiado, -sin asombro-,
como suelen vivir todos los hombres
que no conocen todavía la pérdida.

El Papa en Malta y yo, en Madrid

Hoy dice el miserable del Papa que la Iglesia está pagando por todos sus pecados o algo así. Está bien, la frasecita pero a ver si dice de una vez delito en lugar de pecado y logra convencernos también a los ateos del arrepentimiento y del propósito de la enmienda. Mientras el Papa se lía con lo suyo en Malta, yo he regresado a Madrid. La única de todos mis colegas que se ha hecho con un avión hacia Europa.


Por cierto, si tenéis un coche y ganas de hacer algo no permitido, se rifaban a los taxistas en la puerta del aeropuerto de Madrid para carreras de dos mil euros y en adelante. Madrid-París, Madrid-Estocolmo. No quiero ni pensar en cómo van a llegar esas criaturas a sus destinos.

Los malos humos

Me entero desde Túnez de las consecuencias del volcán del que nadie dice su nombre porque no hay huevos a decirlo. Parece que de aquí a Madrid se puede volar sin problemas y eso me toca hacerlo mañana.
Llego en sábado y pienso dormir el domingo como si nunca hubiera dormido. Como si fuera la primera vez que veo una cama. Como si nunca fuera a dormir más. Como si no tuviera otra cosa que hacer que, de hecho, así será el domingo.

jueves, 15 de abril de 2010

En un rato

Salgo para Túnez en un rato, no mucho rato. Unas escasas horas. El destino en esta ocasión es Hammamet, que si me fuera en tanga, tendría un pase. Pero es que voy a trabajar, señores, que poca novedad es esa a esta altura del partido para mis fieles seguidores.

Os llevo en el recuerdo. Hasta Hammamet y hasta la vuelta que será el sábado.

miércoles, 14 de abril de 2010

Cuándo te vas a morir

Cada día me llaman más la atención la cantidad de páginas y anuncios publicitarios que te encuentras sobre el momento de la muerte. El tuyo, en concreto. Páginas que se llaman cosas tan curiosas como cuándo te vas a morir, cómo te vas a morir, la reencarnación existe, quién fuiste en el pasado o quién serás en el futuro. Y así.

Ayer hice un test en una de ellas en la de cuándo me voy a morir. Contesté a las preguntas diciendo que consumo tres kilos de carne diarios, fumo tres paquetes de cigarrillos al día, no hago nunca ejercicio, me paso la vida de estrés en estrés y tengo un insomnio del quince por lo que duermo una hora al día. Antes de que reventara el servidor y él solito llamara al Samur para venir a mi rescate, decidí apagar el cacharro. Imagino que me llevaría el premio gordo y que la cosa sería para mañana o pasado mañana.

Lo peor de todo esto es que igual hay gente que paga de verdad para que le den la respuesta a semejantes preguntas.

Felicidades, Manuel

Cuatro años cumple hoy mi sobrinazo y acaba de hacer hace unos días sus primeras declaraciones a la prensa donde cuenta muy sueltecito sus preferencias y gustos en cuanto a los dibujitos animados que le gustan. Gana por goleada el dichoso cochecito, el Rayo Mcqueen (que igual no se escribe así pero ahora ya no me paro a buscarlo).

Este pedazo de niño que comparte nombre y apellido con su padre y con su bisabuelo cumple hoy cuatro años. A mí me pilla, como de costumbre, cuatro años más vieja que cuando nació. Como de costumbre, treinta y cuatro años más vieja que él. Ni pensar quiero cómo me pillará el día que decida reproducirse.

Pero esto es así. Cumple cuatro añazos y cada día le veo más joven. Se conserva bien, el condenado.

jueves, 8 de abril de 2010

Momentos sagrados

Estoy empezando a instituir una institución en mi propia casa (y esto no es el IKEA, señores) que se va a dedicar al respeto de los momentos sagrados que son, a saber: comer y cagar (con perdón). Eso significa que, a partir de ahora, cuando una servidora se siente a comer, cenar o decida desplazarse al cuarto de baño con alguna mala intención, hará oídos sordos a los reclamos de Internet (ahora me he apuntado a Facebook, que ya es lo último en disparate virtual y tensión emocional) y a los reclamos telefónicos. Si veis que no contesto a nada, ya sabeis dónde me puedo andar. Lamento la cosa escatológica de la entrada pero es que llevo una tarde que, por hache o por be, ni ceno, ni defeco, ni como, ni dejo comer.
A partir de ahora, declaro un espacio de momentos sagrados donde únicamente entraré yo y mi mismidad intrínseca.
He dicho.

sábado, 3 de abril de 2010

El caralibro

Casi terminando la Semana Santa, se apunta una a la modernez ésta del caralibro (en palabras del buen amigo que así lo llama) o más conocido por Facebook. No es que la cosa me esté apasionando especialmente pero tiene un puntito gracioso. Por ahora, no más. Sí me llama la atención que las señoras (no todas, pero sí muchas) ponen cosas como: casada con Pepito, relación sentimental con fulanito. Y te vas a los fulanitos y ellos están callados como perros. A los mismos fulanitos que están casados con las fulanitas de antes porque si no, a ver de qué.
Por el momento, no le pillo mucho gusto al tema. Se ve que soy más del correo electrónico y del blog. El caralibro parece cosa muy exhibicionista y da la sensación de que hay que estar siempre bien peinado no vaya a ser que pase por ahí algún intelectual y nos pille con estos pelos.
Veremos lo que dura el invento pero no le auguro (en mi caso) un gran futuro. Lo que más me fascina es la de dólares que se ha levantado su inventor con la cosa del caralibro. No hay nada como acertar en esta vida con alguna tontuna que se te ocurra y ya tienes la mitad del camino hecho.
Eso sí, gracias al caralibro, puedo jactarme una vez más de no haber visto ni un santo ni una procesión. Que me dan mucho susto. Y mi nuevo hogar, está listo para ser habitado en cuanto me traigan los muebles, señores y señoras.
Lo peor de la tarde es la sensación de llegar al final de ese descanso que sabe tan a poco siempre. Y no se ve en el horizonte nada que se parezca a un puente, a un fin de semana más largo de lo normal, ni por asomo. Lo lejos que queda agosto. Y lo pronto que está anocheciendo hoy.

miércoles, 31 de marzo de 2010

A frigideira

Estaba intentando seguir el paso de David Grossman y La vida entera en estos días cuando, por absurdo que parezca, se me cruzó en mi vida un montón de libros de instrucciones de un frigorífico, una vitrocerámica, un grifo, una campana extractora de humos y un fregadero. El primer paso ha sido, separar los que vienen en otros idiomas y buscar en esa montaña de papeles los escritos en español. Que bastante tiene una con lo suyo a diario como para ponerse a leer esto en lenguas vernáculas, propias, fractas y muertas. Pero, oh, maravilla de las maravillas, desbrozar el terreno, me llevó un rato. Por ahora, ya me sé las propiedas del grifo y también las del frigorífico (recomiendan no chupar los hielos directamente del frigorífico que es cosa harto curiosa porque me da por pensar que si lo recomiendan para que nadie se haga quemaduras es porque más de uno y más de dos habrán pasado la lengua directamente por el cajón del congelador...cosas veredes). Lo peor es llegar a la vitrocerámica cuándo te explican cómo proceder porque ahí así, me he entretenido con el portugués: Coloque a frigideira em cima da placa, seleccione a zona de cozinhar, toque no símbolo, seleccione a potencia de fritura desejada, depois de ouvir o sinal, deite gordura na frigideira e comece a fritar. Que dicho así, sin música, no suena a nada. Pero con su poquito de fado, lo mismo me da a mí que me hablen de amor que de cómo poner una sartén en una vitrocerámica.

Ya dije al comenzar el blog que me obsesiona aprender portugués. No lo hago por falta de tiempo. Pero una lengua que me suena igual de bien cuando me hablan de sartenes que de la subida del precio del trigo, tiene que provocar cierto placer.

Cuando termine con el resto de los electrodomésticos, volveré a David Grossman. Al principio, me sentí culpable. Pero desde que he descubierto dónde puedo poner los huevos, soy muy otra. Así que, que me perdone el señor Grossman y todo su poder e intensidad (en palabras de Paul Auster) pero tendrá que entender que jamás la lectura de un libro me había pillado terminando de instalar mi nueva cocina.

domingo, 28 de marzo de 2010

En destino

Y ya en Andalucía. Me ha dado tiempo a leer Bilbao-New York-Bilbao, La trastienda de la diplomacia, La vida entera y un par de periódicos. Bendito viaje, cuánto juego ha dado.
Y ahora, a descansar.

sábado, 27 de marzo de 2010

Doce horas

En este momento de la tarde, llevo exactamente doce horas de viaje. Salí del hotel cairota, camino del aeropuerto a las seis de la mañana y ahora mismo, después de unos cuantos kilómetros, estoy en la estación de Chamartín esperando un tren que me llevará a la tierra de mis antepasados. Cuando llegue a destino, serán catorce horas de viaje, varias comidas nefastas, algunos cafés desvaídos, mucho ir y venir de pasillos, miles de caras que no conozco, gentes que no volveré a ver, alguna llamada con malas noticias en los tramos con cobertura, algún cigarro oportuno en los rincones autorizados y, sobre todo, muchas ganas de terminar este viaje y llegar a casa.
Mientras tanto, miro correo y teléfono. No hay mensajes ni correos. Es sábado. Estais todos disfrutando del buen día y sanamente no conectados a ningún aparato. Al parecer, soy la única que aparece por aquí a estas horas de la tarde.
Regional Exprés, con destino, León. Este no es el mío. Estacionado en vía 14. Va a efectuar su salida.
A mí, aún me queda un rato. En unas horas, daremos todo el cansancio por olvidado y por bueno.

viernes, 26 de marzo de 2010

Oficialmente

A pesar de estar en tierra extraña y aún en tiempo de trabajo, terminadas estas noches mis labores y con la única tarea pendiente de coger mañana un avión de regreso, me voy a declarar oficialmente de vacaciones. Y eso hasta el día cinco de abril.
Me queda un único trago por pasar. Un madrugón histórico mañana a las seis de la mañana para coger el avión a Madrid. Puede que se convierta en una de esas noches en que me termino tres libros, hago aerobic en la habitación y escribo cartas de amor a amantes que aún no conozco. Es muy mala la soledad, tanta, y de madrugada. Y las pocas ganas de perderme en la vorágine cairota que tengo a estas horas. Me dejo un rato de encierro, de pensamiento, de sosiego y de lectura. Justo en una de las ciudades más tremendas del universo entero. O por eso mismo.

martes, 23 de marzo de 2010

Samsonite naranja y otros recuerdos

Mañana vuelo al Cairo. Si mal no recuerdo, hace doce años que no he pisado Egipto. Mañana toca y toca darle cierta envidia a las antiguas y antiguos cairotas que conozco y que me leen de vez en cuando. La cosa no da para mucho, regresaré el sábado.
Hice en su momento dos o tres viajes al Cairo, viajando desde Damasco. Pero el que más risa me provoca cuando lo recuerdo es uno que hice llegando en un vuelo nocturno. Tomé un taxi en el aeropuerto, metí mi maletón viajero (mi Samsonite naranja que me acompaña desde hace quince años, nada menos) y pusimos rumbo a la calle Faisal, atravesando todo el Cairo de noche. Al poco de salir, el maletero se abrió, mi magnífica Samsonite naranja salió volando, la vi caer en el asfalto de la autovía, pegué un par de grititos como procedía al caso, el taxista hizo un giro en seco y yendo en dirección contraria durante casi dos kilómetros, recogimos la maleta que gracias a su potente estructura, había sobrevivido al impacto contra el asfalto. Me quedé petrificada pero recuperé lo que era mío. Momentos después, suspirando como un campeón, el taxista me dijo aquello de: Gracias a Dios...al demonio mismo, pensé yo.
El único progreso es que mañana viene a buscarme un señor muy educado que estoy segura, no es ni siquiera pariente lejano de aquel otro. Es lo único bueno de aterrizar en una ciudad de millones de habitantes. Repetir el mismo taxista sería otro argumento más para seguir siendo atea.
Nos vemos a la vuelta.

martes, 16 de marzo de 2010

Hágase la luz

Pues mi nuevo hogar, ya tiene luz. No quiero resultar al final del todo la amiga plasta que se centra en la cosa inmobiliaria pero esta entrada es un homenaje al equipo que me apoya en la tarea: mi hermano, que ha salido al rescate del señor que pone las luces, Almudena (que está al quite para empadronarme debida y adecuadamente), mi señora madre que anda detrás de las aguas, los sillones, y los gases, la de la cocina (que está diligente y presta a colocarlo todo el próximo jueves) y así todo.
Así que, hágase la luz, pero reconozco que casi todo lo que vaya a suceder será el resultado de un trabajo en equipo, pulcro, eficiente y laborioso.
Como para no darle las gracias a todos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Agridulce

Hoy firmé ante notario como ya venía anunciando abajo. No es que de por sí sea una actividad emocionante o no necesariamente. Pero hoy es de esos en que sí me faltó la presencia de mi padre. Como siempre desde que no está pero especialmente desde que me desperté. Como un autómata, fui pensando en qué hubiera dicho y hecho en tal día como hoy. Así que me fui a su habitación, me inspiré con la ausencia suya que allí queda, cogí la pluma que yo sé que me hubiera dejado para un firma de algo más que un acuse de recibo, salí con la energía puesta pensando que de algún modo venía conmigo y cuando llegué a la sala donde tenía que dar el do de pecho, me hundí en la miseria y me puse a llorar como una capulla. Y allí estaba yo, en mitad de un sarao donde la gente sonreía, había enhorabuenas, risas, ilusiones. Con mi pluma y mi cara de gilipollas. Pero firmé y ya soy propietaria.Como de un tiempo a esta parte, lo agridulce de todo lo que se hace. La alegría y la nostalgia de una tacada. La risa y el llanto en cuestión de segundos.
Si hay algo que me gusta de mi nuevo hogar es que, de algún modo, él participó de la decisión, del primer empuje, de los cimientos que sujetan ese piso y de la ilusión que me hacía en aquel momento. Estará ahí seguro aunque nunca vaya a estar.
Y, mañana, para arrancarme toda posibilidad de descanso y nostalgia, de nuevo a Barcelona. Para que no quede mucho tiempo de pensar.

domingo, 7 de marzo de 2010

El mar, la mar, el mar...

Mañana regreso de Barcelona después de tres días intensos en la Ciudad Condal (tú eres, pero a mí no me quieres) para volver a regresar el día diez. Una cosa muy organizada y muy bien traída por mí misma que me hace ir a una ciudad, permanecer tres días en ella, regresar de ella, ausentarme dos días y volver otra vez a ella. Ni pies ni cabeza pero las cosas son así.
Por hablar de descubrimientos, hablaré de una calle llena de sirios y libaneses (restaurantes) donde apagué algunas nostalgias, de un castizo restaurante de por aquí (donde me puse las pilas y las botas), de un concierto, de un palacio, de un metro que no conocía, de unas ramblas que sí conocía y de un taxi cochambroso que me ha traído al hotel y que bien podía recordar a los taxis de Alejandría. Por decir algo.
Nunca me hago a Barcelona. Soy de secano, de tierra adentro. El mar me emociona de lejos y en las poesías. No me mueve a nada. No me inspira ni frío ni calor. Echo de menos la meseta dura y pura. Y, sin embargo, me paso media vida hablando del mar. Del Mediterráneo, sin ir más lejos. Ironías del destino.
¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?

lunes, 1 de marzo de 2010

Seguimos con la decoración
















Y pasado el capítulo cocina, pasamos al capítulo salón. Y esta idea me ronda por la cabeza desde hace tiempo. Dejo rastro aquí de ello. Otra cosa distinta será que este sea el definitivo. Se admiten votaciones aunque no sean vinculantes.

viernes, 26 de febrero de 2010

9 de marzo de 2010

Guardad, hermanos, esta fecha en vuestra retina. Es la fecha en que oficialmente me convertiré en dueña y señora de mi nueva vivienda.
Que digo que ahora ya me podeis ir enviando regalos para la casa. De tema de cocina, me falta la lavadora y la Thermomix, que me viene bien. De cuartos de baños, todo lo que querais. Para el salón, me viene bien todo (falta la tele, el dvd, el mueble de la tele, las cortinas, los sillones, las sillas, o sea, todo..).
Se admiten regalos a partir de hoy y ya os voy diciendo en privado dónde teneis que envíarlos.
Estoy por colgar la lista de soltera en el Corte Inglés. Ya os aviso, ya.

Obscenidad

Andaba pensando que tenía ganas de que acabara febrero. Pero luego he hecho recuento de marzo y a lo mejor esto se podría frenar un poco y añadirle siete u ocho días inesperados a febrero, sin que nadie se dé en cuenta.Me debato entre la duda y la duda. Ya no sé si quiero que acabe febrero o que no empiece marzo hasta que yo no lo diga.
Hay noches duras como esta. Además, acabo de verme un programa de gente muy pija en la Sexta que tiene casas inimaginables que son un insulto a la inteligencia y, sobre todo, un insulto al salario mínimo, a las pensiones, a las tasas de paro y a la humanidad en su conjunto. Francamente, me ha resultado tan obsceno verlos dentro de sus casas hablando de sus baños, sus duchas, sus piscinas, sus cuadros y su todo como cuando me enseñan una chabola con sus habitantes dentro. De obscenidad en obscenidad. Y una en medio.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Nunca creció

El 25 de febrero de 2010 le hubiera correspondido a un primo hermano mío cumplir 42 años. De no ser porque falleció un 24 de diciembre de 1995 con tan solo 26 años. Cuando eso sucede, yo apenas tenía cumplidos los 23. De cómo conocí a mi primo, habría mucho que decir. Como que realmente no nos conocimos hasta que yo cumplí los 18 y el tenía los 22. Apenas tres años de conocimiento, un tiempo de distancia y luego el silencio definitivo.
Las cosas son raras, a veces. Tanto que la vida te pone por delante conocer a alguien de tu sangre cumplida la mayoría de edad, compartir a diario un tiempo de tu vida y dejarte el resto de tu vida sin una imagen adulta de esa persona a quien conociste.Es de esas historias en mi vida que parece un sueño. Pero fue verdad. Existió porque lo sé, porque lo saben quienes le perdieron, porque muchas noches las compartimos charlando.
Lo más fascinante de todo es que le he superado en edad ya casi doce años. Llegará un momento en que podré verlo casi como un hijo porque nunca creció con todos los demás.Es una sensación muy extraña. Se fue de mi vida casi como vino. Pero sé que muchas noches las pasamos charlando de lo que íbamos a ser de mayores.
No llegó.

domingo, 21 de febrero de 2010

11 seguidores - 1 seguidor = diez seguidores

Hoy, día 21 de febrero de 2010, puedo presumir de tener diez seguidores porque aunque aparecen once, yo también me sigo a mí misma y se me hace muy feo presumir de once delante de ustedes.
Francamente, ni siquiera me explico cómo hay diez. Últimamente estoy seca de ganas de ponerme a escribir por aquí, por allí, de ponerme al teléfono, de quitarme del teléfono. En fin, que esos diez que me siguen, vendrían a valer cada uno de ellos por diez porque hay que echarle valor para seguir los avatares últimos de Malaventuras que está, no diré que tristón, porque no es para tanto, pero sí sosito.
Así que a 21 de febrero de 2010, anuncio formalmente que cada uno de mis seguidores vale por diez, un potosí, una millonada.
También en este día puedo anunciar que los plastas de mis vecinos han decidido mudarse. En días como hoy, creo en Dios. Cómo estaré de contenta que incluso les he ofrecido mi ayuda para sacar los muebles cuanto antes. Me la han rechazado mirándome con desconfianza. No me extraña. Son plastas pero no tontos.

martes, 16 de febrero de 2010

Las monjitas pajilleras

No hace mucho una compañera me recomendaba la lectura de un artículo que encontró por google sobre el Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, en Málaga.
No me molesto en copiarlo. Buscadlo y agradecedme las risas.

domingo, 14 de febrero de 2010

Sin interés

Pensaba yo verme bien la ceremonia de los Goya, no por nada, sino porque pensé que Darín iba a estar ahí. Visto que no está, me voy a dormir. Perdió todo interés.

viernes, 12 de febrero de 2010

En deuda con vuestras llamadas

Me siento en deuda y tengo que ponerlo por aquí. La cosa es la siguiente: a veces recibo llamadas nocturas de gente que sé que me quiere y me desea lo mejor. A veces, llego a esas horas con tan pocas ganas de pegarme el teléfono a la oreja, que parezco tartamuda o así en el aparato.
Que conste que esta nota es un homenaje a quienes me llamais a esas horas en las que parezco tartamuda (o muda, sin más), que lo sigais haciendo porque siempre es agradable, que trataré de hablar menos durante el día con gentes que poco tienen que contarme, que trataré de decir algo coherente en el momento oportuno.
Y que perdoneis la ausencia, la poca verborrea, el estado de gracia que me toca a esas horas y todo lo demás.
Sé que lo sabeis de sobra pero son las llamadas que de verdad me interesan. Las que de verdad espero. Y, probablemente, las únicas que tienen un sentido.

lunes, 8 de febrero de 2010

Misa en domingo

A las diez de la mañana una estaba dando una vuelta en el Santo Sepulcro (y escuchando veinte misas simultáneas). A las once de la noche, estoy en mi casa madrileña con la perspectiva de irme a dormir inmediatamente.
Pero os dejo este rastro de lo que me queda de noche. Para que sepais que ya estoy en la madre patria.

sábado, 30 de enero de 2010

El antes y el después de más de lo mismo

De un destino menos exótico como pueda ser Alicante y donde ayer dormimos (plural mayestático), paso el domingo a dormir en Tel Aviv, luego vendrá Jerusalén, después vendrá Ramallah y después regresaremos al punto de origen.
Es la tercera ocasión que visito aquellas tierras en los últimos cuatros años. Es lamentable pero hay que decir que cada vez que voy, la sensación es peor, más angustiosa y cuesta encontrar algo que reconforte el espíritu aunque sea un rato. Son viajes que siempre angustian, desconciertan, descolocan un rato y dejan un poso amargo. Al menos a mí siempre me sucede así. Incluso en el antes, ya cuesta colocarse para no afectarse. También en el después, cuesta soltar lastre. Pero es lo que toca y así se hará.
En lo que me llegue el cuajo, nos veremos por aquí.

jueves, 28 de enero de 2010

Todo lo secundario

Acabo de escuchar a Soledad Puértolas, recién nombrada académica de la lengua con la ge minúscula, diciendo que todo lo secundario le fascina. Los personajes secundarios, los actores secundarios, las carreteras secundarias. Dice que lo secundario es muy misterioso.
Cuánta razón tiene esta mujer y qué bien haberlo escuchado hoy.
Abrazos a todos desde Alicante.

El año 2010

Cuando era pequeña (y aquí estoy con los recordatorios) me vendieron que el año 2010 sería la leche de moderno. Pues bien, una comienza el 2010 haciendo dos gestiones, dos tontunas. Una una transferencia bancaria (que me llevó cuarenta minutos, algo de tensión con el cajero, identificarme cinco veces, una llamada de móvil, dos faxes y una botella de ron) y la renovación de un permiso anual para aparcar (que me ha costado tres viajes, varias llamadas de teléfono, nosécuántoseuros, una regañina y un aviso de futuro).
Francamente, váyanse a la mierda quienes vaticinaron un futuro moderno para el 2010.

martes, 26 de enero de 2010

Saltando el potro

De niña no odiaba muchas cosas pero había una que sí odiaba especialmente: que me obligaran a saltar el potro. Parecía por aquel entonces que todos habíamos nacido para hacer eso con naturalidad y desparpajo y yo, que ahora intuyo que siempre sufrí de vértigo, sufría tanto con la idea que siempre me ponía a la cola y cuando ya me iba tocando, dejaba pasar al que iba detrás de mí hasta que me colocaba la última otra vez. Y nunca lo salté. Creo que el truco siempre me funcionó porque, ahora intuyo, todos mis profesores y profesoras debían también odiar lo del potro y, sobre todo, me debían leer en la cara el pánico que me provocaba la idea. Casi se me oía el rechinar de dientes. Pero es cierto que jamás, nunca, nadie, ninguno me obligó a hacerlo.
Pasado el tiempo, y con otras cuestiones, me veo a veces así. El potro está allí, me da el vértigo de antemano, me pongo a sudar de pensarlo y voy dejando pasar a otros. Por ahora, nadie me ha obligado. Por ahora, el truco cuela. Y es que mucho me temo que otros tantos están tan acojonados como estoy yo con algunas ideas.
Lo que nunca entendí es por qué había que saltar el potro. ¿Era realmente necesario?¿Tan importante era aquello?.

domingo, 24 de enero de 2010

Tango en kimono

http://www.youtube.com/watch?v=GsgLIptfsK0

El último descubrimiento que me tiene loca perdida: Tango en kimono.
Ahí queda eso.

domingo, 17 de enero de 2010

El cónsul de Haití

Contando con el margen de error de lo que se pueda haber recogido de las palabras del cónsul de Haití en São Paulo, George Samuel Antoine es casi lo mejor que he leído hoy. De no ser porque la cosa no tiene gracia ninguna. El tipo dice que ahora se les conoce más (puede ser incluso verdad lo malo es que el país se ha hundido en la mierda absoluta que viene después de la mierda sin más). Añade el caballero que todos los males del país vienen porque todo lugar donde hay africanos está jodido (supongo que como los africanos pesan más, la tierra tiene más tendencia a moverse y provocar terromotos).
También viene a decir el consulín, flan, flín, que la causa del terromoto es la macumba, religión al parecer mayoritaria entre los haitianos, a pesar de que oficialmente son católicos. El africano en sí trae maldición, dice el hombre.
Todo esto a micrófono cerrado y cuando se entera de la pillada, se pone a sudar y dice que más africano que él no hay nadie y mantiene entre los dedos una especie de rosario (católico, imagino) para calmar los nervios.
Pues no está Haití para pensar en renovar la plantilla de diplomáticos que, qué duda cabe, tiene otras urgencias que lo son de verdad. Pero si ese país logra enderezarse o volver a surgir de la nada, tendrán que pensar en ello.

miércoles, 13 de enero de 2010

Doña Vicepresidenta

Me comunica mi progenitora que en virtud de un sorteo se me ha elegido Doña Vicepresidenta de mi futura comunidad de vecinos que es honor que nunca hubiera yo querido ostentar, qué quereis que os diga.
Echo la Euromillonaria y no me toca. No opto a un cargo y me toca. El mundo está muy mal ordenado. Desde luego.

lunes, 11 de enero de 2010

Misterios en la noche

Misteriosamente, me encuentro escuchando el programa de misterios de la misteriosa cuatro. No es la primera vez que me sucede un domingo por la noche. El programa misterioso de los misterios de la misteriosa noche del domingo me ayuda a dormir. La voz del presentador, las huellas misteriosas, las misteriosas apariciones, los fantasmas misteriosos que me recuerdan a cualquier pariente de cualquiera de nosotros, me provocan sueño y combaten mi insomnio congénito.
No sabe este programa misterioso la de favores que le debo. Como inconveniente que conviene destacar es que nunca sé cómo se resuelven los misterios, ni quién mató a quién, ni en qué año sucedió nada. Absolutamente nada queda retenido en mi memoria y al siguiente domingo, me lo pongo otra vez. Con la esperanza de dormirme pronto y la curiosidad de saber si llegaré a enterarme de una vez de algún misterio misterioso.

domingo, 10 de enero de 2010

Equipo de supervivencia

Esta mañana me he levantado temprano y con mucha pereza. Mucha pereza sobre todo de saber que tenía por delante un viaje a Madrid y que terminaban las vacaciones. Los luminosos de la autovía recomendaban adelantar el retorno por previsión de nevada y sin haberlos leído yo ya había decidido que así iba a ser.
Lo mejor. Levantarse con unos churritos calentitos que mi madre ya había comprado para desayunar, tener preparado un equipo de supervivencia por si nos quedábamos en la nieve (equipo que incluía manta, navaja de Albacete, termo de café, bocadillos). Todo eso lo había hecho ya madre antes de que hubiera despejado el ojo.
¿Qué quereis que os diga? Que madre no hay más que una y a vosotros os encontré en un blog.
Besos a todos desde Madrid.

sábado, 9 de enero de 2010

El último cartucho

Acabo de quemar el último cartucho que hubiera evitado que volviera a mi trabajo el lunes próximo. He comprobado mi apuesta de Euromillones y que si quieres arroz, catalina. Me consuela saber que no ha habido nadie en toda Europa con la habilidad de acertar el bote lo que supone que aún puedo optar la semana que viene a los cincuenta y ocho millones de euros acumulados. Pero hasta entonces y por prudencia, aún me tocará trabajar de lunes a viernes. No vaya a ser que. Después y toda vez que sea millonaria, sólo responderé a quienes me han llamado a menudo a lo largo de estos años y a quienes han dejado comentarios en el blog.
A pesar del disgusto, la noche me ha traído dos regalos de Reyes que venían con retraso. Ha sido más bien una Reina la que se ha tomado la molestia y me he hecho con un libro y con un tinterito precioso que tendrá un lugar preferente en el salón de mi nueva casa.
Es mi última noche de insomnio placentero antes de volver a trabajar. De nada me quejaré porque de nada tengo queja. La única es que donde yo tengo unos números y con las mismas, pudieron haber salido otros.
Tenedme en vuestros pensamientos. Creo que lo voy a necesitar.

miércoles, 6 de enero de 2010

Los regalos

Hacienda se ha embolsado prácticamente el número del gordo del Niño y eso ha supuesto que sigo igual de pobre que antes. Nada. Tampoco he pasado por Casteldefells este año ni por Almagro porque en mi guía Michelín no me aparecían. Probaremos el año que viene con Puerto Hurraco y Puebla de Sanabria, por si las moscas.
A pesar de ello, los Reyes han sido sabios y generosos, como suelen serlo. Cubertería fina y elegante para mi nueva casa, un álbum de fotos, una almohada para relajarme, unos pendientes, unos vasos también para la nueva casa y unos dineritos que siempre son bienvenidos.
Lo único que me pone triste de los Reyes es que vislumbro el final del descanso que me he metido entre pecho y espalda. De nada me quejo pero más dura será la caída el domingo cuando toque viajar, hacer maletas, deshacer maletas y coger los trastos de matar para ver en qué nos quedamos y por dónde íbamos.
Y ahora empieza la juerga de nuevo, los viajes, las maletas, las idas y venidas, los cambios de horario, de sueño, de comidas.
Resistiré pero será dura la caída.

martes, 5 de enero de 2010

Los Reyes Magos

A última hora de la tarde, he estado haciendo unas compritas para la cuestión final de los Reyes. Compruebo extasiada que los juguetes de niñas son más de niñas que nunca (antes nos caía la muñeca pero ahora tenemos de todo, el fregón, el micro, la plancha, el horno, la vitro, el puestecito de verdura, el centro completo de planchado, los maquillajes, y así...) y los juguetes de niños tienen pinta todos de estar destinados a criaturas capaces de sacarles a sus padres las tripas y hacerse un sonajero.
A estas alturas de la película, me da igual. Cada uno verá cómo pretende educar a sus hijos e hijas. Pero lo que sí me molesta es que se gaste tanto en hablar del asunto para llegar a un estante de una gran superficie y darte cuenta que nada ha cambiado en el mundo del juguete y que poco más ha cambiado en el mundo del adulto.
Así nos va.

Salón Madame du Deffand

Toda vez que una servidora ha encargado y casi pagado religiosamente su cocina, hemos pasado al capítulo salón Madame du Deffand o así. Ahora estoy en ese capítulo y estoy extasiada. Soy una experta ya en lo que vienen a ser jarrones bowl, xiffonieres, cabezales de piel, mesas extensibles, lámparas cilindro, caminos de mesa, lámparas piramidales. Eso por no hablar de lo ratán, lo beige, las bandejas tostadas y el plaid mohair chocolate. O los cojines de pelo de cabra de Mongolia, que ya me direis vosotros si no se van lejos estos colegas a buscar los pelos de las cabras.
Estamos en esa fase y todo este proceso me ha traído ya un tremendo problema de personalidad. Me han saltado todas las alarmas porque he pasado de ser una rústica pueblerina a una exquisita dama de la alta sociedad en tres revistas. Veo yo que no tengo las cosas claras y cada revista que cae en mis manos me pone todavía más fuera de mí.
Creo que ya tengo en la cabeza lo que quiero y cuando ya estoy a punto de meterlo todo en mi simulador virtual, cambio de estilo como si cambiara de bragas, con perdón. He pasado ya por todos los materiales, estilos, épocas y diseños.
Y he decidido cortar por lo sano. El estilo será el que quepa en un presupuesto que acabo de decidir. Si no entra ahí, no es estiloso, no es lo que va con mi personalidad, ni lo que mejor define mi carácter. Mi personalidad, por tanto, se definirá en el estrecho margen que me deje el presupuesto. Al menos, me ahorraré el psiquiatra.

viernes, 1 de enero de 2010

La dueña de Malaventuras

















La dueña de Malaventuras, después de un par de excesos nocturnos y nocheviejunos, os desea un Feliz Año 2010 y que lo pasemos juntos en la medida de nuestras posibilidades, tareas, ocupaciones y agonías.

Cuaderno de Talamanca

CUADERNO DE TALAMANCA
Ibiza
(31 de julio – 25 de agosto de 1966)
E. M. Cioran
Texto seleccionado y presentado por
Verena von der Hieden-Rynsch Traducción y prólogo de Manuel Arranz


Ibiza, 31 de julio de 1966.

Esta noche, sobre las 3, completamente despierto. Imposible seguir más tiempo en la cama. He ido a pasear por la orilla del mar, acompañado de los más sombríos pensamientos. ¿Y si me arrojara desde lo alto del acantilado? He venido hasta aquí por el sol, y yo no puedo soportar el sol. Todo el mundo está moreno, pero yo seguiré blanco, pálido. Mientras me entregaba a toda suerte de reflexiones amargas, contemplaba los pinos, las rocas, las olas "visitadas" por la luna, y de repente me di cuenta de hasta qué punto estaba yo ligado a este hermoso y maldito universo.