Pues aquí estoy, recién llegada de madrugada de Dakar y en cuatro horas saliendo para Marsella. Para vuestro gozo y regocijo, os comento que la policía senegalesa me selló el pasaporte con la fecha de 16 de octubre de 2008 en lugar de 26 de octubre de 2008. Eso significa que, según ellos, he pasado casi quince días en Dakar. Para Iberia eso significó que yo no había viajado a Dakar el día 26 y que, por tanto, se podían permitir el lujo de anular mi billete de vuelta de ayer. Con eso, quiere decirse que casi me tengo que quedar a vivir en Senegal porque un madero equivocó la fecha de entrada en el sello de mi pasaporte. Cosa inaudita y que nunca me había sucedido en ningún viaje de Gulliver. Aclarado el asunto, tomé ayer mi avión tranquilamente.
Cosa más inaudita aún, el sobrecargo iba con la picha hecha un lío y al llegar a Barajas dijo algo así como: quienes vayan en tránsito a la URS o por ahí que salgan por la puerta de atrás, quienes se vayan a Dublin, Londres o Gibraltar que pasen por delante, quienes se queden en Madrid que no salgan del avión, quienes tengan un forúnculo que se esperen a que llegue el médico y quienes quieran volver a Senegal que lo hubieran dicho antes. Luego lo dijo en inglés. Y toda vez que se tuvo en cuenta que no sabía ni lo que se estaba diciendo, rectificó: A ver, ustedes, los del fondo, no me hagan ni caso a lo que les acabo de decir (palabras textuales). Y poco menos, vino a decir que saliéramos del avión por donde nos diera la gana.
Risas a las seis de la madrugada y afortunadamente en tierra, os comento que en cuatro horas me voy para Marsella. Espero que el sobrecargo esté más informado de lo que se trae entre manos.
Iberia está hecha unos zorros y yo también. Para qué mentir.
Besos a todos.