EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 28 de enero de 2009

La primera cana

Mañana duermo en Rabat (tengo a una de mis principales anfitrionas con una gripe+cagalera, todo hay que decirlo). El caso es que hoy, casi ya 29 de enero de 2009, hago cuentas y me doy cuenta que han pasado nada menos que diecisiete años desde que pusiera el pie por primera vez en esa ciudad. Corría el verano de 1992, agosto (para qué iba yo a irme a Marruecos en enero pudiendo pasar penurias en plena canícula). El objetivo era un curso de árabe en la Universidad de Rabat y mi edad era de diecinueve años (ahí es nada).Recuerdo mucho calor, una residencia universitaria, una habitación compartida con una compatriota y un curso que, para la oferta que había, no era de lo peor. Desde entonces, he visitado Rabat en unas cuantas ocasiones y Marruecos en unas cuantas más.
Rabat ha cambiado en algo. Una servidora, creo, ha cambiado más que Rabat. Lo mejor del cambio es que me esperan a mi llegada. En aquel momento, no sabía ni dónde iba ni qué me deparaba el destino. Si he de decir la verdad, prefiero la certeza de mañana a la inquietud de aquella época. Se ve que pasé hace tiempo la época de mochilera. Y todo eso a pesar de haber descubierto mi primera cana en la sien hace tan sólo una semana.
Nos vemos en breve.

4 comentarios:

Marta dijo...

Pues la época de mochilera no se debería abandonar nunca... que una no sabe cuándo van a dejar de regalarle billetes de avión y se va a tener que empezar a pagar los viajes!
Con un poco de suerte, te hago revivir esa época aunque sólo sea viéndome a mí... Pero esot ya te lo cuento yo en privado y en viaje a Cuenca!!!
Por cierto, cuándo volvemos a ir de fin de semana al pueblico?
Besazo preciosa!

Anónimo dijo...

Estás todo el día de un lado para otro...

Alejandra dijo...

Lo cierto, Marta, es que nunca he sido mochilera, nunca he ido campamentos ni acampadas, ni tiendas de campaña ni pijadas semejantes. Yo no me muevo si antes, no se me asegura que hay una taza en el cuarto de baño, papel higiénico y una cama con almohadones.
Y de regalos, nada, querida. Que aquí nadie regala ni la hora.
Un besote, imagino que nos vemos pronto.

Alejandra dijo...

Has cogido bien la esencia de mi vida, Marvel. No se puede decir mejor.