EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 15 de octubre de 2008

Talleres Garrido

Durante el duelo y como bien sabeis, hay muchas fases a las que enfrentarse. Lo que jamás pensé es que alguien me haya estando llamado durante una semana a un número de teléfono para preguntar por la familia y sistemáticamente, la respuesta que le han dado es: Talleres Garrido, ¿dígame?. Lejos de pensar que el número estaba equivocado, ese alguien lleva pensando toda la semana que los de Talleres Garrido (ignoramos quienes son y dónde se ubican) me habían secuestrado y me estaban despedazando en un descampado. Por ejemplo.
Al fin, se decide a preguntarme por otra vía por el teléfono fijo de mi casa y descubre que donde ponía un seis era un siete. Y así.
En todo caso, no me queda más remedio que agradecer a todos vuestras llamadas, vuestros mensajes, vuestro cariño y vuestros intentos de estar en este momento.
Es más, le agradezco también a Talleres Garrido la paciencia que han tenido con esta amistad. Prometo localizarlos y cambiar el aceite y las ruedas ahí a partir de ahora. Por compensar, más que nada.

9 comentarios:

Paul Spleen dijo...

Pues menos mal que era Talleres Garrido y no el Sex-Shop El Volcán, porque entonces no sé qué tendría que haber hecho usted para compensarles… Un besote.

Alejandra dijo...

Me pone usted en un aprieto, Paul Spleen. Pero mucho me temo que de haber sido así, mi amistad nunca me lo hubiera confesado. Hubiera aprovechado el error en su beneficio y la cosa hubiera quedado en el baúl de los secretos.
Ahora bien, observo que desde que le puse el juego de Nacho Vidal y Ben Gurion, se me ha vuelto usted muy juguetón y travieso.

Paul Spleen dijo...

Si es que a mí me hacen palmas y bailo. ;o)

kader dijo...

Hoy va de equivocaciones. Yo te hacía en Dakar,con los ojos cansados de dedicar miradas penetrantes. Y resulta que sigues por los Madriles y con planes gastronómicos a la vista. En fin, que sea para bien y más si se trata de dar cuenta de un arroz con bogavante. Por Dios, una patita a la salud de mi niña y un brindis, si puede ser con el excelente Manzaneque, a la salud de sus sufridos padres.
Besos

Alejandra dijo...

Brindaremos también a la salud de la niña de tus ojos que como salga a sus padres, saldrá preciosa pero, yendo a la verdad y por no ponernos cursis, se pondrá a hacer croché en cuanto cumpla los trece meses. Y querrá sacarse el carnet de conducir cuando tenga dieciocho meses de edad. Por ir aprovechando el tiempo.
Un besazo.

Anónimo dijo...

El arroz con bogavante es nuestro y solo nuestro, de Alexei y mío, que conste en acta. Y para más detalles ese arroz caerá allá por diciembre que es cuando estaré por los madriles, Dios mediante. Esta vez no pedimos las croquetas, no? Tenemos dos meses para decidirlo.

Alejandra dijo...

Yo no sé cómo lo haceis, pero en este blog (que pretende ser serio y frío) se da una media vuelta y os poneis a hablar de comilonas y festejos gastronómicos en cuanto me descuido. No lo entiendo, francamente. Al final, cogeré fama de celebrarlo todo en torno a una croqueta o a un arroz.
Hablando de todo un poco, yo creo que no pienso renunciar a las croquetas. Dicho lo cual, también se puede pedir el arroz. La cuestión sería ampliar el número de comensales porque en la última ocasión, casi terminamos con un colapso por ingestión incontrolada de croquetas gigantes.
Quitando eso, podemos seguir a lo nuestro.

Bito dijo...

Pues usted imaginese el susto de los talleres garrido al recibir durante toda una semana el pésame constante de alguien.

Alejandra dijo...

Lo puedo imaginar, señor Bito. Es más, debieron pensar que alguna paranoica se había escapado de su sitio. No me extrañaría que hayan dado parte a las fuerzas de seguridad del Estado. Por si.