EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


domingo, 15 de febrero de 2009

San Valentín y sus efectos colaterales

A pesar de no estar enamorada y no de no tener enamorado a nadie resulta que ayer también recibí mi regalo de San Valentín. La cosa es la siguiente: una, que entiende que estamos en crisis galopante, se va a cenar con dos amigas y el hijo de una de ellas a un restaurante chino en la noche de ayer. Cena familiar (con menor de por medio), rollito de primavera y arroces diversos. Lo más alejado de una romántica noche de San Valentín y eso.
Pues la china camarera decide darnos como regalo tres rosas rojas falsas que cuando se abren, esconden unos tangas de encaje rojo que quitan el sentido. Picarona la china nos guiña el ojito y nos dice que es para celebrar San Valentín. Estuve a punto de decirle que si no había tanga de otra talla que a mí ese se me quedaba corto para las expectativas de un día tan señalado. También estuve a punto de secuestrarla y hacerle comerse las rosas con una vinagreta (pero creo que esto es delito o algo). Lo dejé estar y me traje el tanga rojo a casa.
Eso me ha supuesto tener que dar explicaciones hoy de algo que yo no he hecho y todo por un santo que no celebro.Reflexionaré durante los próximos trescientos sesenta y cinco días sobre este asunto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

San Valentín se lleva dentro, como las bragas. Siempre puedes dejar la rosa-tanga encima de un contenedor y esperar a ver quién se la lleva. Es muy divertido.

Anónimo dijo...

bueno..... yo....gracias a San Valentín, a los chinos y a mi cuñá, tengo dos rosas-tangas que alomejor utilizo... quien sabe?

Alejandra dijo...

Pues eso será, Marvel, que se lleva dentro. Yo, para prevenir, le he regalado las rosas-tanga a mi cuñada, que da fe también aquí de que así ha sido.

Alejandra dijo...

Recuerda, cuñá, hija mía, que si las utilizas la cosa consiste en que hay que desenrollarlas. O sea, que cuidado con el plástico, el capullo y todo eso. Lo digo porque con la emoción nunca se está a lo que se está.
Un besote (cuando la otra propietaria de la braga-rosa, se entere de que ha habido malversación de bragas por el blog, me corta una oreja, fijo).