EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

El secreto de sus ojos o mi Darín for ever

Lo dicho. Que nadie se pierda esta película. Si no estais enamorados/as de Darín (como es mi caso desde mi más tierna y madura juventud), vais a caer rendidos. No hay ojos más hermosos sobre la faz de la tierra. Ni tío más listo. Que os lo digo yo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Misterios

Hace tres días en Johannesburgo, viví por primera vez eso de abortar el despegue del avión. El jefe del aparato informó a los viajeros correctamente de lo que sucedía resumiendo aquello en que un sensor indicaba que algo no iba bien y que había decidido dar la vuelta al aeropuerto para comprobar qué estaba pasando. Dos horas dentro del avión, más las diez horas de vuelo. Doce horas dentro del aparato. Medio día. Nada menos.
Lo extraño del caso no es que los pilotos cumplieran sus obligaciones. Lo extraño del caso es que hubo gente que se puso quejicosa y a voces diciendo que perdían una conexión a otro destino que enlazaba en Madrid. Como si no se hubieran dado cuenta que, por segundos, lo que podían haberse partido era la crisma contra la pista del aeropuerto sudafricano.
Hay misterios que no alcanzo a comprender. Este es el misterio de la semana.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Que no se va

Ayer, hizo un año del comienzo del final. Ese 23 de septiembre ingresaban a mi padre en un clínica, para luego ingresarlo en otra el 27 de la que ya nunca saldría por su pie como había entrado. Un año. Un año y no se van de la cabeza ni los gestos, ni las palabras, ni los silencios, ni las ternuras, ni los llantos. Ni el dolor, sobre todo el dolor, que no se va, que es mentira que se vaya, que no es cierto, que no me lo creo y que parece que hoy lo viviera todo otra vez.
Y estoy lejos de todo y nada me lo recuerda. Nada de lo que hay aquí tiene que ver con él. Pero es lo que hay. Comienza la cuenta atrás para un aniversario que no me gustaría tener nunca en la agenda y que va a estar ahí ya siempre. Hasta que la muerte nos separe.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Como sea

Esta entrada y a sólo cuarenta minutos del día 21 de septiembre es para madre y no podía ser de otra manera porque cumple años el día 21, porque es un cumpleaños difícil, porque yo estoy a diez horas de avión de donde ella está y porque hoy, más que en otras ocasiones, me hubiera gustado estar allí y no aquí. Pero la vida te arrastra por estos vericuetos y me encuentro, nada menos, que en Sudáfrica.
Siendo así las cosas, me las he pergeñado para sacarme mi conexión de Internet y felicitarla en público y despacio, decirle que la echaré mañana de menos todo el día, que querría haberla besado nada más sonar las doce de la noche en el reloj pero como todo esto no puede ser, estoy allí de todas las maneras y como sea.
Y que la quiero un huevo, señores y parte de otro.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Un lejano recuerdo

Pues sí. Las vacaciones de verano ya son un lejano recuerdo que parece no haber sucedido nunca. Llevo 19 días escasos trabajando y parecieran ya dos años por la velocidad y las prisas. Estamos enfermos. Al menos, en este país. Trabajamos todos demasiadas horas, no rendimos en proporción a las horas que trabajamos, las nuevas tecnologías parece que no nos aportan demasiado a la hora de hacer compatible el trabajo y la vida familiar y terminaremos todos como zombis dando vueltas y no sabiendo los unos de los otros. Cada vez resulta más difícil sacar un rato para charlar con un amigo, sacar un rato para un cine, un teatro, un paseo, no digamos para criar un hijo o para poner tu casa en orden. Estamos enfermos, insisto. Enfermos de soberbia, además, que es lo peor de todo.
Dicho esto y como soy una más de los muchos enfermos que pululan en este país (que podíamos subvidirnos en los enfermos con trabajo que además nos las componemos tan felices porque al menos tenemos nómina y los enfermos sin trabajo que se ponen enfermos de no ser tan enfermos como los enfermos de verdad), salgo esta madrugada para un viaje de diez horas de duración. Hasta Sudáfrica. En mis diez horas de vuelo, seguiré pensando en las miles de enfermedades que nos rodean y para las que no tenemos vacuna alguna. No me da miedo la gripe A. Me da miedo haberme dado cuenta esta semana que yo no he tenido tiempo para hablar casi con los míos y que estuve esperando respuestas y llamadas de amigos que tampoco llegaron porque confiesan no tener tiempo ni para miccionar. Enfermos, también.
No sé si todo esto parará algún día, si llegará un día el Juicio Final o qué. Lo que está claro es que cuando llegue, no nos juzgarán ni por culpables ni por víctimas. Nos juzgarán simplemente por gilipollas.
Nos vemos a la vuelta (os recordaré desde las alturas).

miércoles, 16 de septiembre de 2009

3 años y dos días

Hoy hace ya tres años y dos días que me incorporé a mi trabajo madrileño. Lo leo y no termino de creerlo. Corría el año de 2006, septiembre. Una dejó las provincias en lo laboral para instalarse en la capital del reino. A Madrid le debo muchas cosas en mi vida. También Madrid me debe a mí otras tantas. Empate, por tanto.
No sé cuántos me quedarán ni si terminaré aquí mis días laborales. Es mucho decir cuando según la actual legislación, me queda la friolera de veintiocho años hasta la jubilación. Pero tampoco hay nada que me venga a decir lo contrario. Ni nadie.
Me parecía que era un buen día para celebrar que Madrid, una vez más, me aceptó como uno de los suyos y esta la he paseado con nocturnidad y alevosía, en solitario, calle arriba y abajo hasta llegar a casa. Para terminar pensando que Madrid es mucho Madrid. Pero mucho.

martes, 15 de septiembre de 2009

Oh mon dieu!

Descubro con agrado que la plaga de cucarachas que asolaba mi barrio y mi bloque ha sido ya aniquilada. Apenas aparece alguna simpaticona por alguna esquina, saluda, se marcha o bien la hago fallecer cuando asoma el morro. La vida es dura y no se puede asomar uno así como así al exterior siendo una cucaracha. Eso ya debían saberlo todas las cucarachas del mundo. Digo yo.
Pero, al tiempo que descubro esto y aplasto los últimos ejemplares, descubro que en mi ausencia una vecina ha sido madre. No sé quién es pero no ha pedido permiso a la comunidad de vecinos para ello. Cosa que hay que hacer si piensa una traer al mundo una criaturita que tiene programado berrear día y noche como un becerro. Una criaturita que los tiene desquiciados y que ya está provocando problemones entre el papá y la mamá. Que ya no se llevan tan bien como el día que se conocieron para traerlo a este mundo.
Lo malo de esto es que no puedo avisar a la Comunidad para que me ayuden con esto. Ni tampoco le puedo poner un bozal cuando me lo encuentre en la escalera.
Empiezo a añorar la plaga de cucarachas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Desde mi portal

Los días pasan volando que ya estamos a quince. Estoy a tope de todo, sobre todo de trabajo, pero los días pasan y ha pasado una quincena. En cuanto nos descuidemos, estamos comiéndonos las uvas. Y hoy tengo yo un ataque de vértigo con esto del tiempo que no es normal lo rápido que va. No es normal y yo no sé frenar esto.
Este fin de semana dormiré en Johannesburgo que es un lugar que está muy lejos, tan lejos como que está a diez horas de mi casa, en el fin del mundo hacia abajo desde mi portal. Pasaré unos pocos países de madrugada y llegaré al amanecer. Y cuando me vea allí, me entrará un ataque de nostalgia hasta del último papel que tengo escondido en la última estantería del último rincón del último pasillo de mi casa. Y no podré evitar querer volver porque si de algo sirvió el tiempo es para hacerme muy mayor y querer estar al lado de mis cosas. Para que nadie mueva nada, para que no pase el tiempo.
Os pensaré desde tanta lejanía y querré volver para seguir pensando a cada uno de vosotros de más cerca. Que no me fío.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Semana curiosa

Semana curiosa, cuando menos. Aquí y allí. Acá y acullá. Lo antiguo y lo nuevo. El pasado y el presente. No vi el futuro por ningún sitio. Y resulta que ya es viernes. Casi sin sentir. No tuve fuerzas para venir por aquí pero os tenía en el pensamiento. Ni siquiera sé si Berto y Buenafuente ya salen sin estar enlatados con los refritos de la temporada pasada. No sé desde cuándo no he visto la tele. Ni he podido leer un periódico. Volvemos a la realidad mañana por la mañana.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Fabada

Hay una tienda maravillosa cerca de mi casa que abre hasta muy tarde (y no es de chinos). Ahí me abastezco de jamoncito, huevos, pimientitos de padrón, mejillones en escabeche, arreglos de cocido, ciruelas, yogures griegos, pan, café con toda su cafeína, croquetitas, verduras frescas, enlatadas, habitas. Mil cosas. Siempre voy porque siempre encuentro alguna cosa nueva que traen y que nunca han traído antes. Se preocupan de lo que traen y me gusta cómo lo colocan.
Sólo me llama la atención la chica que me atiende. Dulcísima, educadísima, estupenda. Extranjera. Hemos hablado mil veces de su país, de su pueblo, de su gente. Me pregunta por lo mío. Todo eso entre pimiento y pimiento. Jamás pasa un límite, jamás una palabra incorrecta, jamás un gesto raro.
Un día cogí un arreglo de fabada. Por primera vez, le echó valor y me dijo que para qué servía esto que andaba cogiendo y que le explicara cómo se cocinaba. Y me miró muy extrañada. Confesó que nunca compraba en esa tienda.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Lo que viene

El viernes me sabe muy bien en esta ocasión. No se me ha hecho finalmente penoso esto del regreso. Todo lo penoso que es volver a los horarios y a los despertadores pero lo he sobrevivido con dignidad. Incluso, diría, con cierto gusto. Mis horarios veraniegos son tan poco disciplinados que un poco de disciplina en los próximos once meses no viene mal.
Por lo demás, hay algo que sí me da miedo del otoño. Y es la gripe A. Y no porque piense que la vaya a pillar sino porque me da a mí que no habrá conversación en la que no salga, noticiero que no nos dé el número de infectados y fallecidos, radio que no hable del tema. Veo difícil que pase un día sin que me hablen de esto. Me empieza a cansar la cosa. Lo confieso.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un primer día de trabajo

Para no agobiarnos en exceso en este uno de septiembre, me he ido al cine al salir del trabajo y me he visto la que aquí traigo. Lo he pasado bien y, además, he descubierto una tiendecita de gastronomía damascena justo enfrente del cine con cositas que no logro encontrar de otra manera. Algún día prepararé una cena para celebrar lo que se me ocurra.
Curado el susto del retorno y del primer día de trabajo, esto es lo que os traigo aquí.

Libro de condolencias

Abro aquí una entrada para que me dejeis los mensajes que proceden en un uno de septiembre a las doce la noche cuando una ha agotado agosto. La buena noticia es que no he sufrido ningún atasco, ni al ir, ni al volver. La buena noticia es que he descansado de verdad. La buena noticia es que he hecho lo que me ha dado la realísima gana. La buena noticia es que mañana vuelvo a trabajar. La mala noticia es que todo eso es verdad pero, aún así, preferiría escaparme y darme a la fuga en tal día como hoy.
Aún así, resistiré, como dijo el otro.