EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


domingo, 30 de enero de 2011

2011

2011 es ya un niño rebelde y contestón. Recién nacido pero que viene con las pilas puestas y a por todas. En tan solo treinta días, puede estar cambiando un mapa definitivamente y tiene una la sensación que, de alguna manera, también cambia un mapa mucho más cercano. Pasan cosas, en el mundo pasan cosas. 2011 se ha venido cargadito de sorpresas.

viernes, 28 de enero de 2011

Allí

La palabra mágica es allí: allí están pasando cosas, allí me gustaría estar, allí se está moviendo, allí. Mientra que aquí, me empieza a parecer todo pesado, lento, mortecino, lejano, sin sangre en las venas. Que la energía venga de allí y la paralización venga de aquí, me desconcierta. Allí, supongo que es allí donde está ahora mi inquietud.

Guatemala casi cielo

Hoy compré dos paquetitos de Guatemala casi cielo. Estas cosas que hago, de vez en cuando, me hacen entrar en éxtasis. Aún no lo he probado pero probar un café que se llama así, comprarlo nada más, ya me provoca placer. Será simple el mecanismo pero el nombre ya me huele.
Después me disparé y compré dos tazas supongo que sabiendo lo que hacía. Porque si vinieres, y ya ni yo te espero, quizá se prenderían mis cortezas. Te pude soñar tanto...
Pues eso.

jueves, 27 de enero de 2011

Cuesta dormir

Frío metido en el cuerpo y caliente el alma. Los últimos acontecimientos en Túnez y Egipto animan la esperanza. Hay vida más allá de aquellos miedos. Vergüenza de escuchar lo de este lado. Miserables, muy miserables. Vergüenza de pensar que se nos llena boca de derechos y zarandajas diversas hasta que aquellos se juntan y gritan lo suyo. Y ya no sabemos bien dónde meternos, no vaya a ser que nos pregunten y tengamos que quitarnos la careta.
La madrugada se me va entrando en el pellejo pero no paro de imaginarme los escenarios, las inquietudes, las valentías, las caras, los lugares que hemos conocido. Cuesta incluso dormir pensando que la vigilia puede servir de algo. Por mucho que no sea así.
Cuesta incluso dormir pensando que aquí estamos casi todos dormidos.

lunes, 24 de enero de 2011

Los jazmines

Como se puede imaginar, me paso los días leyendo las cosas tunecinas de lo que ha dado en llamarse la revolución de los jazmines. Mi primera vez en Túnez fue en el año 93. Después vino el año 94. Dos veranos consecutivos. Una era joven pero cauta y recuerda aquellos veranos con un subidón de adrenalina, un calor insoportable y una sensación de que eran cortos. Muy cortos. Residencias universitarias infames, cursos en el Instituto Bourguiba de Lenguas Vivas de Túnez, conciertos en Cartago, viajes interminables a Tozeur, Hammamet, Kairaouán. Calor, mucho calor. Tardecitas de narguile en Sidi Bou Said. Pero lo que no imaginó una nunca, ni tan solo hace dos meses, era aquello de que los jazmines tunecinos iban a reventar de un momento a otro por mucho que siempre, íntimamente, lo pudiera haber deseado (en el mejor sentido en que se puede desear algo así).
Y ahora, con un pie atrás y otro delante, con todo por hacer y aún todo por ver, sólo hay una imagen que no logro quitarme de la cabeza: la del inmolado entubado en el hospital con el infame Ben Alí delante, rindiéndole visita. Que piensa una que ni en la agonía le pudieron respetar las ganas de no ver al tipo por poco que no viera. Que probablemente ni le dejaran margen para elegir si quería tenerle delante. Así son las cosas, las ironías. Piensa una también que la muerte le llegó sin llegar a conocer la salida de Túnez del infame Ben Alí y se me mete la nostalgia de los jazmines hasta en los higadillos.
Como sea, larga vida a los tunecinos, suerte en el empeño y admiración por su valentía. En estos tiempos del todo vale, del nada se mueve y de mirar para otro lado, conmueve. Al menos a mí me conmueve que haya vida más allá de los jazmines. Cosa que era bien sabida pero que se empeñaba en ocultar.
Volveremos a Túnez. Y quiero pensar que cuando así sea, pasear por sus calles sea distinto, las gentes cuenten qué vivieron y podamos decir que todo mereció la pena.

1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA

Eso que veis es la fórmula que se ha inventado un tipo-profesor que viene a identificar mañana como el peor día del año. O sea, que no vamos mal. Tendremos mañana el ánimo hecho unos zorros por unas sumitas y restitas que el tipo-profesor se acaba de sacar de la manga pero igual con un poco de suerte, se le revientan a él las almorranas (con perdón) y deja ya de inventarse fórmulas que joden porque a mí, no sé a vosotros, nada más leerla ya me ha puesto de mala leche pensando en que este tío cobrará un sueldo y ha perdido media tardecita haciendo el gorgorito este y la otra media, chateando con alguna amante, igualmente ilustrada.
Y todo esto para venir a decirnos lo que sabemos: que seguiremos gordos como vacas, que no dejamos de fumar ni con tres cajas de chicles metidas en vena, que no tenemos un duro y que somos unos perfectos capullos integrales por todo ello. Lo peor de todo es que para esto no necesitamos catedráticos. La bruja Lola me lo explica a mí sin tanta fórmula.
Qué sindios, hijos míos...

sábado, 22 de enero de 2011

Veinte años no es nada

Hace casi veinte años que una buena amiga (ella los reconocerá), me trajo este par de pendientes de plata de Marruecos. Han ido y vuelto conmigo desde siempre a todas partes. Milagrosamente nunca se me han perdido porque mi especialidad es quedarme siempre con uno de los dos pendientes y siempre con las parejas a medias. Con estos, ha sucedido mil veces. He perdido uno y ha vuelto a aparecer. Así desde hace veinte años. La última vez, esta semana. Nada menos que en Madrid. Y sí, el milagro ha vuelto a suceder. En pleno Madrid, como por arte de magia, una señora llamada Concha, un ángel, me lo devolvió. Por increíble que parezca. Empiezo a pensar que tienen magia, están embrujados y que se merecían un homenaje. Alguien dijo que los objetos nos hablan, ¿no?. Pues eso.

He vuelto

De pronto, recuerdo que hay aquí un rincón al que di vida y que he dejado abandonado un tiempo. Miro la fecha de la última entrada y creo que lo entiendo todo. De entonces para acá, han pasado unas cuantas cosas y casi se me había olvidado lo reposado que puede ser entrar por aquí, lo agitado de otros canales y la serenidad que casi da pensar que esto, incluso, pudiera no leerlo nadie.
Corren tiempos malos. La gente anda agitada y piensa una que la agitación no es baladí (mira que terminar yo con esto de lo baladí). Sí, giro, vedo gente, mi muovo, conosco, faccio cose...y veo agitación a mi alrededor. Desesperación, de alguna manera.
He vuelto.