EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


lunes, 1 de septiembre de 2008

Tres despertadores

Acabo de sacar de su letargo a los tres despertadores que habitualmente utilizo para despertarme. Sí, tres. A veces, cuatro. Tengo buen dormir, por lo que se ve y la conciencia tranquila, por lo que se ve también. Ahí están: puestos en hora y marcando las siete y media de la mañana. Y ustedes que lo vean.
Para mi sopor, he cometido el error de ver un fragmento de una serie que no conocía y que recrea la vida de un instituto: una profe que se acuesta con un menor, una menor que se despelota en público para demostrar lo mucho que quiere a su novio mientras otro le graba en vídeo, otra que también se quiere desnudar en público porque no le dejan hacer no sé qué.
Menos mal que no soy profe de nada ni de nadie. Imagino que iguales pesares tendrán que pasar médicos, bomberos, policías, farmaceúticos y demás faunas que son recreadas en series de televisión. Pero lo de la profa acostándose con un alumno, menor de edad, ha sido de premio.

2 comentarios:

Bito dijo...

Justo ayer vi también yo esa serie por vez primera, y lo que más me llamó la atención es por qué narices están todos los personajes siempre de mal humor. Además de tan excitados.

Mi instituto no fue así.

Otro gallo hubiera cantado.

Alejandra dijo...

Me permitirá que le diga que, de haber sido así su instituto, no hubiera sido tal sino un burdel. Lo de la mala baba yo también lo noté. Imagino que porque estar nervioso y estresado está de moda. Lo del despelote generalizado tampoco se entiende mucho. En mi instituto tampoco enseñábamos las tetas cuando queríamos algo. A lo mejor es porque no teníamos móviles con cámara ni vídeos, ni nada de eso.
No sé, desconcertante, cuando menos.