EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


viernes, 25 de julio de 2008

Trece de julio en Jerusalén



Si tuviera que hacer memoria de lo vivido en los últimos diez días, no sería posible. Afortunadamente y amén del registro fotográfico que cada día se me da peor, llevo la libretita de apuntarlo todo para que mi memoria no se resienta y, al menos, sepa por dónde circulé.
Como la llegada a Tel Aviv, el día 13 de julio, fue de buena mañana, aún tardé una hora más en llegar al hotel de Jerusalén. Y sin apenas resuello, hice mis abluciones, deposité las maletas, tomé la habitación por las armas y salí a patear lo ya pateado en otras ocasiones en que visité Jerusalén. Paseos por los zocos, Santo Sepulcro, vías dolorosas, lamentaciones y comí en las cercanías del Santo Sepulcro en compañía de Meir Margalit (http://icahd.org/eng/), del Israeli Commitee Against House Demolitions.
Con el calor insoportable y con la primera comida con hummus y mutabbal, me metí en las Lamentaciones y terminé dando un paseo con cincuenta grados a la sombra por Jerusalén para terminar en el festival de la Cinemateca de Jerusalén donde andaban pasando unos cortos elaborados por jóvenes palestinos e israelíes sobre, cómo no, la paz y la concordia universales. Terminé la noche en el centro de la asociación Bat Shalom (http://www.batshalom.org/), comiendo un tabulé en su círculo de lectura/restaurante vegetariano.
Como el día ya no daba más de sí, me fui a dormir a pierna suelta con la esperanza de haber entendido algo de lo que se me había contado en las veinticuatro horas anteriores. Por si acaso, anoté cosas que aún tengo que poner en orden.
Seguiremos.

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