EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


sábado, 20 de septiembre de 2008

No hay ciervo en esta villa

Me encargan y subcontratan este fin de semana para una tarea que me ha gustado: buscar dos poemas para que mi sobrina los lleve al cole (pienso para mis adentros que nada de Gloria Fuertes). La niña no llega aún a los cinco años y me he entretenido en buscar lo que me parecía más agradable y llevadero para sus cuatro años y diez meses. Amén de lo más precioso (como no se merece menos). Podeis dejar aquí alguna idea que me venga bien aunque ya he hecho la selección.
El caso es que ya que me engancho a leer esta tarde, me encuentro con unos cantares medievales que me demuestran que, pasados los siglos, las cosas siguen casi igual.

Si hablamos de trabajo:

A segar son idos
tres con una hoz;
mientras uno siega
holgaban los dos.

Si hablamos de maridos:

¿Qu'habrá sido mi marido?
¿qu'habrá sido?
Mi marido fue a la arada,
y no ha venido:
¿qu'habrá sido?

Y ya puestos, de cuernos:

Venistes vos, marido,
de Sevilla,
cuernos os han nacido
de maravilla;
no hay ciervo en esta villa
de cuernos tales,
que no caben en casa
ni en los corrales.

¿Y el mal de amores?:

Si de mal de amores
muere la niña,
ciruelita de fraile
la resucita.

Y las preñeces:

Mozas de Toledo,
ya se parte el rey,
quedaréis preñadas,
no sabréis de quién.

Madres, hijas y revolcones:

- Decid, hija garrida,
¿quién os manchó la camisa?
- Madre, las moras del zarzal.
- Mentir, hija, mas no tanto,
que no pica la zarza tan alto.

Y picores varios:

No sé qué me bulle
en el carcañar,
que no puedo andar.

Yéndome y viniéndome
a las mis vacas,
no sé qué me bulle
entre las faldas,
que no puedo andar.

No sé qué me bulle
en el carcañar,
que no puedo andar.

Lo dejo aquí. Hay más, mucho más
.

2 comentarios:

Bito dijo...

Y yo alquilando películas X cuando en el saber popular existe toda una literatura erótica disfrazada de Santa Inocencia.

Madre mía con la vida de los pueblos. Ahora entiendo porque se repite eso de que antes se vivía mejor.

Por cierto, leído lo leído ¿cuáles le has dado a tu sobrina? digo, por saber si la profesora pensará que tiene una tia descarriada.

Alejandra dijo...

Por una parte, señor Bito, elegí una de Rafael Alberti:

¡Qué blanca lleva la falda
la niña que se va al mar!

¡Ay niña, no te la manche
la tinta del calamar!

¡Qué blancas tus manos, niña,
que te vas sin suspirar!

¡Ay niña, no te las manche
la tinta del calamar!

¡Qué blanco tu corazón
y qué blanco tu mirar!

¡Ay niña, no te los manche
la tinta del calamar!

Y por otra, una coplilla que no tengo ahora a mano de una palomita que vuela y con el piquito coge ramitas de olivo a su paso.

Dos cositas inocentes para una niña inocente de manos de su tía inocente.

La "seño" le ha dado un beso por llevar los deberes hechos (según refiere la propia niña). O sea, que hemos quedado la "tita" y la sobrina como dos soles.

Qué cosas.