Creo saberlo todo acerca del mundo del blog. He estado investigando con mucho interés y ahora he descubierto cómo se cierra un blog. Encontré la tecla exacta.
Sólo me faltaba este detalle para disfrutarlo de verdad y vivir feliz.
Empezaba a ser angustiosa la idea de no saber dónde está la puerta de emergencia.
Sólo me faltaba este detalle para disfrutarlo de verdad y vivir feliz.
Empezaba a ser angustiosa la idea de no saber dónde está la puerta de emergencia.
4 comentarios:
Mal se comienza un viaje, si lo primero que se hace antes de buscar su asiento, es buscar la salida de emergencia.
No obstante, le recomiendo la mejor salida de emergencia que nos ha concedido la evolución: romper el problema con una piedra.
Nota: yo también estoy interesado en ese botón mágico para salir pitando sin dejar huellas. Hágamelo saber.
No se crea, es algo que tiene que ver con ciertos vicios. Entro en un ascensor y busco el teléfono de emergencia porque una vez me caí tres pisos en picado dentro de un ascensor. Entro en un bar y miro la posible salida porque una vez explotó un bar enfrente de mi casa. Monto, no diré a diario, pero casi semanalmente, dos veces en un avión y procuro sentarme cerca de la puertecita de salida (esto sí es inexplicable). Y así todo.
Le daré buena cuenta de mi descubrimiento. Cuando quiera desaparecer, no tiene más que decírmelo. Conozco ya 1001 métodos diferentes e indoloros.
Uf, si yo te contara el alivio que sentí cuando me encontré con ese botoncito.
Empezaba a angustiarme pensando que sería un blog eviterno.
Qué gustico...
Es la palabra exacta: gustico. A mí lo eviterno, me produce gases. Aunque en un blog, eso sería lo de menos, imagino.
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