EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 5 de febrero de 2009

Cuatro meses (en homenaje)


Soy una mala fotógrafa. Ni la fotografía digital vino a salvarme del don que los dioses no me quisieron conceder. Sin embargo, mi obra maestra, la única fotografía buena que he hecho en mi vida es esta que traigo aquí. Y, como siempre, se la debo a la casualidad. En esa foto, está mi progenitor trabajando en un barco que nunca terminó y que tenía como destinatario ese niño pequeño y de rizos rubios que se apoya en él. Y que observa atentamente el trabajo de su abuelo. Yo estaba detrás de ellos, trabajando en el ordenador y observé la escena. El niño, calladito, observando el trabajo, apoyado en su abuelo. El abuelo, trabajando, explicándole lo que iba haciendo. Que si pongo un clavito, que si ahora esto, que si ahora lo otro. De pronto, saqué la foto y me olvidé del asunto. La foto es de agosto, mediados, creo recordar.
Dos meses más tarde, el abuelo ya no estaba. El barco sigue allí y el niño sigue preguntando por él de vez en cuando. Y hoy, ya son cuatro meses sin verle. El tiempo pasa lento, pesado, a pesar de no parar en ningún momento y de la velocidad que todo lleva. Pero va lento, muy lento. Y esto, amigos míos, sigue doliendo como si fuera hoy cinco de octubre. O más. Aún prefería la sensación de estar narcotizada de aquellos días. La de hoy me jode viva. Pues eso, cuatro meses. Con sus ciento veinte días y sus ciento veinte noches.
Así que esta entrada, en su homenaje y en su recuerdo. Y a mi sobrino que, gracias a la torpe de su tía, tendrá un recuerdo de su abuelo que nadie tendrá que explicarle.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo explicar con palabras lo que ha sentido mi corazón al leer tu "homenaje". Pero si te puedo decir que se me empañaban los ojos y a la tercera vez que lo he intentado, he podido terminar de leerlo. Besos

Alejandra dijo...

Un beso grande, cuñá. Qué otra cosa decirte.