EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


jueves, 16 de octubre de 2008

Juan Sebastián Elcano

De las muchas cosas que D.Jesús me ha dejado antes de irse (de las que se ven y las que no se pueden ver), tengo esta maqueta del Juan Sebastián Elcano que hizo con sus manos. No fue la única. Perdimos la cuenta de los barcos que hizo y mejoró. De los que regaló y repartió a amigos y familiares. El último que estaba haciendo y que ya se perfilaba precioso, como todos los anteriores, se ha quedado sin terminar. Está ahí, encima de su mesa de trabajo, con todas sus herramientas, sus libros, sus cálculos, sus clavitos, sus tablitas. Todo en su orden y reflejo de un cerebro ordenado, trabajador, constante, inteligente.
Todo ahí, con sus gafas de cerca y su ausencia. Que dice mi sobrina a sus cuatro años y medio que cómo es que el abuelo se ha dejado las gafas antes de irse. Que si no las necesita allí donde se ha ido.
En fin, que en mis muchos ataques de nostalgia en estos días, de rabia, de coraje, de no comprender por qué coño ha sucedido ni por qué ha sucedido así, me entra la nostalgia de las fotos, de las suyas, de las cosas, de lo muy antiguo, de lo último. Y todo me sirve para seguir pensándole, para que no se me olvide ni un minuto, para seguir cagándome en lo humano y en lo divino.
Ahí os lo pongo porque sí, porque es mío y me apetece que se sepa. Como me apetece que se sepa que no ha habido ni un solo minuto en los últimos once días en que no haya pensado en él. Ni un solo segundo, si se me apura.

2 comentarios:

Bito dijo...

Bonito el barco.

Tengo yo una maqueta ahí que va avanzando de poco en poco. Y es que quien me la regalara no sabía que me daba uno de los niveles más complejos, y bueno, con paciencia y tesón va tomando forma.

Si viste a tu padre hacerlas no hará falta que te explique lo trabajoso que es. En el suelo de la cubierta estoy practicamente haciendo parqué. Hay unas fotos del mismo en algún lugar de mi blog, pero no vale la pena.

Y bueno, supongo que llevar a tu padre a cargas en tu pensamiento es una forma de retenerle. Una forma bonita, además. Se lo curró toda su vida para ganarse ese hueco en la etenidad ¿verdad?.

Un saludo, Alejandra.

Alejandra dijo...

Se lo curró a conciencia, sí, señor Bito, que hay pocos momentos de mi vida en los que no haya estado. Incluso cuando no estaba.
Mi padre llevaba un cuadernito donde apuntaba puntualmente las horas de trabajo que le echaba a sus barcos. Fueron muchos barcos y muchas horas. Y una paciencia infinita que, me temo, su hija no ha heredado. Ni tampoco la maña para rematar el que dejó sin terminar.