EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 31 de diciembre de 2009

Un acto de amor (mejor dos)

Y que no se me ocurre mejor manera de despedir el 2009 y recibir el 2010. Del discernimiento y así. Ricardo Darín tuvo que ser. Y el tango, of course...

Feliz Año a todos.



lunes, 28 de diciembre de 2009

Inocentada

La inocentada del día ha sido recibir el presupuesto total de la cocinita. Era algo que se esperaba y que llega en tal día como hoy.
Sin embargo y para compensar el disgusto, he de decir que hoy he llegado al punto álgido de mis vacaciones. Y es ese momento en que he invertido por completo el sueño, trasnochando como un murciélago y retozando en la cama por la mañana cuando los humanos se levantan para comprar el pan.
Eso, que puede ser contraproducente para la salud, resulta que es el síntoma de desconexión absoluta con la vida real, lo que tengo que hacer a diario. Cuando llego a ese punto, me doy cuenta de lo feliz que estoy y de lo lejos que queda todo.
Después llega el rechinar de dientes. Pero que me quiten lo bailado. Incluso la inocentada del presupuesto, me duele mucho menos así.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Gran Torino


Creo que no ha sido una mala elección para el día de Navidad que suele resultar bastante empalagoso.

Cuando termine de pedirle a los Reyes Magos la cocina, pensaré a quien le pido un salón donde haya una tele grande y un lugar cómodo para días como hoy en los que me puedo permitir estos lujos y no tener que salir corriendo ni irme a dormir temprano.

Os daré parte.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Carta a los Reyes Magos















Pues los Reyes Magos me van a traer esta cocinita de la Señorita Pepis porque he sido tremendamente buena.
Paciente con los imbéciles, paciente con mis vecinos histéricos, paciente con los aeropuertos, con los aviones, con las pérdidas de maleta, con la ITV, con Hacienda, con el notario, con la notaria, con los abogados.
Paciente con los moros, con los cristianos, con los judíos. Paciente con los de derechas y con los de izquierdas. Paciente, incluso, con mi ginecólogo y mi dentista.
Paciente de toda paciencia con mis sobrinos, con los hijos de mis amigos, con los pediatras, los psicólogos, los maestros, los curas y los testigos de Jehová.
Los Reyes Magos, mis queridos amigos, me van a traer esta cocinita de la Señorita Pepis porque me he portado bien y ni siquiera he cometido actos impuros aunque sí pensamientos a diario sin que me vieran los Reyes Magos.
¿A qué me merezco la cocinita de la Señorita Pepis?

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Segunda visita

Sí, señores, hoy he hecho la segunda visita oficial a lo que será mi futuro hogar. En la primera ocasión, me fui pertrechada de bolígrafo y papel para apuntar los defectos. Esta tarea la dejé en manos de mi cuñada que es mucho más puñetera que yo (perdón, cuñada, hija mía...) y que me anotó hasta la última cosa que se le ocurrió a ella. Y lo que se le pasaba a la puñetera de mi cuñada, ya lo anotaba la puñetera suegra de mi cuñada que, a la sazón, es mi santa madre.
Eso fue el seis de octubre pasado. Fecha memorable donde las haya.
Hoy tocaba repasar si habían arreglado los desperfectos. Para la tarea, me he vuelto a llevar a la puñetera suegra de mi puñetera cuñada y, para rematar, he invitado a mi menos puñetero hermano que, finalmente, ha resultado ser el más puñetero de los tres y casi me arranca un grifo de cuajo, me inunda el piso, me quita tres tabiques y me cambia las pocas ideas claras que yo tenía. No contenta con la cosa, la experta decoradora de cocinas y así, me ha cambiado la única idea que yo tenía y además me ha dicho que mi vida puede cambiar y que nunca se sabe. Eso se traduce en que ponga todos los muebles que a ella le vienen bien por si mi vida pudiera cambiar en algún momento. Y digo yo, que qué coño le importa a esta señora si mi vida cambia o si me tiro por un puente.
Dicho todo esto, me confieso inútil integral en la cosa esta de los pisos. Yo he estado siempre acostumbrada a habitaciones de alquiler, cuando estudiante, y a pisos de alquiler toda mi santa vida. Me he tragado muebles que no eran míos, flores de croché, cortinones Luis XVI, lavadoras surrealistas, pozos infectos, teléfonos compartidos, tapetes de ganchillo, moquetas de la época de Atatürk y un largo etcétera de cosas inenarrables y circunstancias irrepetibles.
No sé yo si sabré vivir en un lugar donde tengo que decidir cosas, colores, materiales, posiciones. El alquiler me parece siempre una salida noble para gente como yo. Incompetentes en materia de decoración y demás.
Que pase de mí este cáliz.

A muerte con Papá Noel



Lo mejor que me ha llegado por ahora en cuestiones navideñas son estos Reyes Magos intentando impedir la subida del intruso de Papá Noel. Así que lo comparto con vosotros.
Dicen ahora que es mejor Papá Noel porque así los niños juegan toda la Navidad. No lo entiendo. A mí me llegaban los juguetes para Reyes, me portaba bien toda la Navidad y no daba por culo para no cagarla en los últimos días y luego me iba al cole y estaba deseando volver a casa para jugar. Y jamás nunca me pasó nada ni me entró ninguna enfermedad por eso.
Pues no. Ahora resulta que hay que traer los juguetes rápido para que los niños no esperen tanto. Y digo yo que dónde está la emoción de la espera hasta Reyes, esa ansiedad que te entraba tan rica, ese escribir la carta sin saber que un tipo vestido de rojo vendría antes para paliar la ansiedad. Ese esperar tan de verdad con ganas de ver si ese año te los cruzabas.
A mí que no me lo explique nadie porque no me van a convencer. Ahora lo que tenemos son niños relajaditos, que les importa un carajo portarse bien porque si no vienen los capullos de los Reyes, ya llega antes el tontico de Papá Noel y jode el invento.
Así nos va.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Y va el capitán pirata...

De algo me sirvieron mis años de escolar. Hoy he tenido el gusto de cogerme un barquito que hace el trayecto de la parte europea a la asiática de Estambul (nada de cruceros, no imagineis nada espectacular sino el barquito donde cruzan las personas normales que van de una parte a otra de la ciudad a visitar a sus primos hermanos) y me he subido al aire libre y he recitado a grito pelado lo de y va el capitán pirata, cantando alegre en su popa, Asia a un lado, al otro Europa y allá a su frente Estambul.
Son largos años esperando ese momento. Ese momento de sentirme capitana de la tropa aragonesa, entre Asia y Europa. Treinta y ocho años he tardado en cumplir lo que yo vi con mis propios ojos la primera vez que me hicieron recitar la cosa.
Treinta y ocho años y puede parecer una tontería pero me ha hecho una ilusión del carajo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Cosiñas de Estambul


Esta torre de 61 m de altura que se eleva encima de la colina de Gálata se aprecia casi por toda la ciudad, uno de los motivos de que su visita sea imprescindible es su magnífica vista panorámica de la ciudad, La torre está construida encima de una colina que domina el Bósforo, el mar de Mármara y el Cuerno de oro. Al mirador de la torre se puede llegar a través de 143 escaleras o en ascensor. Desde este mirador se puede admirar un panorama de la ciudad, Se sabe que desde el siglo V en este mismo lugar había una torre, pero la torre de Galata actual fue construida por los genoveses hacia 1348, como gran baluarte del recinto amurallado que debía protegerlos de los eventuales ataques de los bizantinos. Los genoveses la llamaron "la torre de Cristo", alcanza una altura de unos 140m desde el nivel del mar y tiene 9 m de diámetro por dentro.
La torre, durante la época otomana, fue utilizada como prisión para encarcelar a los prisioneros de guerra, También se utilizó como observatorio. Después del final de la época otomana, se convirtió en atalaya de vigilancia de incendios.

Lo de arriba no es mío. Pero lo importante es contar aquí que tal día como hoy comí en el restaurante que hay en la parte superior de la torre. Mi síndrome vertiginoso a tomar por el culo, con perdón.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Aminetou ya vuela a casa

No puedo ni por un momento imaginar qué sentirá esa mujer, exhausta, camino de su casa. No puedo imaginar por un momento el ansia de esos dos niños esperando a su madre.
Pero me siento inmensamente feliz a esta hora. Y segura de que hay nombres en la vida que por años que pasen, no se olvidan.
Aminetou es uno de ellos.

martes, 15 de diciembre de 2009

Estambul ya está cerca

Pues el viernes salgo para Estambul y regresaré el lunes próximo. Cuando eso suceda, yo ya estaré oficialmente de vacaciones. Así que no sé si me hace más ilusión el viaje a Estambul, que no deja de ser un viaje de trabajo o lo que viene después que me tendrá en estado de levitación hasta el día 10 de enero. Con un par.
Mientras tanto, quiero que mi prima ya se ponga buena y salga de largo letargo que le ha supuesto su embarazo, su cesárea y todo lo que viene después de parir dos criaturitas; quiero que quien no pueda hablar, recupere el habla. Que quien ha dejado de comer, coma y vuelva a su casa. Que quien ha perdido el trabajo, lo encuentre. Que quien tenga un dolor de muelas, se le pase. Incluso, que nadie agreda a nadie más con una reproducción de la catedral de Milán ni con la Giralda de Sevilla (que, dicho sea de paso, los vecinos italianos no tienen desperdicio).
En fin. Que espero yo que a mi vuelta hayais solucionado todo esto y que podamos estar tranquilos veinte días. Tampoco es tanto pedir.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cerrando año

Pues como suele suceder a estas alturas de diciembre, una tiene la sensación de que el año ha pasado demasiado lento y demasiado rápido, cosa extraña pero así es. Sobre todo, la sensación de no haber hecho todo lo que se quería hacer. La sensación bobalicona de que el 31 de diciembre marca un antes y un después, ya tú ves, como si la copla no continuara en la misma línea después del 1 de enero.
Dicho esto, también tiene una la sensación de haber superado el primer asalto de celebraciones que se acumulan en mi casa a finales de noviembre y principios de diciembre y la sensación de verme abocada irremediablemente a las fechas navideñas que, vaya por delante, nunca me gustaron y desde hace un año y pico, menos me gustan.
Y digo todo esto porque tengo la sensación sino la evidencia de que no hay nada que me haga pensar que tengo ganas de celebrar nada en Navidad. Ni siquiera aquellos pequeños rituales que en algún momento de mi vida sí me interesaron. El único rito que me sigue apeteciendo es el de las doce uvas y es al único que nunca he renunciado. En cualquier circunstancia y en cualquier lugar, siempre he hecho el hueco para esas doce campanadas y esas doce uvas.
Y, me temo, que por muchas o pocas navidades que me queden por vivir, será ya el único rito que pienso mantener.El resto, ni me interesa, ni me apetece, ni va conmigo.
En resumen, vengo a decir que no se me busque en Navidad para nada que no sea comerme las uvas. Eso sí, sin panderetas, ni zambombas, ni pitos, ni flautas.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Por tus 6 años

Como no estaré mañana, un beso grande desde aquí y que cumplas muchos más. Muchísimos más.

domingo, 6 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

Amelia y Mercedes

Pues ya están aquí y ya han nacido. Son tan pequeñas que no llegan más que a unas hora de vida. Casi cumplen años cuando yo los cumplo (con una diferencia de treinta y ocho años) y ya sin haberlas visto, ya las quiero.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Para no olvidar











Entré en el día de mi cumpleaños, hoy, dos de diciembre, cenando con dos compañeros de trabajo en esta casa que ahí se ve y que aunque no se ve bien en la foto, está pintadita de rojo. De ahí su nombre: La Casa Roja.
Una noche excelente, una temperatura excelente, una cena excelente, una compañía excelente. De no ser porque el motivo de la visita provoca toda la congoja del mundo, todo sería perfecto. Pero hoy, a mis treinta y ocho ya cumplidos, decidí darme ese pequeñito placer que creo haberme merecido en estos días.
La temperatura en Lanzarote es excelente. Y mi humor a las dos de la madrugada en la Península, una hora menos en la comunidad canaria, también lo es.
Pasad por aquí y felicitadme. Se os recompensará.
Y, como siempre, en la memoria, esa llamada que hoy tampoco llegará.