EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 9 de julio de 2009

La Goulette

Anoche me fumé un narguile de dos manzanas a pie de playa, de la Goulette en Túnez, para ser más exactos. Era el único lugar del territorio tunecino donde corría una pequeña brisa y se podía tener una charla amable. Túnez ha cambiado algo o será que yo llevo más dinero en el bolsillo desde que me hice mi primer curso de árabe en el Instituto Bourguiba en el año 93. El caso es que me tomé un muy buen pescado, logré relajar músculos que tenía estirados desde la estancia en Bruselas y de no ser porque tenía pagada la habitación, me habría quedado a dormir en la playa, a ver amanecer allí y me habría ido directamente al aeropuerto.
El calor era insoportable, pegajoso, a todas horas. Túnez estaba ya lleno de miles de turistas también insoportables, pegajosos y a todas horas. Pero de esto ya hablé cuando propuse los aviones para gente bien vestida y gente en bermudas. Soy yo, lo sé. Pero el caso es que ya me queda menos también para convertirme en una turista insoportable y pegajosa. Cuando me cruce con un desgraciado que esté trabajando en agosto, le haré saber que es eso: un pobre hombre.
Próximo destino: Marruecos. El día 14.

2 comentarios:

Paul Spleen dijo...

Cada vez lo tengo más claro: es usted una hedonista. ;o) Mucha suerte con sus viajes. Espero que pueda repetir muchos momentos como ése en La Goulette. Un beso.

Alejandra dijo...

Lo que soy es una gilipollas, mi querido Paul, que sólo logra sacar un pequeño momento nocturno y quedarse dormitando en una playa de Túnez porque no le da el cuerpo a una para otra cosa. Pero todo esto cambiará, el día que cobre la Euromillonaria que me ha de tocar, según está escrito.
Y un beso.