EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


viernes, 22 de agosto de 2008

Madame du Deffand a Walpole

De todas las cartas de Madame du Deffand, esta es una de las que más me ha divertido siempre cuando las vuelvo a leer.
París, 28 de junio de 1772
Ha agotado usted mi paciencia, señor, ya no puedo soportarlo. ¿Es quizás porque piensa que desde mi viaje a Chanteloup abren nuestras cartas con mayor puntualidad por lo que me escribe unas tan extrañas? No me preocupa lo que puedan pensar de las mías; sólo usted, en todo el mundo, puede darles una interpretación tan ridícula. No temo, señor, que todos los despachos donde hayan sido leídas, y todos los extractos que hayan transmitido de ellas, convenzan a nadie de que soy una loca o una extravagante; pero pronto lo sería si me empeñase en mantener semejante trato.
Accedo de muy buen grado a romper esta correspondencia. Sólo podría serme grata en la medida en que se fundaba en la estima y la amistad. Desde el momento en que se me ha demostrado que me atribuye otros sentimientos, sería vergonzoso para mí continuar escribiéndole y exponerme a recibir respuestas tan ultrajantes. Lo dejo entregado a sus remordimientos, es difícil que no los tenga por haber tratado tan indignamente a alguien que merecía de usted, más que de nadie en el mundo, consideraciones, estimación y, me atrevo a decir, un poco de agradecimiento [...].

4 comentarios:

Marta dijo...

Sin venir a cuento de la carta, me voy al pueblo... En auto-res, claro. Ejem, ejem... En fin, allí no huele a churros ni me voy a enterar de cuantos bingos lleva ganados la ciudadanía ni por supuesto me van a vomitar borrachos que han decidido pasarse de fiesta recién bajados de la noria después de algún concierto cutre.
Me acabo de despertar de la siesta. Hoy he terminado con los niños y la plastilina. Y me voy al pueblo a por locos. Joder, qué asco.
En cualquier caso, nos vemos para el lunes o el martes en versión humana (o lo que quede de mi versión humana) y dentro de unas horas en versión virtual.

Alejandra dijo...

Marta, querida:

Entiendo que lo de tu "ejem,ejem" es un intento de darme un golpe bajo por no prestarte la cochecita a la causa. Sí, la vida es cruel, pero yo con tu edad, vivía en Damasco y por no tener, no tenía ni patinete. Y me recorrí todo Oriente Medio como pude. Así que llorar, lo que se dice llorar, no me vas a hacer llorar.
Eso sí, para compensar, te digo que a partir del 1 de septiembre, fecha de mi vuelta a Madrid, mi cochecita está plenamente a tu disposición para lo que sea necesario.
Ánimos en estos días. Y llámame si ves que se te puede dar asistencia en carretera o de otro tipo.
Besos.

Alejandra dijo...

Y, por cierto, mi casa huele a churro apestoso y aceitoso. Para los ajenos, diremos que la bellísima ciudad de Cuenca está en fiestas y mi domicilio cae justo encima o casi de la churrería apestosa que todos los años me mete en el cerebro ese olor a aceitazo. Ahora mismo, huele más a pollo y a sardina. Estoy a punto del vómito.

Marta dijo...

No me vas a comparar la experiencia de descubrir Damasco en tierna edad, a tener que venir a currar en fin de semana rodeada de locatis... La cochecita está muy bien aparcada, lo sé, que también tiene una edad y si luego no encuentra sitio se estresa, lo entiendo también... Si lo malo no es eso, lo malo es recordar en estos momentos que no tengo "solvencia" para que nadie me finacie un coche... Snif, snif...
Pero no pasa nada, el fin de semana que viene pienso celebrar por todo lo alto el poder salir después de cuatro meses sin saber lo qué es un festivo. Me voy a emborrachar mucho y bien. Es probable que me vaya en busca de aquél del Sire... Igual necesito asistencia en carretera, fíjate. Ya te aviso a tu particular 112.