EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


viernes, 25 de junio de 2010

Madrugada extraña

Llevo una noche rarísima. Resulta que ayer, llegué de trabajar sobre las cuatro de la tarde a casa y en un estado de agotamiento inusual. Fundida, en serio. Así que me eché un poco en la cama con ganas de descansar y me dormí como una ceporra hasta la una y media de la madrugada y del tirón. Ahí me he despertado y me he dado cuenta de que llevaba nueve horas y pico durmiendo, sin cenar y desconectada de la realidad. Y ahora, aquí estoy. No he logrado dormirme otra vez. He limpiado mi casa (a las dos de la madrugada), he hecho las maletas y algunas cosas que me quiero llevar de viaje (a las tres de la madrugada), me he preparado una cafetera (a las cuatro de la madrugada), he preparado varios temas de trabajo (a las cinco de la madrugada) y a las cinco y media, ando cotilleando cosas por internet y escuchando noticias. De aquí me voy al curro directamente, dejo el coche cargado y cuando salga de currar, me voy de viaje.
Además, escucho a las cinco y treinta y cuatro minutos de la madrugada, unos truenos espantosos sobre la ciudad de Madrid. No sabía yo que estas cosas pasaban de madrugada.
Madrugada extraña, sin duda.

2 comentarios:

Almu dijo...

Lo malo de dormir es la de cosas que pasan sin nuestro consentimiento amiga.

Alejandra dijo...

De haber dormido con normalidad, me habría perdido cerca de treinta y cuatro truenos o así. Sin mi consentimiento, en efecto.