
El cuarto coche por la izquierda es el mío. Mi pobre coche está pasando la noche de frío siberiano en solitario y en la calle. Tiene de bueno que será complicado que me lo roben debajo de ese montón de nieve. Pero no dejo de tener remordimientos de conciencia.
Así que os traigo aquí esta fotografía, recién salida del horno. Como prueba de mi gravísima traición a uno de los aparatos que más servicios me ha prestado y presta.
Me siento mal. ¿Será normal esto, doctor?.
2 comentarios:
Que no se diga que tu coche es un sibarita. Ahí, sufriendo,como los campeones.
Pues he de decir que sigue en el mismo lugar de anoche. Que le ha caído otra nevada torera y que, mucho me temo, esta noche le toca otra. Imagino que se irá acostumbrando a todo a estas alturas.
Publicar un comentario