
Frases como: nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado, no me importa lo que has hecho, lo que haces, ni lo que lo harás...los favores recibidos, creo habértelos pagado y si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado, en la cuenta del otario que tenés, se la cargás...
O bien: Y mañana, cuando seas descolado mueble viejo y no tengas esperanza en el pobre corazón, si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, acórdate de este amigo que ha de jugarse el pellejo, pá ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión...
Mano de santo. En serio.
4 comentarios:
Mal de muchos consuelo de tontos ¿no?
O al menos eso dicen.
Puede que así sea. Pero tienen un efecto terapeútico en mi persona de primer orden.
Pruebe a decir a boca llena eso de "y mañana, cuando seas descolado mueble viejo...".
Es que relaja mucho, en serio, en los momentos previos a hacer la maleta, organizar las ideas y comenzar a enchufar despertadores. Saludos.
Y mañana te levantarás y seguirás viajando, verdad?????
En fin, que elijo la opción b) yo me pago el billete, pero yo me voy a Marruecos con vosotras. He dicho!
(Por cierto, que sepais que he ligado mucho y bien... No es francés, pero es muy interesante. Sólo que tengo que volverme al pueblo... jejeje)
Ya hablaremos de la vida con mucho café de por medio!
Ánimo guapetona! Que eso del estrés post vacacional es mentira! Te acompaño en el sentimiento... Digo... Enga guapa, que tú tienes la suerte de trabar en lo que te gusta! (cuando yo pueda decir lo mismo, ya nos quejamos juntas de lo poco que nos pagan, lo mucho que valemos y lo mal repartío que está el mundo)
Besotes
Así es, querida Marta: mañana me levantaré y me haré unos cuantos kilómetros antes de llegar a casa (previo, eso sí, renovación de pasaporte porque se me acaban las hojas rápido, ya tú sabes, mi amol...).
¿Ves? Las ventajas de no viajar son esas: que ligas mucho. A mí sólo me guiñan el ojo, señores entraditos en años y carnes, en aeropuertos infectos y tabernas lúgubres. Además, de ligar algo (cosa que sucedió hace unos treinta años, por última vez) has de abandonar al amado en el puerto donde lo has encontrado y no puedes hacer movimientos en falso. Ellos, te observan...
Por tanto, no viajar y llevar una vida relajada, es infinitamente mejor: ligas, puedes incluso volver a ver al mismo, puedes repetir café o cine con el mismo.
Yo no. ¿Lo ves, Marta, cómo ser mayor y no estar en paro tiene clarísimas desventajas?.
De ahí a la frigidez, hay un paso. Y te juro que la policía de aduanas me inspira muy poca cosa.
Un besote, reinona.
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