EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 20 de agosto de 2009

Millennium y el café

Inexplicablemente ya estoy enganchada a la segunda parte de Millenniun y tengo la tercera en reserva. Digo inexplicablemente porque hay cosas que ya me llevan fastidiando desde el final de la primera parte pero me tiene la cosa enganchada como si de cocaína se tratara; tal vez, sean las ganas de confirmar del todo las cosas que me fastidian.
También es cierto que nunca había leído una trilogía donde se bebiera tantísimo café. Cafeteras y cafeteras desde que empezó la cosa. Lo peor es que cada vez que se preparan un café a mí me entra el impulso de hacer lo propio. No digamos cada vez que encienden un cigarrillo. Por esta parte, la parte cafeínomana de mi personalidad, le disculpo a Millennium casi todo lo que me pueda estar inquietando.Ahora bien: lo que no perdono bajo ningún concepto es el catálogo de Ikea. Que diera la sensación de que el Larsson fundó Ikea o tenía acciones allí.
Sea como fuere, el enganche es real. No lo vamos a negar. Para la sesión de lectura de hoy, ya me estoy poniendo una cafetera (la de seis servicios, por si acaso).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y el paquete de tabaco, claro.
Luego dices, que yo no debería fumar.
Pués me debes una fumata de cacimba, que lo sepas.
Besos mozona.

Alejandra dijo...

Así es. En mi caso, decirle a alguien que no debe fumar no es de recibo. Pero no, no deberíamos fumar. Y sí, le debo a usted una fumata blanca. Cualquier día de estos debería pagar mis deudas (a usted le debo la fumata, a sus descendientes un cuscús y así hasta el infinito).
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Llevo mucho atrasado, sin leerte digo...y hoy me acabo de poner al día. Más o menos.
Veo que disfrutando de tus vacaciones y de tu merecida holgazanería, a mi me llegará en Septiembre, después de este agosto con pocos minutos para descansar. Entonces, en septiembre, en la segunda quincena, cuando esté por fin rascándome los huevos, podré leerte más al día.
Un beso y descansa.
Paco

Alejandra dijo...

Paco, querido: Sólo te pido que cuando estés en esa posición soez, no me vengas a decirme lo relajado que estás. Para ese entonces, yo ya llevaré unos días otra vez llevando la marcha de siempre y eso me pone triste. Casi se me están saltando ya las lágrimas.
Y un beso gordo, ánimos para el tiempo que queda hasta tu relajo.