EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 28 de julio de 2010

Va quedando menos

Miércoles. Miércoles previo al viernes a irme de vacaciones. La cosa se pone interesante y los minutos pasan con mucha agonía. Pero pasan. Prisa tampoco hay. La ironía es que tan pronto como vayan pasando estos, irán pasando los otros y los de más allá y el crédito se va agotando. Así que yendo a la verdad, prisa no hay. Hay más que nada ganas. Muchas.
No obstante, me apetece decir por aquí que cerramos el ejercicio con mucho optimismo. Con una buena noticia. Con ganas de seguir. Creo que eso es bueno después de un año largo como una pena y muchas cosas en la cabeza. Me voy de buen humor. De muy buen humor. Creo que no puede haber mejor manera de comenzar el descanso.

lunes, 26 de julio de 2010

Insomnio

Sería capaz de acostarme a estas horas y despertarme mañana por la mañana. Hoy falta sueño, ganas, empuje, descanso. Falta de todo, supongo. Pero resistiremos hasta que se haga de noche. Para no caer en el círculo vicioso que me lleva después a estar haciendo la colada a las cuatro de la madrugada o menesteres menos ruidosos y viendo amanecer.
La inversión de los tiempos es algo habitual en mí. No frecuente pero tampoco nada raro. En momentos de libranza, supone un verdadero placer. La noche me concentra, me hace vivir, me activa. En períodos de trabajo, temo una noche en vela tanto como si viniera a verme el mismísimo Satanás. Aún así, sobrevivimos a la de ayer sin que apenas se notara.

domingo, 25 de julio de 2010

Y fiestas de guardar

Hoy, domingo, me he levantado con aquello que se conoce ya como cuerpo jota o cuerpo veraniego. Quiere decirse sin querer levantarme, ni hacer nada, ni pensar en nada, más que en darle al cuerpo lo que es del cuerpo y al César que le den. Básicamente esa es la idea. Pero aún no puedo ser. En pocos minutos, he tenido que hacer un ejercicio de contención estoica para no salir pegando voces por mi barrio como estuviera poseída por algún demonio y para poder resistir la semana que aún queda, el último viaje a Madrid, los últimos cinco madrugones mañaneros, la recogida de cosas, el cerrar asuntos en la vana ilusión de querer darles carpetazo a todo aún a sabiendas de que estarán ahí a la vuelta de septiembre y el regreso otra vez. Quedan escasos cinco días para poder dejar el cuerpo y la mente a su libre albedrío y gusto. Y otra vez las promesas del verano. Haré esto, haré lo otro, por aquí, por allá y por acullá. Pero y el gusto que da hacerse promesas que nunca se cumplen. El simple pensamiento ya provoca placer.

sábado, 24 de julio de 2010

Lo justo

A estas horas del viernes, me reconozco con las pilas justas para lo que me queda antes de irme de vacaciones. Creo que ni un segundo más ni un segundo menos. Es más, por mentira que parezca, se me harán largos estos siete días. Y es que el año ha sido largo y tendido. Muy tendido.

lunes, 19 de julio de 2010

De puerta a puerta

...y tiro porque me toca. Si algo de bueno tienen las vacaciones es que me permiten aparcar en la puerta de mi casa madrileña. En la mismísima puerta. A veces, pido a todos los arcángeles que dos o tres millones de madrileños se conviertan en estatua de sal en la playa. No por nada sino porque se vive mucho mejor con menos gente por aquí. Y menos coches.
Lo dicho. Que comienza otra semana (laboral), queda menos para que me toque irme a mí y confieso que cuento los días haciendo rayitas en la pared.

miércoles, 14 de julio de 2010

Agenda de ocio

Hoy tengo ganas de contar que tengo alguna idea ya para mis vacaciones. Dos de las semanas ya están invertidas en algo concreto y definido. Pensaba el otro día que me paso la vida organizando idas y venidas, las mías y las ajenas, todas conectadas con el trabajo y que nunca planifico mis vacaciones. Supongo que por el agotamiento de planificar continuamente salidas y llegadas. Este año, por extraño que parezca y en contra de todas las previsiones que tenía, he decidido organizarlas también. Por el simple placer de organizar el ocio y darle la misma categoría y espacio que le pongo a la cosa de organizar el espacio de trabajo. Creo que es la primera que lo hago. Tal vez, me arrepienta. Pero he pensado que mejor así. Si no, este año, sería capaz de caer en un largo letargo que me llevaría como si fuera un oso a dormir desde el treinta de julio y hasta el seis de septiembre. Sin ningún tipo de remordimiento. Por cierto.

lunes, 12 de julio de 2010

Konstandinos Kavafis

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.
A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.

miércoles, 7 de julio de 2010

La España del Mundial y San Fermín (y la crisis, a lo que parece)

Anoche cenaba con una amiga que acaba de ser madre. Madre en solitario que no sola. Me contaba cosas como que al ir al pediatra por primera vez con sus tarjetas sanitarias que las identifican perfectamente como madre e hija, le preguntaban por el padre. O cosas como que le habían intentado impedir la entrada a una conferencia por llevar al bebé (dormida) con ella. O como que un señor le había llamado la atención a las once de la noche por caminar por la calle a esas horas con la niña. Qué horas son estas. Un completo desconocido. Llegábamos a la conclusión de lo bien pensado que está el sistema para ser madre en general y madre soltera, en particular. De lo bien pensado que está el sistema para aislar poco a poco a la gente que decide serlo y sobrevivir a la batalla. Y que en esta España del Mundial y San Fermín, de la crisis a lo que parece, tan moderna, tan así, todavía hay pediatras que preguntan estas cosas, señores por la calle que recriminan mujeres desconocidas que pasean con sus hijos y lugares donde se veta la entrada de una señora con un niño. Lógico en la lógica de este país. Donde se sobreentiende que mejor en casa (y con la pata, quebrada) o donde se entiende que ya hay una abuela para hacer la tarea en su defecto (otra mujer en cualquier caso). Todavía se andan preguntando por qué muchas renuncian (renunciamos a ser madres). Todavía se andan preguntando algunos por qué no aguantamos como antes. Todavía se andan preguntando algunos qué está pasando. Y eso, en una semana donde cumplimos 37 muertas a manos de sus parejas. Y todavía algunos no se quieren enterar.

sábado, 3 de julio de 2010

Sonidos de ahora

A pesar de haber inaugurado por aquí una sección que se llama Sonidos de entonces, resulta que ahora me ha entrado la cosa de escribir sobre los sonidos de ahora y me refiero a las cosas que escucho de noche en esta nueva casa. Ya comenté algo de esto pero es muy curioso todo. Curioso por desconocido. Es ya noche cerrada y hay bastante silencio. La ventana, abierta. Escucho permanentemente grillos. A diferencia de la otra casa, donde escuché durante muchos años el sonido automático de un semáforo indicando a los invidentes que pueden cruzar. Madrugada tras madrugada. Durante años, jamás vi un invidente cruzando de madrugada ese paso de cebra. Pero sí escuché el semáforo durante años. Ahora son grillos y no hay semáforos cerca. Esto queda casi a las afueras. Y sin casi. Durante años, escuché verbenas, cerca. Me llega el sonido de una verbena veraniega, muy lejana y no logro identificar dónde puede estar ni nadie pasa por aquí para ir allí. También las conversaciones de los vecinos. El silencio es grande y las ventanas abiertan me dejan escuchar perfectamente las conversaciones de las cenas de las casas vecinas y el bloque de enfrente. Ya he visto también el primer desnudo y eso que, a pesar de no quedar demasiado cerca, los cuartos de baño se intuyen desde aquí. Y oigo niños, bebés, muy pequeños, y son varios. Lloran, berrean. Hacía años que no escuchaba un bebé de noche. Imagino y deduzco que mi edad se ha equiparado bastante a la de mis vecinos. Antes, casi todos y el que menos, me sacaba treinta años. Así que bebés, grillos, cenas animadas, verbenas lejanas, algún coche de vez en cuando y silencio, en general. Y el viento. Que hoy sopla de Levante.