EL COLLAR DE LA PALOMA




Obrad como si no me hubierais conocido nunca, que yo también obraré como si no me hubieseis conocido ni amado.


domingo, 6 de marzo de 2011

La Pantera Rosa: una aficionada a mi lado

Un cajero se me tragó la tarjeta de crédito hace una semana, supuestamente, porque estaba caducada. La realidad es que me quieren encasquetar otra por la que tengo que pagar una comisión. Tampoco me funcionaba la cartilla porque la banda magnética está desprogramada por tanto paso por arcos de metales en aeropuertos. Una rotura de una tubería en mi edificio, inunda las cocheras y me deja el coche en el taller. Consecuentemente, llevo todo el fin de semana sin agua y sin ascensor (curiosamente, sí con calefacción). El teléfono móvil me deja de funcionar en este tiempo y lo cambio por otro (infinitamente más rústico pero que me sirver para lo que quiero de un teléfono: hablar por teléfono). A un tiempo, el coche que siempre me ha sido fiel, se quedaba sin batería. Por falta de tiempo, no he logrado lavar la ropa de las últimas dos semanas (y me he pegado el lujo de gastarme 200 euracos en ropa nueva, mira por dónde). Y todo esto que os cuento, ha sucedido en las últimas cuarenta y ocho horas.

La Pantera Rosa a mi lado es una aficionada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Envidia me da lo bien que te has tomado tantos sucesos inesperados y nada agradables.....Yo me hubiera hundido en mi propias lagrimas.

Alejandra dijo...

Yo, lo de hundirme, no. Que bastante había con la inundación. Pero sí reconozco haberme hinchado de llorar ante la visión del coche. Pero esa es otra historia y es que el coche era de padre. Como si me hubieran arrancado tres muelas con una tenaza y me hubieran echado aceite hirviendo en el alma. Por lo demás, pocas cosas me hacen ya llorar a estas alturas de mi vida.