Os puede parecer una estupidez pero me encanta la serie de los vampiros que pone la Sexta los martes. Yo, que soy y he sido siempre de poca tele, resulta que tengo enganche con los vampiros. Dejando a un lado que el vampiro prota está para mojar pan (me gusta incluso cuando se le vuelven los ojos del revés y saca los colmillos) me hace mucha gracia eso de ir chupándole la sangre a la gente por ahí. Tienen donantes humanos voluntarios que se dejan chupar (esta noche he descubierto que les llaman "los fresquitos", lo mío es cero positivo, por si me leen), huelen la desgracia a lo lejos, vuelan que te mueres, a veces se enamoran de humanos y así.
Lo malo es que llevo una temporada que cuando salgo a la calle, pienso que en mi entorno hay algún vampiro: capaz de hacerse pasar por lo que no es, de chuparte la sangre gratis, de enamorarse y ocultar información sobre su verdadera naturaleza y de sobrevivirte muchos años después de haber hecho todo eso. Incluso a veces logran convertirte a lo suyo. Y salen indemnes, además.
Eso sí, ya he descubierto también cómo se le puede hacer pupa a los vampiros. Estoy viendo cómo aplicarlo en la calle pero, por si acaso, no me pongais a huevo la cosa porque ya lo he puesto en práctica con un vampiro y ya ha perdido los colmillos. Ahora sólo falta que se le caiga el pelo pero de eso, se van a encargar otros.
Avisados quedais.
(Echo de menos también mis noches tórridas con Berto, ya puestos a la cosa televisiva).
Lo malo es que llevo una temporada que cuando salgo a la calle, pienso que en mi entorno hay algún vampiro: capaz de hacerse pasar por lo que no es, de chuparte la sangre gratis, de enamorarse y ocultar información sobre su verdadera naturaleza y de sobrevivirte muchos años después de haber hecho todo eso. Incluso a veces logran convertirte a lo suyo. Y salen indemnes, además.
Eso sí, ya he descubierto también cómo se le puede hacer pupa a los vampiros. Estoy viendo cómo aplicarlo en la calle pero, por si acaso, no me pongais a huevo la cosa porque ya lo he puesto en práctica con un vampiro y ya ha perdido los colmillos. Ahora sólo falta que se le caiga el pelo pero de eso, se van a encargar otros.
Avisados quedais.
(Echo de menos también mis noches tórridas con Berto, ya puestos a la cosa televisiva).
8 comentarios:
Jo... Y yo con un colmillo de leche, a mis años...
Qué dura es la vida cuando quiere.
Por cierto, como he decidido quitar las telarañas del blog, también le he cambiado la dirección (sí, me aburro infinito más uno). Los contenido siguen siendo los mismos, salvo variaciones imprescindibles. Nos vemos en http://shayarita.blogspot.com
(Y así queda totalmente confirmado que NO estoy en Bolivia, de momento)
Dios mío, Marta. Pareces Tamara la mala, cambiando de nombre cada mes. Espero que no acabes llamándote Ámbar…
Por si le sirve de algo, en su momento leí 3 veces las Crónicas Vampíricas. Con la frente bien alta lo digo.
Oye, que yo no he insultado a nadie!
Alejandra, recuerdas aquella noche en la que tú eras mi hermana??' Pues a qué esperas?? Dónde está mi defensa??
Que se están metiendo conmigo y me han dicho una cosa muy feaaaaa :_(
Lo cierto es que me gustaría poder salir en tu defensa pero es hay poco margen y menos con ese nombre que te has puesto.
Además, yo estaba durmiendo con los vampiros. Eso viene a significar que cada palo aguante su vela.
Y que a cada gorrino, le llega su San Martín. Por ejemplo.
No me esperaba menos de usted, señor Paul. Sabía que aparte de alguna que otra afición común, también le tenía cogido el gusto a lo vampírico.
Tenga cuidado con sus obsesiones. Que la veo en las noticias por haber clavado la estaca a un poble diablo que cierta noche le pidió fuego.
No le extrañe, señor Bito. Soy de las que piensan que de casa hay que salir con mechero, con paquete de tabaco en propiedad y no en régimen de alquiler, cagado, meado, fornicado. Es decir, con todas las cosas hechas y sin molestar al prójimo.
Por eso, siempre llevo una estaca en el bolso.
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