EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 3 de septiembre de 2008

Spam telefónico

Este agosto pasado, me enteré que las agresiones que recibimos por teléfono a la hora de comer o de cenar se llaman "spam telefónico". Decían que iban a sancionar a las empresas, que se puede uno quejar y no sé qué cosas más. Como estaba de veraneo, no hice mucho caso del asunto.
Pero he aquí que, anoche, a las diez de la noche, recibo una llamada. Me querían endosar una línea ADSL y un paquete de pipas. Pero para mi colección de "spam telefónico", acabo de recibir una que nunca había recibido. Una señorita, de acento argentino, me acaba de llamar, se presenta educadamente y me dice:

- Estoooooo, señorita, ¿lee usted El País?.
- Leo varios periódicos al día.
- Sí, pero, estoooooo, señorita, ¿El País también?
- Sí, El País también.
- Estooooo, señorita, ¿ y con qué frecuencia compra usted El País?.
- Con ninguna, señorita, no lo compro nunca.
- Ah, pero dijo que lo leía...
- Sí, claro, pero no lo compro.
- Ah, bueno, estoooooooooo, disculpe, buenas tardes.
- Buenas tardes.

Menos mal que ha colgado ella sola porque hoy, hoy sí, estaba dispuesta a estar cinco horas de charla con mi "spam telefónico". A ver quién puede más.
Creo que ha intuído que no tenía nada que hacer a la hora de la siesta.

6 comentarios:

Ángel dijo...

Jo, pues a mí ayer me vendieron una tarjeta de crédito por teléfono, pero es que la chica tenía una voz tan sepsi...

Alejandra dijo...

El problema es que no hace un estudio previo de la población. Aparte de ficharte el número, nombre y apellidos, deberían conocer tu orientación sexual y la franja de edad que te gusta, si gordos, si altos, si canosos, si tal. A lo mejor vendían más.
A mí siempre me llaman señoritas argentinas y no me parecen sepsis...si me llamara Ricardo Darín, le compro incluso el orinal de su abuela. Pero no aprenden.

Marta dijo...

:_(
No te enfades Alejandra. Sólo me ocultaba porque he pillado al señor Antonio ojeando el blog y hay cosas que una no dice delante de sus padres, que luego se escandalizan y eso revierte en que me boceen.
Ahora, ya que me has demostrado lo bien que borras mensajes, pues haces lo propio con este, antes de que el cotilla que he descubierto vuelva por aquí.
De todas formas te está bien merecido por no llevarme a Marruecos. He dicho.
Pero no te enfades, que das miedito. :s

Alejandra dijo...

Así me gusta, que os declareis. No me enfado, mujer, simplemente es que si se juega al anonimato, pasan estas cosas. Una juega a cara descubierta y exige lo mismo de quienes participan, independientemente de que se les conozca o no personalmente.
En todo caso, salúdeme usted a sus progenitores y si ojean, tendrán que advertir a primera vista que eres la joya de la corona. Por lo que no les quedará más remedio que subirte el sueldo y comprarte un coche.
Cosas del blog.
Un besazo.

Bito dijo...

Tenía que haber dicho que sí. Ahora me he quedado con la intriga de saber qué demonios querría.

Ya sabe, esto del spam telefónico es como aquellos viejos libros de "elige tu propia aventura" según lo que contestes irás a parar a un lado o a otro.

Nos vemos,

Alejandra dijo...

Si le soy sincera, pensé que al decirle que no, intentaría venderme una suscripción al País o indicarme el kiosko más cercano. Lo último que pensé es que se iba a despedir. A lo mejor es que no controlé demasiado la vocecilla de coña que se me pone con el spam telefónico. Ejemplo: Oh, sí, ¿no me diga?¿Pero cómo dice ustes, que esta línea de ADSL me salvará la vida?¿En serio me lo cuenta?¿Pero cómo no me ha llamado antes?.
En cierta ocasión y en pleno debate con uno de telefónica, me dijo que le iba fatal en el trabajo. Muerta me quedé. Pensé que lo siguiente sería pedirme la mano o el pie.
Eso sí, se ahorró pedirme el número de teléfono. Es lo que tiene el espionaje.