EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 9 de abril de 2008

Embarazo psicológico



Como mi anterior entrada con los cascos de escucha de latidos fetales, me ha traído un aluvión de correos dándome la enhorabuena "por lo mío", recuerdo a todo lector que pudiera caer que soy casi virgen y que mi héroe siempre fue Herodes.
Hay gente que se empeña en lo contrario: recibo ahora fotos de niños recién nacidos desde Sevilla, Cuenca, París, Tel Aviv. Y me enternecen. Lo último es un vídeo. Lo próximo, creo, será un "reality show" donde metan en una bañera a todos los niños de mi entorno y la cosa consista en ver quién se ha cargado antes al pato de goma o en ver a quién le ha salido antes un diente. No hablemos de las lógicas diarreas infantiles porque también daría para un largo tema.


Aclaro, por tanto, que no hay embarazo que valga y dad la cara, malditos. O seguid el blog con atención que aquí se dirá aquello que se tenga que notificar. Yo, como las princesas, sólo pienso dar a partir de ahora comunicados oficiales por medio de mi paginita. Estoy copiando modos y maneras de Rania de Jordania. De hecho, y para desmentir mi embarazo, os pongo mi fotografía más reciente. Ahí se aprecia claramente y queda desmentido para los restos.


Eso sí. El día que comunique mi embarazo, dad parte al Vaticano inmediatamente. Sería el segundo milagro de la historia de la Humanidad. Y ya veo mi nombre en neones en Gaza.


(Me empieza a gustar la idea).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja, ja, y no sólo neones... Ya me imagino tu divina estampa en esas postales que vendían en el barrio copto, esas vírgenes con unos morros carmesíes que ya quisieran para sí las de hollywood...
Lo mejor es ejercer de tía, es el estado ideal.
Un beso. Mar

Alejandra dijo...

Yo ejerzo la "tiedad" responsable desde hace cuatro años y con todo lujo de detalles. Dos criaturitas tiernicas, capaces de degollar a sus progenitores o de venderlos en el Rastro una mañana de domingo. Encantadores (aprovecho ahora que no saben leer todavía para decir estas cosas).
Acepté eso acogiéndome al convenio de las tías, donde se regula claramente mi horario, mis honorarios y sobre todo, mi equipo de trabajo y protección (el casco, arneses y demás). Y ahí estamos.

No sólo eso. Acepté el madrinazgo de mi única sobrina en un acto heroíco y ante la pila bautismal, me juré a mí misma que nunca volvería a pasar hambre. El cura sospechaba de mí. Me miraba fijamente. Eran los tiempos en que en España una plebeya divorciada se iba a matrimoniar en la catedral de la Almudena con el Heredero de la Corona. Cuando el sacerdote, iba a abrir el pico para decir que de dónde había salido la madrina, le dije por lo bajito, mientras le pellizcaba la nalga: Y tú más, verdad, ¿a qué no nos vamos a hacer daño?.

Y la bauticé cristianamente. Con agua del Jordán, por cierto (otra princesa).

Ángel dijo...

La foto evidencia tu avanzado estado de gestación, te pongas como te pongas.

Alejandra dijo...

Imaginaba que usted, Sr. Ángel, me iba a destapar el secreto. Supongo que tendrá el detalle de prestarle sus apellidos o de batirse en duelo con el padre biológico. No conozco a nadie más que tenga experiencia en batirse en duelos. Pero la culpa es suyo que habló de fetos y yo colgué los cascos. Llevo tres días contestando correos y diciendo que estoy bien de azúcar y que todavía no noto contracciones.
Esto del blog tiene sus contraindicaciones y, como siempre, ni he leído el papel de instrucciones ni he sellado la garantía.
No sé cómo salir de aquí.

Anónimo dijo...

Joder, la verdad es que yo sí me lo había creído. Lo que no entiendo es, entonces, para qué coño quieres tú un aparato para escuchar latidos fetales?
Feliz jueves

Luis

Alejandra dijo...

Si por algo te quiero, Luis, es porque eres capaz de creer en los milagros.
Lo quiero porque me hacía juego con la lamparilla de la mesita de noche y porque alguien dijo que el blog era casi un feto de blog. Y le estoy tomando el pulso para ver si terminamos en parto natural o si son trillizos.
Besos. No te pierdas el próximo capítulo donde contaremos quién es el padre.
Cuídate y no me faltes por aquí que tu ciencia me aclara mucho las neuronas.