Cuando era pequeña (y aquí estoy con los recordatorios) me vendieron que el año 2010 sería la leche de moderno. Pues bien, una comienza el 2010 haciendo dos gestiones, dos tontunas. Una una transferencia bancaria (que me llevó cuarenta minutos, algo de tensión con el cajero, identificarme cinco veces, una llamada de móvil, dos faxes y una botella de ron) y la renovación de un permiso anual para aparcar (que me ha costado tres viajes, varias llamadas de teléfono, nosécuántoseuros, una regañina y un aviso de futuro).
Francamente, váyanse a la mierda quienes vaticinaron un futuro moderno para el 2010.
2 comentarios:
¡Muy bueno! Yo también imaginaba que iríamos en coches voladores y todo eso.
Y fíjese por dónde andamos. Y bienvenida por aquí, que no me sonaba su cara.
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