EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


sábado, 31 de mayo de 2008

Como una lamparita

Así me encuentro esta tarde. Como la soberana que se iba apagando como una lamparita y las rosas que había en su carita se le volvieron de porcelana. Pues eso. Montañas de papeles me vigilan, el teclado me espera, la lluvia no para, tengo que hacer tres maletas para los próximos días, cinco mochilas...
Sobre todo, los papeles. Rompo tres montoncitos y se reproducen: aparecen cinco montoncitos que no conocía.
Aquí me encuentro. Con mi camiseta de I love NY (recién adquirida), mis pocas ganas de escribir informes y mis muchas ganas de irme ya.
Me voy despidiendo para un rato, por si acaso.

2 comentarios:

Paul Spleen dijo...

La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa?

¿Estás segura de que quieres enseñarle a los niños el arte de eludir a las tropas enemigas y matar reyes? Creo que ya sé lo que le hiciste al tal Gya…

Alejandra dijo...

La princesa está en fase de desaparición y los días previos suelo entrar en estado de gracia pero feliz como una perdiz. Es el mejor momento: cuando el cerebro está en ebullición, no hay tiempo de mucho y pienso mil cosas a un tiempo.
Los niños ya manejan el tablero que da gusto. Si me descuido, me cepillan la reina de un mordisco. No se les puede enseñar nada. Y juro ante el Altísimo, que no tuve que ver nada con lo de Gya. Muy al contrario, le estoy cogiendo cariño.