EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


miércoles, 22 de abril de 2009

Beirut

Pues aquí veis la foto del cafelito de Beirut donde me tomé mi narguile y mi café en el paseo marítimo hace una semana. El cielo, como veis, amenazaba tormenta. Me cayó una de las buenas y eso cuando intentaba ya irme de vuelta para el hotel.
Pues allí me acordé de todos vosotros. Sí, de ti también. ¿O pensabas que no?.

4 comentarios:

Kader dijo...

Pues gracias. Ya me reconforta la idea de que piensen en mí, entre calada y calada de un narguile. Manzana tal vez?

Esta mañana, leyendo un artículo en la prensa sobre Guinea Bissau,y fumando mi ducaina post café mañaner, me he acordado de ti. No es lo mismo, pero vaya ...., pensamiento al fin y al cabo.

Un beso

Elena dijo...

Jo, tía, qué vergüenza. Y eso que soy una malqueda que te digo que vamos a quedar y nunca quedamos... Por cierto tenemos que quedar, que te tengo que contar que estoy de cinco meses.

Alejandra dijo...

Tufahatein, querido Kader, que como bien sabes, es dos manzanitas, una verde y una roja, que me supo a gloria.
Pues ya también me acuerdo cuando leo lo que sea de Bissau de su persona. Bissau y Kader son recuerdos que permanecerán así hasta el infinito mismo de la cosa guineana. Como para habernos dejado de hablar en aquel páramo. Había dos caminos: echarnos las culpas el uno al otro del estado de la cuestión o vivir con ello el resto de nuestras vidas. La segunda opción era la única sensata. ¡Y viva España¡, jejeje...

Alejandra dijo...

Albricias, hermana Elena, por esa criaturita que vas a echar al mundo. Y no, no tienes vergüenza de ningún tipo pero no es nada que no tenga solución. Este fin de semana mismamente hablando, pudiera solucionarse.
Yo te tengo que contar que estoy hasta las pelotas que es casi como estar de cinco meses pero con un vacío interior que se llena con la misma pelotudez intrínseca ya mencionada. A la larga, resulta también pesado y estriñe. Incluso alguna almorrana sale. La única desventaja que tengo respecto a ti es que no tengo baja por pelotudez. La maternidad tiene esas ventajas.
Mi enhorabuena a usted y a su santo esposo.