EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


viernes, 17 de julio de 2009

No tengo mantequilla

Es extraña la vida. Llevo viviendo en esta casa más de un año y unos meses y nunca le había visto la cara a mi vecina. Me sé sus horarios, me sé sus relaciones, sé que tiene novio, sé de qué hablan, sé qué comen, sé cuándo se va de vacaciones. Pero nunca la había visto.
Hoy se ha producido el milagro, hace una hora. Hace una hora suena el timbre de casa, a medianoche. Lógicamente, ni me molesto en abrir. Insiste. Pregunto quién es. Me dice que la vecina de al lado. Como sí conozco su voz, abro la puerta.
Me encuentro una chica rubia, delgadita, en camisón, con una cara y una voz muy agradables que me pide disculpas por la hora y la insistencia. Quería preguntarte si tenías mantequilla, antes de que apagues la luz. Estoy haciendo un pastel y me he quedado sin mantequilla. De pronto, le explico que mi nevera es un desierto de emociones. No sólo hoy. No sólo es que no tenga mantequilla. Por no tener, no tengo ni perrillo que me ladre para que no se me eche a perder con tanta ausencia. Se marcha triste porque no va a poder terminar su bizcocho.
Cierro la puerta y pienso que a lo mejor la podía haber invitado a un café para que me contara para quién prepara un bizcocho a las doce de la noche y por qué tanta prisa a medianoche de encontrar mantequilla. Qué la lleva a venir de madrugada a saludar a quien no ha saludado en un año y medio por unos gramos de mantequilla.
Aún me he quedado un rato sintiéndome culpable por no tener mantequilla en la nevera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ay incrédula? mantequilla? último tango en París? nada de bizcochos...

Alejandra dijo...

Pues no había pensado yo en el asunto. El caso es que le vi mucha prisa en la cara, poca vergüenza y sobre todo, unos horarios muy extraños para ponerse a hacer un bizcocho y aún más raro, para pedirle mantequilla a un vecino. La investigaré más de cerca. Igual no la conozco tanto como creía conocerla.