Hoy entré por primera vez en mi futuro hogar. Diría que me gusta lo suficiente como para haberme ilusionado y que me llega en buen momento. Confieso también haber llorado y no precisamente de la emoción ni de la alegría.
A lo que voy: que si es un lugar que me ilusiona y me emociona a partes iguales es que se trata ya de mi casa. No en todas las ocasiones un lugar de tan pocos metros cuadrados, consigue tantos efectos en mí en tan poco tiempo.
A lo que voy: que la casa es mía y no porque lo digan los papeles, que también. Sino porque ya me provoca vibraciones positivas y desequilibrios a partes iguales.
Es lo que hay.
1 comentario:
Dentro de poco hacemos un "open-house" y ya verás que lindo que da todo, todo, todo!!!
Jeejejejeje
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