EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pecado mortal

Sí, hermanos, ayer pequé. No sólo de pensamiento, sino también de obra y corazón. Eso sucedió entre mi paso por el Ateneo y mi llegada al Corral de la Morería. En ese fragmento de tiempo, no más de dos horas y antes de una cena copiosa (y gratuita, todo hay que decirlo), cometí un pecado mortal, reservado sólo a unos cuantos privilegiados en este mundo.
Y es que después de haber descubierto hace tiempo una tienda de joyas curiosas y preciosas, más de dos años de su descubrimiento y de pasar por su escaparate con carita de lástima (a ver si la dueña se apiadaba de mí y me regalaba algo), entré por primera vez en la tienda como quien entra en un santuario.
Aún así, y a mi favor, declararé que compré una joya que ni siquiera será para mí. Pero la botella se ha descorchado y no descarto, mucho antes de dejar pasar otros dos años, volver allí, sin cara de pena y comprar algo que sea para mí. Tal vez cometa un exceso de verdad antes de acabar el año.
Rezad por mí.

2 comentarios:

Erica Nicolás dijo...

Pues sinceramente me parece estupendo que lo hayas hecho.

Isaboh

Alejandra dijo...

Creo que eso mismo va a pensar mi cuñada (destinataria de la joya en cuestión y que espero que no descubra por aquí).
Un beso, Isaboh.