Y aquí termina el relato. Los dos últimos días se pueden bien resumir en una visita a una emisora de radio en Jerusalén. Sería el día de la segunda excavadora en Jerusalén.
Después, la única mañana libre en Jerusalén. Libre de verdad. Intenté visitar museos pero como Obama me venía siguiendo los pasos, me cerraban las puertas en las narices. Así que me hice la peregrina y me dediqué al turismo religioso. Y en la tarde del día 22, y después del encuentro con el viceministro de exteriores en Ramallah que a la sazón hablaba perfectamente español, cumplí con todos los ritos y visité la tumba de Yaser Arafat.
Y hasta aquí, el relato. El veintitrés de madrugada y aterrizando ya en Madrid, me di cuenta de que tenía todo un mes por delante para no hacer nada. Y quise morirme de gusto.
2 comentarios:
Te lo juro, antes de que se te caiga el pie izquierdo, se te recuezan del todo las neuronas, o antes de que a mí se me acaben las hojas del pasaporte (en cuanto mi madre me diga dónde me lo ha escondido también), o antes de que se pasen los próximos n años, antes de antes, en cuanto sea... En cuanto tenga un salario digno o un trabajo a la par, que me permita tener verdaderas vacaciones, antes de que me muera, te lo juro Alejandra, antes (o después) tengo que acoplarme a un viaje tuyo.
Donde sea, aunque sea al sur (de Cuenca, ahí a Sotos o algo). Pero esto es algo que no puedo dejar escapar. Yo tengo que facturar una maleta contigo, aunque sea en tu cochecita o en el 206 de Almu. Mira que a mí no me importa conducir!
Pero un viaje contigo es algo que la vida debería regalarnos a todos, una sola vez...
Jodida envidia.
Yo sé nena, bájate a Benidorm, que me voy cinco días con unas amigas en plan guiris viudas. Yo qué sé. Pero un viaje contigo nena! Un viaje donde pasen cosas agradables a cincuenta grados. Donde el recalentamiento corporal se compense con maravillosas tardes regalando los oídos con mil historias.
Queda pendiente. Que yo si quieres a cambio te presento al médico del Papa! O a la policia italiana, o a un señor que no cuela en los monumentos en obras y que tiene un hermano en Marbella... O te sigo prestando a mi hermana para que te la lleves a catar aceite... o lo que sea.
Amos, amos, amos. Un viaje Alejandra. UN VIAJE!!!!!!!!!!
Marta, querida:
Hace mucho tiempo (como unos seis años) y cuando retomé el contacto con tu santa hermana, le prometí un viaje a Siria, haciéndole de guía espiritual e intérprete. Como ese viaje no se ha llegado a cumplir, creo que podría hacerse a seis manos, en cuanto la vida nos lo permitiera. Para mí enseñar Siria, es casi como enseñar mi casa. Y me produce el mismo placer estar en Siria con gente a quien quiero que invitar a alguien a comer a casa.
Queda dicho. Y prometido. Lo único que sí te digo es que los puntos Iberia no me dan para regalar un billete a Damasco. Ya quisiera, pero la cosa no me llega en puntos más allá de Viena.
Un beso grande. Nos vemos pronto.
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