EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


martes, 23 de marzo de 2010

Samsonite naranja y otros recuerdos

Mañana vuelo al Cairo. Si mal no recuerdo, hace doce años que no he pisado Egipto. Mañana toca y toca darle cierta envidia a las antiguas y antiguos cairotas que conozco y que me leen de vez en cuando. La cosa no da para mucho, regresaré el sábado.
Hice en su momento dos o tres viajes al Cairo, viajando desde Damasco. Pero el que más risa me provoca cuando lo recuerdo es uno que hice llegando en un vuelo nocturno. Tomé un taxi en el aeropuerto, metí mi maletón viajero (mi Samsonite naranja que me acompaña desde hace quince años, nada menos) y pusimos rumbo a la calle Faisal, atravesando todo el Cairo de noche. Al poco de salir, el maletero se abrió, mi magnífica Samsonite naranja salió volando, la vi caer en el asfalto de la autovía, pegué un par de grititos como procedía al caso, el taxista hizo un giro en seco y yendo en dirección contraria durante casi dos kilómetros, recogimos la maleta que gracias a su potente estructura, había sobrevivido al impacto contra el asfalto. Me quedé petrificada pero recuperé lo que era mío. Momentos después, suspirando como un campeón, el taxista me dijo aquello de: Gracias a Dios...al demonio mismo, pensé yo.
El único progreso es que mañana viene a buscarme un señor muy educado que estoy segura, no es ni siquiera pariente lejano de aquel otro. Es lo único bueno de aterrizar en una ciudad de millones de habitantes. Repetir el mismo taxista sería otro argumento más para seguir siendo atea.
Nos vemos a la vuelta.

2 comentarios:

Almu dijo...

Vaya... y yo llamando a tu casa!!! Desde luego que ya entiendo por qué no contestabas.
Espero que el señor educado haya ido a recogerte y todo vaya bien.
Yo comiendo "táta de alunis" o lo que es lo mismo en el cumple de Inés.
Besetes y buen viaje

Alejandra dijo...

Sobre todo, me alegra saber que nadie te ha contestado cuando me has llamado a casa. De lo contrario, ya estaría cogiendo un vuelo de vuelta para denunciarlo cuanto antes.
Un abrazo inmenso desde El Cairo y un beso con achuchón a la pequeña Inés.