EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 8 de mayo de 2008

Ha llamao usté en mú mal momento...

Hace muchos años, cuando casi no existían los móviles, ni Internet, ni nada que se le pareciera, en casa ya teníamos un teléfono de última generación con posibilidad de grabar mensajes si te ibas de vacaciones y buzón de voz y todo eso. Mi madre, entonces dueña del teléfono, de la línea y de la factura y con toda su sabiduría, grabó lo siguiente por si acaso no nos pillaban en casa. Con un tonillo castizo y de cachondeo, que aún tengo grabado en la memoria: "Ha llamao usté en mú mal momento". Y ahí terminaba todo.
Durante toda mi adolescencia, intenté que mi madre pusiera un mensaje normal, del montón porque mis amigos se descojonaban con aquello y yo pasaba apuro. Yo quería poner algo normalito: No estamos en casa, no podemos atenderle, deje su mensaje.Pues no.
Hoy, ocho ya de mayo de 2008, tengo un teléfono fijo en casa, otro en el trabajo, otro en la casa familiar, un móvil de trabajo y otro personal. Todos mis móviles y fijos son exquisitamente educados y contestan con aquello de no podemos atenderle, deje usted mensaje.
Mañana, cambiará todo. Voy a grabar el mensaje materno. En todos los teléfonos. Ha llamao usté en mú mal momento y ni se le ocurra dejar un mensaje...
Ya os contaré.

4 comentarios:

Ángel dijo...

¡Me encanta su madre y su castizo "ha llamao usté en mal momento"!

Dr. Durden dijo...

Vaya, no sabía yo, que usted procedía de una familia "High Technology".
No me extraña que usted sea una fiera maqueando blogs, con mapas de seguimiento, como el FBI.

Alejandra dijo...

Podría llenar tres blogs con las cosas de madre, Sr.Ángel y sus salidas castizas. Y, casi lo peor, es que tiene razón en cada una de ellas. Por cierto, la frase exacta es:
Ha llamao usté en mú mal momento...

El mú es requisito imprescindible en este mensaje. Si no, no se entiende la angustia. Yo ya lo he puesto hoy en dos de los veinticinco teléfonos que adornan mi vida.

Alejandra dijo...

Procedo, Dr.Durden, de una familia de rancio abolengo con pretensiones tecnológicas. Lo cierto es que exceptuando y a mi sr.padre y a mi sr.hermano, somos una panda de analfabetos. Tengo un primo con nombre de profeta que hace las fotografías con las máquinas al revés. Yo me envío los sms a mí misma. Otros están aún con el descubrimiento del ratón y el módem. Y así.
Mi primo, el que tiene nombre de profeta, está invitado a participar aquí. Pero creo que aún no ha encontrado la puerta para el blog. No es timidez, creo, es que el hideputa no se aclara.
Yo, soy la excepción. Con mi mapa de espionaje no sólo tengo a Pepe podrido. Sino a la mitad de la familia. Que creen que soy ingeniera de algo.
Y yo, feliz.