EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


lunes, 9 de febrero de 2009

El fruto de su vientre

Disfruto del privilegio de poder ir caminando a mi trabajo en una ciudad como Madrid, pedazo de la España en que nací. Creo que soy la única ciudadana que no tiene tarjeta de transporte en esta ciudad. Me transporto yo sola de mi casa a mi trabajo y de mi trabajo a mi casa y tardo escasos diez minutos en llegar a la puerta del trabajo. Cuando hago uso del transporte público es habitualmente para darme algún placer, una vuelta, una cena, un teatro. Un lo que sea. Siempre sin prisas. Incluso disfruto cuando me monto en un bus y doy una vuelta por la gran ciudad.
Pero no traigo esto aquí para atraer los odios y las envidias de otros humanos. No quiero que los dioses me vengan a castigar. No. Traigo esto aquí porque en los casi tres años que llevo residiendo aquí (y en otra calle paralela), he venido observando que el número de personas que duermen en esta misma calle, en la mismísima calle, se ha incrementado escandalosamente en los últimos meses. Antes tenía fichado a un señor (imagino que señor porque yo sólo veo la manta y el bulto debajo) con un cartón de Don Simón al lado por toda compañía. Últimamente el número de mantas ha crecido. Puedo ver, sin exagerar, siete bultos/personas en ese paseo matutino (escasos diez minutos, os lo recuerdo). Con sus correspondientes cartones de vinazo al lado.
Bendita crisis y bendito sea el fruto de su vientre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí. Y no te digo nada de lo que últmamente nos llega a los Servicios Sociales. Quizá en un corto plazo algunos de los que tratamos se conviertan en bultos tapados con mantas tirados en alguna calle. Así está el tema.
(Por cierto, y perdona la frivolidad después de esto: ¿te has leído ya "La Elegancia del Erizo", yo lo leí en verano. Y me gustó mucho.).

Alejandra dijo...

Pues sí, no os arriendo las ganancias a quienes os toca la tarea.
Perdonada la frivolidad: estoy en la página 307. Así que no me lo he leído entero pero estoy a punto de llegar al final.
Otra frivolidad: Hace tiempo dijimos de vernos y tomarnos un algo. ¿Esto sigue en pie o era una promesa falsa que nos hicimos para olvidarnos a continuación? (Nótese la cosa irónica y tal).